jueves, 10 de enero de 2013

Toubkal en noviembre, un 4.000 para todos los bolsillos

Vacaciones 2.012, año de la crisis. Hay que ahorrar pero queremos seguir deleitándonos con paisajes, montañas y actividad así que tres de los nisios (Gaspar, Jorgito y Martita) decidimos adentrarnos en las entrañas de Marruecos. No se le puede pedir más a este país, escaladas (que describiré en las próximas entradas), surf, desierto, ciudades abrumadoras, gente extraordinaria y, por supuesto, montañones gloriosos como en Toubkal, el pico más alto de Marruecos con 4.167 metros que se encuentra situado en el Atlas.

Photobucket 

El punto de partida es Imlil, una pequeña localidad siutada a 1.800 metros de altitud en la que están acostumbrados a ser visitados montañeros y turistas y donde se pueden encontrar tanto campings como holteles, albergues e incluso un refugio bastante acogedor.

Photobucket 

Así que dejamos la furgoneta en un camping y comezamos con nuestro primer objetivo: llegar a uno de los dos refugios situados a 3.200 metros de altitud.
 Photobucket

En pocos minutos vamos dejando atrás el pueblo y comenzamos a disfrutar de unas vistas impresionantes

Photobucket 

La ruta es más que evidente. El sol nos acompaña y afortunadamente no nos encontramos con mucha gente. Los pocos compañeros de camino que nos encontrábamos eran los burritos que subían cargados de mochilas, lo cual nos hacía imaginar que no íbamos a ser los únicos en intentar alcanzar la cumbre al día siguiente

Photobucket 

Los paisajes que nos acompañaban durante este recorrido eran bastante volcánicos y después de unas dos horas largas de pateo llegamos a un pequeñísimo pueblo lleno de encanto. Cuando hablo de pueblo igual exagero, porque lo único que había eran dos tiendecitas y un puesto de venta de zumos de naranja, pero bueno, que bonito era muy bonito... Por cierto, lo mejor es la piedra blanca flanqueada por una bandera a la cual estaba completamente prohibido llegar
 Photobucket

Tras charlar unos minutos con los dos únicos lugareños que se encontraban en este lugar, continuamos la ruta hacia el refugio.
 Photobucket

Poco a poco íbamos cogiendo altura y el paisaje iba cambiando, aunque todavía no veíamos nada de nieve
 Photobucket

Por fin, después de unas cuatro horas largas de caminata llegamos a los dos refugios del Toubkal. Los dos están en el mismo lugar pero es conveniente mirar los precios y el servicio que queremos antes de llegar porque hay diferencias. El de abajo es algo más caro que el de arriba, sobre todo para los que están federados, así que como comprenderéis, con los tiempos que corren nos fuimos directos al de arriba, que para eso somos nisios!!!

Photobucket 

La tarde la pasamos tranquilitos en el refugio charlando con algunos guías y con los montañeros que perseguían nuestro mismo objetivo. El día había sido tan bueno que comenzamos a modificar nuestros planes. Tras analizar bien los planos de la zona, decidimos pasar un día o dos más en estas montañas. La idea era hacer una ruta de unos dos o tres días y subir varios picos, todo dependería del tiempo, ya que según los guías del refugio, pronto aparecería una borrasca por la zona.
 Photobucket

Cenamos y justo cuando nos íbamos a ir a dormir nuestros objetivos sufrieron un revés, estaba comenzando a llover, al parecer, la borrasca se había adelantado... de todos modos, optamos por tomar la decisión de qué hacer por la mañana, después de descansar y viendo cómo evolucionaba la meteorología.
A las siete de la mañana ya teníamos muy claras las cosas. había estado jarreando toda la noche y hacía un viento del copón, el tiempo no iba a dar tregua en unos cuantos días así que subiríamos para cumplir nuestro objetivo y con las mismas bajaríamos para abajo. La jornada iba a ser dura, más de ocho o nueve horas, con un desnivel acumulado de más de 5.000 metros. No había tiempo que perder, el Tobkal nos esperaba.
 Photobucket

Nada más salir comenzamos a pisar nieve. Algunos grupos habían salido antes que nosotros, pero cogimos el ritmo y fuimos alcanzándoles poco a poco. Como se suele decir, sin prisa pero sin pausa. Por cierto, hago aquí un inciso: fliparíais si viérais la equipación de algunos de los "montañeros" que se aventuran a alcanzar la cima del Toubkal. Vale que es un 4.000 sin dificultad, pero creo que el respeto por la montaña se pierde muy rápidamente en algunas ocasiones... Vimos de todo, hasta gente intentando colocarse los crampones al revés...
 Photobucket

Las montañas nos protegían del viento así y la meteo nos había dado algo de tregua, apenas caían unos cuantos copos de nieve
 Photobucket

A medida que avanzábamos la niebla se hacía más y más densa y el viento comenzaba a coger fuerza
 Photobucket

Estabamos muy cerquita de la cumbre, pero el viento se hacía cada vez más insoportable, además, comenzaba a nevar...
 Photobucket

Los últimos metros se hacían eternos... De repente se abrió un claro... no nos lo podíamos creer, ¿nos daría tregua el tiempo justo en la cumbre????
 Photobucket

SIIIII!!!!! Llegamos y aunque no teníamos todas las vistas que nos hubiera gustado, por lo menos podíamos disfrutar de la cumbre!! Pañuelo del Llamas y foto de rigor!
 Photobucket

Una de las pocas vistas que conseguimos divisar...
 Photobucket

Una foto más de nuestra hazaña...
 Photobucket

Ingenuos de nosotros, pensamos que la tregua dada por la meteo nos iba a durar y tuvimos la tentación de probar suerte y hacer la ruta larga con el ascenso a varios picos y la bajada por otra parte que habíamos estado rumiando por la noche. En menos de diez minutos descartamos la idea, el temporal volvía a hacer acto de presencia, había que bajar rapidito y sin pausa...
 Photobucket

Antes de darnos cuenta ya estábamos de nuevo en el refugio, qué facil se bajan caminos que cuesta tanto subir...
 Photobucket

Hicimos paradita de rigor para tomar un excelente te y entrar en poco en calor y con las mismas continuamos bajando hasta la furgoneta. Nos quedaban todavía bastantes horas de caminata
 Photobucket

Poco a poco fuimos descendiendo. Íbamos bien de tiempo, así que decidimos hacer un alto en el camino para disfrutar de uno de los excelentes zumos naturales que hacen los lugareños en medio de la montaña
 Photobucket

Nos sentamos a descansar y de repente Jorgito se dio cuenta de lo dura que es esta montaña... Se le había reventado la bota!!!
 Photobucket

Después de más de diez horas de ruta alcanzamos el pueblo de Ilmil
 Photobucket

Y tras caminar media hora por la carretera (este tramo sí que se hacía pesado de narices...) llegamos al camping!!! ¿Qué faltaba? ¡La cervezota de rigor!!!!! Un flag fresquita para celebrar la travesía!!!
 Photobucket