martes, 5 de abril de 2011

Curavacas (2.520m) por la Canal Sur (III/2+) Habrá que volver por aquí...

Este fin de semana sólo Andrés y un servidor podíamos quedar para ir al monte. La Canal Sur del Curavacas era una actividad que teníamos pendiente hace tiempo, así que dicho y hecho. Quedamos el viernes en Aguilar de Campoo, yo salgo desde Castro Urdiales y él desde Madrid y a las nueve y media de la noche estamos en la villa galletera. Por una de esas casualidades que tiene la vida, ese mismo día exponían allí la Copa del Mundo de fútbol, así que como el amigo Óscar estaba por allí haciendo fotos, pues nos acercamos. No es que seamos muy fetichistas con este tipo de cosas, pero ya que estábamos, así tenemos algo que contarle a los nietos.
Photobucket
Tras tomar unas cervezas, nos marchamos a Vidrieros para dormir en el coche y estar pronto en la montaña. El consejo del amigo Vidal era "madrugar a esgalla". El despertador sonó a las seis, remoloneamos hasta las seis y media y finalmente a las siete y cuarto empezamos a caminar. Se me hace raro poner esta foto al principio, normalmente las nocturnas suelen ser del regreso...
Photobucket
El frontal sólo es necesario un ratito, luego empieza a clarear y ya tenemos enfrente el Curavacas. Pedazo de montaña.
Photobucket
Ahora toca remontar la incómoda pedrera...


Photobucket
...en una de las pausas para tomar aliento retrato así nuestro objetivo del día: la Canal Sur, a cuya base ya ha llegado un grupo


Photobucket
En algo menos de dos horas ya estamos al inicio de la canal. Antes de comenzar una vía, cada montañero tiene su ritual. El de los nisios es prepararse con calma, revisar todo el material, comer algo, echar una meadita, observar un rato paisaje... cualquier cosa que ayude a entrar el último en la canal. Todo con un doble propósito: evitar tener que abrir huella y evitar la humillación de que te adelanten.
Photobucket
Así pues, nos demoramos en nuestro ritual mientras llega una pareja de madrileños que comparten nuestra filosofía, así que charlamos un buen rato hasta que nuestra salida se hace inevitable. Éstas eran las vistas echando la mirada atrás, con Peña Redonda allí a la izquierda.
Photobucket
Bueno, pues nada, vamos para allá. La pendiente no es mucha y hay una huella perfecta, así que caminamos a gusto y charleteando de esto y de aquello, del amor, de las mujeres, de la vida...
Photobucket
Mirando hacia arriba vemos los dos grupos que nos preceden. Unos a punto de enfilar la parte final y otros no muy por delante de nosotros. Hombre otra cosa no, pero ambientillo esto sí que tiene.
Photobucket
A estas alturas y con orientación sur, las dicifultades empiezan a aflorar. Un paso en mixto nieve-hierba que solventamos sin problemas...
Photobucket
...y otrro con un pequeño ewcalón de roca que le da un poco de alegría a la ascensión.
Photobucket
Seguimos subiendo y charlando... la de veces que podríamos arreglar el mundo si nos dejaran hacer todo lo que hablamos en estos ratos...


Photobucket
Otra foto de ambientillo...


Photobucket
...y otra hacia abajo. Como se puede observar, la pendiente es cómoda y las condiciones de la nieve no presentan complicaciones.
Photobucket
Venga vamos a poner un vídeo.
Los seis montañeros que van delante de nosotros deciden hacer dos cordadas de tres para el último tramo. Allá van.
Photobucket
Y nosotros a lo nuestro. Con tranquilidad y disfrutando del día. Anda un poco nublado, pero mejor, así no nos torramos.
Photobucket
Ya nos queda poco. A ver qué tal esta parte final que parece que es un poco más interesante...
Photobucket
...abajo vemos a los dos madrileños...
Photobucket
Mira, así parece algo y todo, pero la verdad es que había una auténtica escalera de huellas y no tenía peligro, claro que tampoco tenía mucho aliciente. Como dice Vidal, habrá que volver por aquí con la nieve más durita, que seguro que aquí no vamos tan relajados...
Photobucket
Andrés ya sale hacia la derecha...
Photobucket
...y poco después franquea la cornisa que nos deja en la Meseta Inclinada.
Photobucket
Ahí salgo yo...
Photobucket
...y Andrés ya en la cresta, con el Espigüete al fondo, luego se metió la nube y ya no volvimos a verlo.
Photobucket
La ruta hacia la cima sigue por ahí, hacia la derecha según sales de la canal. Una travesía sin dificultad pero donde no conviene despistarse porque la caída es de las de récord...
Photobucket
...y una pala con un pequeño resaltito...
Photobucket
...nos dejan prácticamente en la cima. Pasamos junto al grupo de seis que andaba recogiendo cuerdas y trastos...
Photobucket
...y nos vamos hacia la cima. ¡Qué bonito es el Curavacas!
Photobucket
Ahí viene la cordada en una imagen muy alpina...
Photobucket
Nos hacen la foto de cima (pero qué feo puedo llegar a ser), luego nosotros a ellos...
Photobucket
...y deciden seguir hacia el Callejo Grande para hacer el descenso, así que nos ofrecen esta otra imagen alpina.
Photobucket
Nosotros nos quedamos en la cima a disfrutar un rato de las vistas y de la tortilla de patata que ha traído Andrés. Luego llegan los dos madrileños y echamos otra charla con ellos. Luego llega otro chico que nos cuenta que ha salido de Madrid a las cinco de la mañana, ¡Y ha llegado a la cima una media hora más tarde que nosotros que hemos dormido en el pueblo de abajo! En fin, que iniciamos el descenso con cuidadito por el Callejo Grande...
Photobucket
...el día no termina de estropearse. por aquí nos encontramos con cuatro chicos que iban sin crampones y sin piolet, les recomendamos que no cruzaran a la cara norte. Afortunadamente nos hicieron caso.
Photobucket
Y así en animada charla seguimos bajando...
Photobucket
...hasta que llegamos a la pedrera...


Photobucket
En las campas del Resollar nos tumbamos a comer un poco de jamón ibérico y a contemplar la montaña que a ratos recibía la visita de las nubes en su parte más alta. Ha sido un buen día, sí.
Photobucket
Y pra completarlo, qué mejor que unas Mahous en el bar de Vidrieros. ¡A vuestra salud compañeros, un placer haberos conocido!
Photobucket