lunes, 29 de junio de 2009

Balaitús (3.144m) Primera estival de la temporada, ¡ahí es nada!

Decíamos ayer... que nos fuimos a dormir prontito, que el día siguiente iba a ser largo. Más que nada porque a las 5,00h ya estaba sonando el despertador de Kepa. La verdad es que yo no dormí excesivamente bien, pero no me levanté mal del todo. Por la noche ha soplado el viento, pero parece que ahora la cosa está tranquila. Desayuno frugal, terminar de componer la mochila y... en marcha que, entre ponte bien y estate quieto, son casi las 6,00h.



Tras dejar atrás el refugio, la primera cuesta, pues eso, cuesta lo suyo. No sé quien comenta que viene bien para calentar. En fin, pues será eso.


El primer tramo lo hago despacito, ya dije que el día anterior no iba muy fino y éste tampoco es que esté yo para correr maratones. Camino con calma, sabiendo que el día va a dar para mucho y que yo suelo venirme arriba al final de las etapas.


Amanece rápidamente y la luz del sol imprime este color al Pirineo. Llena Cantal, al fondo los Picos del Infierno y, delante de ellos, el Tebarrai, donde subimos ayer.



Ganamos altura y nos encontramos los primeros neveros. La nieve se pisa bien y comprobamos que no hay nadie delante de nosotros. De momento, el pensamiento positivo de Joana da sus frutos. "No va a haber viento y no nos vamos a encontrar a nadie", repite todo el rato con una sonrisa a modo de mantra. La luz del amanecer recorta perfectamente la Cresta del Diablo y se pueden identificar perfectamente sus famosos cuernos. ¿Los veis en el medio de la cresta?


Intercalando neveros, pedreras y algo de senda seguimos subiendo. El sol ya empieza a pegar en la pared ee los Picos de Frondiellas y se intuye el lugar en elq ue está la Brecha de Latour, por la que intentaremos subir al Balaitús o Balaitous, que dicen los vecinos franceses.


Ahora, Joana y Luis se retrasan un poco. Joana prefiere ponerse los crampones en un tramo de nieve un poco más dura y con más caída. Yo continúo y me encuentro cada vez mejor.

Kepa, como ayer, va como una moto, esperándonos de vez en cuando para reunir el grupo y comentar alguna que otra historia.



En una de esas paradas le tiro esta otra foto a la Cresta del Diablo, otra vez aparecen los cuernos en el medoi, ¡uy qué miedo!



Para esta pala de nieve ya nos ponemos todos los crampones, sacamos de paso el piolet, que colgado en la mochila no sirve para nada, y tras darnos crema solar, nos dirigimos, Kepa el primero, hacia la entrada de la brecha, que estará detrás de esa mole rocosa.

Allí vienen Joana y Luis, con bonito paisaje pirenaico a sus espaldas.



Y ya vemos la Brecha de Latour. Hemos tardado dos horas y media hasta aquí. De momento, comprobamos que ha perdido mucha nieve desde la semana anterior. Cuando subieron Sarita y Mane, su reportaje nos sirvió de mucho en la ascensión, ¡gracias compañeros!

Mientras Kepa mira por dónde hincarle el diente al primer resalte, Joana y Luis ya llegan al inicio de la brecha. Toma foto.


El primer paso es cuestión de pegar un pioletazo a un nevero y hacer una trepada sencilla, yo suplo mi escasa técnica con mis largas patas y la solvento sin problemas. Ahí está Kepa empezando a remontar la descompuesta canal. Algunas piedras ya caían, ya. Una me dio en el pecho, pero sin consecuencias, que para eso soy de Bilbao.


Ahí está Luis a punto de meterse en el "fregao".



Tras otro tramo de roca, aun más suelta, Kepa llega un tramo que aún conserva nieve. Ya vemos las clavijas.


Mientras, emn esta foto de Kepa, yo gestiono el otro paso delicadito que tiene esta subida. Nada serio. Con prestar un poco de atención se encuentran buenas manos y pies.


Kepa ha decidido pasar de las clavijas y ver qué tal está la subida desde el final de la brecha. Bueno, pues vamos para allá.


Me reúno con él junto al bloque empotrado y vemos subir a Luis. Lleva la cuerda para asegurar a Joana que va más tranquila con una cuerda por arriba. La suya, de 60 metros, llega justita para pasarla por una cinta que Kepa ha pasado por una roca.


Mientras sube Joana, nos asomamos al otro lado de la brecha y vemos el Midi d´Ossau.



Una vez todos juntos, Kepa se decide a hacer la trepada, de III/III+ dicen, que enlaza con la parte más fácil, de I/II, que viene de las clavijas. Aprieta un poco el culillo...


...y tras chapar en un parabolt intermedio, sigue la grieta hasta una vira ya más sencilla.



Me dice que sólo tiene un pasito un poco más así y, con la cuerda por arriba, hago la trepada sin mayores problemas. Así me retrató Joana en plena faena.


Efectivamente, tras un pasito un poco más así, que solvento utilizando la técnica del paso de rodilla Düffler, la cosa se suaviza y me doy la vuelta para sacar a Luis que viene detrás de mí. Abajo, en la brecha espera Joana y algunas otras gentes que han empezado a llegar detrás de nosotros.


Kepa ha montado otra reunión con una cinta y ahora le aseguro yo con mi reverso nuevo. Se trata de pasos de I y II, pero ya que vamos encordados y hemos subido el material... que un resbalón tonto lo puede tener cualquiera y yo soy especialista en esas cosas.


Después tiro yo primero hacia la última reunión. Un cable de acero desde el que luego empezaremos a rapelar el descenso.



Y desde allí aseguro a Kepa, o eso creía yo, porque cuando llega junto a mí, observa sorprendido que no había hcho bien el anclaje y el paso de cuerda por el reverso... menos mal que no era un tramo complicado... bueno otra cosa que ya no se me olvida.



En fin, así de contento posa Kepa con el Midi al fondo tras superar esta parte un poco más complicada de la ascensión. La verdad es que trepar por esa zona expuesta, con el vientecillo que soplaba y escuchando el "cling-clang" de mosquetones, le daba al tema un ambiente la mar de alpino, oyes. Pura felicidad. Le hemos echado un poco más de hora y media a la Brecha de Latour.



Ya vemos la pirámide de hierros de la cima. Ahora "sólo" nos quedaba bajar un poquito y recorrer esa pala de nieve. "Sólo" porque aunque parece corto, hay que echarle como una media horita.


En la parte francesa se meten las nubes hacia el Midi d´Ossau. Abajo están los ibones de Arriel.


Y detrás, Joana y Luis bajan con la Aguja Cadier a su espalda. Dos montañeros están en la reunión donde nosotros decidimos dejar las cuerdas. Menos peso en el tramo final de la ascensión.



Allá va Kepa...


...y allí vienen Joana y Luis...



...allí está ya la cima, donde Kepa espera con otros dos montañeros que nos adelantaron en la pala de nieve.



¡Ánimo compañeros, que ya no queda nada! Al fondo, impresionante el Vignemale.



Y por fin, foto oficial en la cima. ¡Yupi! Por cierto, era 21 de junio, fecha en la que empieza el verano. sí que nos marcamos la primera estival de la temporada al Balaitús. Nada, nada, otra hazaña para el currículum... guardaré toda la información para la próxima convocatoria de los Piolet d´Or.

Y por supuesto vídeo oficial en la cima en la que nos juntamos unos pocos. Allí, abrí un paquete de jamón ibérico que Joana y Luis rechazaron, es que son vegetarianos. A más tocamos, pensamos Kepa y yo, antes de dejar temblando la ración envasada al vacío.

Introduciré ahora una pequeña nota histórica. A pesar de mi hazaña, no era el primer nisio que hollaba la cima del Balaitús. Allá por el año 1991, creo. Quique, Andrés y mi hermano Íñigo, los trs que están de pie de izquierda a derecha, subieron a esta montaña. Lo siento, pero no identifico a los otros tres. Todo un documento que me ha pasado Andrés, supongo que hurtado del archivo de mi hermano. A ver si los poseedores de joyas como ésta se animan de una vez, que la sección Aquellos maravillosos años... necesita de sus aportaciones.
Antes de bajar retrato a este compañero vasco-francés con el Midi. La cumbre es sencillamente espectacular y como se consigue por una vía tan bonita pues doble satisfacción. Sí señor.


Bueno, vamos para abajo, que para luego es tarde. Esta foto es de Kepa.



Nos juntamos con otros cuatro en el inicio de los rápeles y decidimos ir dejando cuerdas puestas para agilizar la maniobra. Después comprobaríamos que tal vez no fue la mejor opción, al menos no la más rápida. Ahí va Kepa.


Y ahí voy yo en mi primer rápel desde hace... desde hace... desde hace un porrillo de años. Pero esas cosas no se olvidan es como montar en bicicleta. Para montar el sistema descendedor sí que requerí de la ayuda de Luis que me indicó como utilizar correctamente el reverso. Un buen sitio para estrenarlo, pensé y para practicar.



La siguiente reunión a ésta quedaba como un metro por debajo de lo que daba una cuerda de 60 metros en doble. Así que para evitar historias, Joana unió dos cuerdas con un doble pescador y nos saltamos rápel. Por cierto, que José, un palntino-riojano con el compartimos ascenso, cumbre y descenso, perdió su descendedor y hubo que echarle un cable izándole uno. Aquí está Agustina, la otra riojana, con la que coincidí en las reuniones y ahí abajo va Joana.



Por arriba baja Luis...



...y ahí estoy yo, rapelando con elegancia el último tramo.



Muy bonito, sí señor. Recogemos cuerdas y seguimos el descenso. Allí abajo espera el resto.


Volvemos a transitar por neveros...



...vemos de nuevo el embalse de Respomuso...



... y el anhelado refugio...


...donde tras recoger el campamento nos tomamos unas cervezas.

Luego, a seguir bajando que todavía hay que llegar al coche. Enfilamos el camino al embalse de la Sarra junto con José y Agustina...




...y echamos una mirada atrás para despedirnos de las cumbre del circo de Piedrafita. Hasta pronto.



El descenso se hace ameno a pesar del tiempo de actividad acumulado, llevaremos unas doce horas haciendo el cabra. Una cascada del río Aguas Limpias



Por fin llegamos a la sombra del hayedo, que se agradece. Sí, eso que cuelga es una bota de vino, pero estaba vacía. Lástima. Por cierto, quién leches se dejaría/abandonaría eso ahí, hay que ser... me callo.


El río remansa un poco. Eso quiere decir que estamos ya casi en el aparcamiento unas catorce horas después de empezar a andar. No está mal como entrenamiento para los Alpes, pensé yo relamiéndome como un felino ante los planes del mes de julio. Esta semana, sin embargo, Andrés ha introducido una variante en las vacaciones que incluye la palabra Himalaya... a ver si salen las cosas. Ya os contaré.



Bueno, que, como no podía ser de otra manera, el fin de semana acabó con esta peculiar entrega de la camiseta a Kepa, que fue quien me lió para esta ascensión. Todo un nisio, sí señor, mira que llevarme con él a una ascensión de estas características. Era la última camiseta de la remesa, así que prometí a Joana y a Luis enviársela en cuanto haga unas nuevas. Palabrita del niño Jesús.


En fin, que después de cenar rápido y por fin poder hablar por teléfono para informar de que estaba bien, salimos cagando melodías, que esperaban cinco horitas de coche hasta casa y al día siguiente, lunes, había que madrugar. Alguien me ha dicho que vaya paliza que nos dimos. Alguien que nunca sabrá lo que es disfrutar de una pedazo de montaña como el Balaitús. A ellos les dedico esta cima, a todos aquellos que nunca sabrán lo que es subir a una montaña. Va por ustedes.
Si alguien está interesado en intentar la ascensión a esta montaña, le recomiendo encarecidamente que le eche un vistazo a estas páginas, donde encontrará una información mucho más detallada y completa que la que ofrezco yo aquí: