miércoles, 26 de noviembre de 2008

Del cielo de Pakistán...Spantik (7.027m) Parte II

Con más retraso que el exigido para crear expectación y dadas las indirectas de Borja, no me ha quedado más remedio que sentarme y continuar la historia del periplo Pakistaní de un joven con corazón Nisio… Igual que tantos otros viajes, lo primero… ir al supermercado. Comprar para una expedición es igual que para cualquier excursión pero a lo bestia. La única salvedad es que como cargan los porteadores pues, ala, ancha es Castilla... Ni que nos fueran a portear un grupo de superhéroes… Luego, viéndoles con los bártulos y petates empecé a aceptar esa posibilidad, sólo les faltaba la capa… Quizá se hayan caído en una marmita con poción mágica como algún otro… Aprovecho para presentaros a Samander Khan, el de la izquierda, fue nuestro oficial de enlace, un gran tipo.
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Total, que con todo listo, el despertador sonó una noche, había que salir muy pronto, el camino era largo, nos íbamos a Skardú. El microbús lleno hasta arriba y por delante un par de días por la Karakorum Highway. Salimos con tantas ganas que a los pocos minutos pinchamos…Bueno ahí van… fotos a dolor, y eso que he descartado un buen número de ellas. Comenzamos con la primera parada, para sobreponernos al calor con unos refrescos…
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Con el ronroneo del motor, tan pronto me dormía como alucinaba con el paisaje… Hasta que llegamos al primer atasco del viaje…
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Los desprendimientos suelen bloquear la carretera cada poco, no conviene recorrer la KKH, así la llaman, con prisa… Obsérvese al hombre que plácidamente sestea sobre su camión…
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Algunos, aprovechan para poner a punto sus vehículos…
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Todo el mundo está fuera, esperando, a sus cosas…
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Yo, como vivo en Madrid, estoy acostumbrado… aunque aquí son más divertidos. Había dos excavadoras, una a cada lado del desprendimiento. Las piedras continuaban cayendo, aún así la gente animaba a la que tenía a su lado para que comenzara la labor…Limpiaban pero al poco caían piedras y el conductor salía espantado, la gente le aplaudía y le arengaba como en una competición… Otros cruzaban corriendo mientras la piedras volaban… Ciertamente, los nuestros son bastante más aburridos, allí la gente ni habla, simplemente mira al infinito, igual no tiene nada que decir… yo miro a los lados, nunca se sabe igual pasa como en el cuento de Cortázar…
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Otros, como simplemente van al otro lado del río, ni esperan… Dejaban el camión y cruzaban, ya se arreglarían las cosas más tarde…
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Así transcurrió el día, la carretera cada vez se hace más vertiginosa, y ya bien entrada la noche, llegamos a Chilas. Os pondré unas fotos tomadas a la vuelta, por eso de poner algo con luz.
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El terreno ha cambiado, ahora es árido y el calor sofocante… el ventilador se convierte en nuestro mejor amigo…
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Buscando un lugar para tomar algo, vamos haciendo fotografías… Cerca está en Nanga Parbat, hay un importante comercio con la madera que crece en sus laderas. Una serrería...
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Los hombres aprovechan las últimas luces del día para seguir en la calle.
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Al día siguiente, temprano para intentar aprovechar el frescor mañanero, nos ponemos en marcha. A los pocos kilómetros, primera parada, si no hacemos alpinismo, pues al turismo… El camino está lleno de petroglifos de miles de años de antigüedad realizados por los primeros hombres que se adentraron en estas inhóspitas tierras.
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Estas imágenes representan a Buda sentado en la posición de Loto. No en vano en esta zona hubo un importante asentamiento budista en tiempos pretéritos… De cuando en cuando, puentes cruzan un Indo embravecido uniendo caminos que invitan a ser explorados.
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El río se empieza a encajonar en desfiladeros constantes.
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La caravana nos indica que se aproximan nuevos problemas.
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En efecto, nuevo desprendimiento, nuevo atasco. El problema de estas cosas es que los camiones cisterna no llegan a su destino y por tanto empiezan los problemas con la gasolina. Nosotros tuvimos que dar unas cuantas vueltas y esperar a que llegara uno.
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Pero bueno hay que tomarse las cosas con calma… ellos lo hacen. Aquí, el paisano no tiene pinta de estar estresado.
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Y volvemos a la escena de la excavadora trabajando y varios mirando. Parece que esa forma de trabajo está muy extendida en el mundo. Esta vez eran chinos lo que dirijan las obras, con su casco estaban muy aparentes.
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Pronto, la carretera quedó despejada y pudimos proseguir viaje.
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Qué estéticas imágenes…
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El paisaje que rodea la carretera es asombroso.
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Todos estábamos ansiosos, en breve tendríamos el ángulo perfecto para ver uno de los grandes…
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Efectivamente, los que hayan leído en la foto se habrán dado cuenta… el Nanga Parbat. 8.125m, en urdu significa “montaña desnuda”. Los carteles la señalan como la montaña asesina, apodo que se le dio en 1953, el año en que Hermann Buhl llegó a su cima. Antes, once montañeros y quince serpas de la expedición murieron en sus faldas. A ese fatídico palmarés hay que sumar un buen número de personas que murieron en intentos anteriores… Os he ahorrado investigar en la Wikipedia…
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Lo cierto es que tenemos un poco olvidado el reto del alfabeto… y creo que no hay foto Bar Llamas con la “N”… se lo propondré a Borja… Ah, también el Neverón de Urriello es con la “N”, bueno ya lo iremos pensando…
De vez en cuando cruzábamos pueblos que parecían tener el tiempo estancado, el tiempo y la fuerza de la gravedad…
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¿De que vivirá la gente de estas casas?
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Las tres cordilleras más altas del planeta Hindu kush, Himalaya y Karakorum se juntan en punto, parada obligada del viajero curioso.
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El mapa del mojón representa fielmente la realidad… espectacular lugar…
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Yo que soy por naturaleza exagerado, no tengo palabras para describir la magnitud y el tamaño de las cosas. Tamaño que aunque todos los hombres sabemos que no importa, si impresiona…
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En un punto, nos separamos de la Karakorum Highway, ésta sigue dirección hacia Hunza y China… pero nosotros tomamos dirección Skardú. Encontramos hoteles de muchas estrellas en el trayecto, vamos con todas, además con baño y agua corriente…
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Aproveché la ocasión para fotografiar un bodegón de libro…
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En una de las paradas aprovecho para aposentarme al estilo Imperium Romanum y disfrutar de un bebible, si queremos buscar fallos a la foto, obsérvese la ausencia de Mahou suplida por una triste Pepsi… Qué difícil es la perfección…



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Los cruces de caminos son buenos lugares para colocar un garito… aprovechábamos para comprar fruta y cómo no, mezclarnos con las gentes. Las distancias son grandes y muchas veces recorres muchos kilómetros hasta encontrar algún local. Vamos, que hay más clubs en la carretera de Burgos…
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El tiempo pasaba en esta interminable y audaz carretera.
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Los abismos se sucedían de tal modo que por momentos terminabas acostumbrándote.
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Esta imagen, va dedicada a los impresionables. Obsérvese la tirolina-cesta utilizada para cruzar el río. No apta, evidentemente, para gente en su sano juicio…
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La tarde caía y los cielos se llenaban de colores que un buen fotógrafo habría aprovechado mejor…
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Yo hacía lo que podía con mi pequeña cámara…
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La suerte del principiante puede hacer que se consagre…
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Siempre me he preguntado si mi habitual tranquilidad es fruto de un grave empanamiento mental o simplemente es el afán de llevar la contraria a esta estresante sociedad en la que vivimos, por tanto me lo voy a tomar con calma… como "El Nota"… Os pondré unas imágenes de Skardú y sus alrededores…
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En Skardú, teníamos un día para descansar y revisar material, tiendas y demás… Llovía, por tanto, tenía que salir a dar una vuelta…
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Desde el microbús me fijé en unas dunas que parecían rodear la ciudad, tomé esa dirección, hacia el desierto…
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Busqué los rincones en a la orilla del río, esperando que parara la lluvia.
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Me topé con algún curioso que me miraba con cara de sorprendido, quizá preguntándose qué hacía un turista por esos lugares o quizá preguntándose qué hacía un talibán por esos lugares… porque mi aspecto era ese… Algunos no lo dudaban y me hablaban en Urdú directamente.
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Poco a poco, las veredas iban desapareciendo, igual que la lluvia. Las piedras y la arena iban apoderándose del terreno.
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El cielo mostraba claros entre nubes rotas, preparándose para ofrecerme un gran espectáculo.
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Sacaba fotos y los chavales se acercaban en plan colegueo. Me hacían las típicas preguntas que se le hacen al caminante… ¿De dónde vienes?¿ A dónde vas?
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Cuando les decía que quería subir una montaña, todos me preguntaban que si el K2… supongo que lo deducían por mi rudo aspecto… ¿Entenderían la expresión… "Ni pal carajo”?
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Cada vez las construcciones se alejaban más unas de otras.
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Me subí a una duna, al rato apreció un anciano, me miró, sonrió y se puso a observar el horizonte en la misma dirección en la que yo miraba. Allí nos quedamos los dos un momento el sonriendo y yo haciendo lo único que se podía hacer… ser feliz.
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Pero había que regresar, llevaba medio día caminando y teníamos que revisar las tiendas. Vuelta a Skardú. En la ciudad saqué muchas fotos, normal. Estas son de la vuelta. Una mezquita.
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Otra. Seguro que con esta instantánea mi espíritu artístico y comunicador quería decir algo.
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La mañana del último día, antes de volver.
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Es cierto, una imagen vale más que mil palabras.
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En el siguiente capitulo, el nisio se sube a la montaña rusa que formaban el todoterreno y el camino a Arandú. Se pone las botas y comienza su andadura. Para aquellos, que esperaban ver en esta entrega montañones, como no está en nosotros defraudar a nadie… ahí van dos…
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