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lunes, 9 de marzo de 2009

Expedición Ramafloja al Atlas: Epílogo

Dicen que lo bueno se acaba pronto. Ahora, con una cierta distancia, no sabría qué decir. Lo que sí es cierto es que disfruté de cada momento consciente de lo privilegiado que era por poder estar en un sitoi como ése. Disfruté de cada cima, disfruté de cada paso hacia cada cima, disfruté del paisaje, disfruté de cada trozo de chocolate, de cada carcajada... hasta en los momentos en los que tocaba sufrir un poco, que los hubo, disfruté. En esta primera foto de la última entrega del reportaje, mismamente estoy disfrutando del sol de la mañana, poco antes de ponernos en marcha de vuelta a casa.

Nos levantamos con calma, desayunamos, recogimos los trastos y, tras hacernos una foto de grupo de la Expedición Ramafloja 2009 en la puerta del refugio...

...y a eso de las 11,30h nos pusimos en marcha.

De camino, miramos hacia la izquierda y vemos la cima del Biiguinnoussene, el Dedo del Tadat y la entrada de la canal que el día anterior nos llevó a su cima.

Echando la vista atrás, vemos, al fondo, la cumbre del Ras. Otra de las cimas que conseguimos. También vemos cómo las nubes empiezan a aparecer en el cielo. Un chico rumano nos dijo anoche que las previsiones eran de cambio brusco en el tiempo. Hemos tenido mucha suerte. Cinco días fantásticos para hacer montañismo.

Descendiendo, nos acordamos del día que subimos, entonces las mochilas pesaban horrores. Ahora, después de habernos comido las latas de caballa, los embutidos y haber regalado a los oscenses el pan que nos sobró, que no era poco, la cosa cambia. Eso sí, la tienda de campaña. la pala, la esterilla y otros objetos que finalmente no hemos utilizado, nos recuerdan nuestro nisio proceder.

Avanzamos a buen ritmo y con buen humor. Hace buena temperatura y la nieve se pisa bien. No hacen falta crampones.

...nos encontramos con algunos esquiadores que suben y les informamos de las previsiones. Ponen cara de: "vaya putada", pero tiran para arriba. Qué remedio.

Ahí va Pablo, con un corredor que nos ha llamado la atención desde el primer día.

Al perder altura, llegamos a un tramo en que la nieve fundida se ha convertido en un barrizal. Yo piso una placa de hielo, resbalo y me doy un importante culetazo. Me duelen las posaderas, pero aún más el orgullo. Pero pronto me recupero, me seco las lágrimas y muestro al mundo mi vena rockera.

Seguimos caminando mientras las nubes cada vez invaden más el cielo.

Pero sigue haciendo calor y como las ganas de hacer el tonto nunca faltan, nos refrescamos utilizando la técnica Düffler más depurada y que los ramaflojistas dominan a la perfección...

Así, entre chorrada y chorrada, ya vemos allí abajo el poblado de Sidi Chamharouch o Morabito.

Ahí está la gran roca blanca, que según la leyenda fue donde pernoctó Sidi Chamharouch, el rey de los genios, que tenía apariencia humana de noche y de perro negro de noche.

Me acerco a la piedra y a la gruta, donde un cartel advierte que está prohibido el paos a los no musulmanes.

En la zona de las tiendas destinadas a los turistas, nos tomamos un té con Mohamed y el resto de bereberes como en la subida. Compartimos con ellos el queso y el chocolate, pero, educadamente, rechazan los embutidos. Su religión les prohíbe comer cerdo.

Comemos y charlamos durante más de una hora. A veces en serio, sobre qué tal les va el negocio... nos dicen que ahora mal, pero que Semana Santa llegarán muchos turistas y venderán algo más de sus productos de artesanía. Y la mayoría de las veces en broma, que si a la noche la máquina... que si Mohamed levanta una tetera de tres kilos con la minga... le pedimos por favor que no nos lo demuestre... Vamos, unas risas.

Nos despedimos y proseguimos nuestro camino...

...al fondo el cielo está cada vez más gris.

Sin embargo, hacia abajo, la cosa pinta mejor. Ya vemos a nuestros pies el valle que conduce a Aremd. Nos sorprende cómo se ha ido la nieve. Cuando subimos el lunes, hoy es viernes, estaba compeltamente blanco y con medio metro de nieve.

Pues nada, vamos con paso decidido hacia Aremd.

Ahí está el pueblo, recostado sobre esa colina.

Junto al río, las huertas son verdes.

El minarete apunta hacia un cielo cada vez más negro.

Pero por el otro lado, el sol ilumina sus casas.

Ya no queda nada. Ahí está Imlil. Fin de trayecto.

Empezamos a cruzarnos con sus gentes, que, tal y como les dejamos, siguen con sus quehaceres.

A las cuatro y media de la tarde entramos en el pueblo. Hemos tardado cinco horas desde el refugio, claro que echamos una horita con los bereberes en Morabito. Atravesamos las calles donde hay un ajetreo que no encontramos al llegar. Recibimos varias ofertas de taxistas dispuestos a llevarnos a Marrakech. Edu vuelve a negociar con maestría.

Y el resto... pues, poca cosa. Llegamos al hotel, buscamos unos baños públicos, hamman donde nos quitamos la mierda de cinco días, paseamos por el zoco, hicimos algunas compras, cenamos y nos fuimos a dormir, tras disfrutar un rato del ambiente nocturno de la plaza de Jmaa el Fna.

A la mañana siguiente, yo volaba para España. Los ramaflojistas se quedaban unos días más que aprovecharían para ir a la playa. Así que nos despedimos entre abrazos, muy varoniles todos ellos, por supuesto.

Hasta la próxima compañeros. Un verdadero placer haber compartido estos días, estas montañas con vosotros.

Y mientras yo regresaba al curro. Aquí, los amigos se fueron a Essaouira, a ver el mar.

Los muy... no tardaron en sustituirme. Sí, por ese rubio de ojos claros, un australiano muy simpático, eso me dijeron en el correo electrónico en el que me adjuntaron esta foto...

...y esta otra... parece que se lo pasaron bien juntos... mirad cómo le abraza Pere... y hacía menos de 24 horas que nos habíamos despedido... si es que... son todos iguales...

Por lo visto se lo pasaron pipa... Para muestra, un botón. Mejor dicho, un vídeo.

Y para terminar una foto de alta sensibilidad, de ésas que sólo la maestría del gran Pere es capaz de capturar.

Y... bueno... esto es lo que tienen los epílogos. Que se escriben al final. Así que, como ponen en las películas. Bueno, al menos antes, lo ponían: FIN

miércoles, 4 de marzo de 2009

Expedición Ramafloja al Atlas: Biiguinnoussene (4.002m)

Viene de aquí

Eso creía yo porque pasé la noche más perra de mi vida. Bueno, no exageremos, tal vez la segunda más perra de mi vida. Me fui al saco tan tranquilo, pero al poco de acostarme me empezó a doler la cabeza. Me tomé unos ibuprofenos y pensé, en cuanto me duerma se me pasa o viceversa. Pero ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. No pegué ojo en toda la noche con un dolor de le repera. De hecho, decidí que a la mañana siguiente me bajaba para Imlil. Sin embargo, al final, sobre las 5,00h me debí de quedar dormido porque no oí el despertador, que habíamos puesto a las 6,00h. Un poco grogui me levanté y bajé a desayunar a ver qué tal me iba encontrando y poco a poco empecé a funcionar. Así que decidí intentarlo, que para darse la vuelta siempre hay tiempo. El que al final se quedó en el saco fue Aritz, que tampoco pasó buena noche.
En fin, que pasadas las 7,30h nos pusimos en marcha, desandando el camino que lleva al refugio para coger un poco más adelante a la izquierda el inicio de la canal.


Por aquí. 600 metros más arriba vemos el Dedo del Tadat. Hasta allí tenemos que subir para ganar la arista del Biiguinnoussene, la cima que nos enamoró desde el primer día.


Hemos hecho bien en madrugar un poco. Un grupo de Huesca con el que compartimos refugio la hizo hace una semana y nos dijo que enseguida daba el sol y la nieve se ponía muy mal. De momento caminamos por la sombra. Ahí va Edu...


...y con él el resto del grupo: Pere, Pablo y Juanillo. Ya he dicho que Aritz causó baja a última hora. Yo de momento, no voy mal del todo, tranquilo, despacito y bebiendo mucho.


Una vez más ha salido un día fantástico. No hace mucho frío para ir por la sombra y la presencia del Dedo, ahí arriba, nos anima a seguir.


Pere se ha parado un momento a arreglar unos asuntos con el señor Roca que no admitían demora, pero pronto se reintegra al grupo. La Canal va cogiendo ambiente.

Se acaba la sombra y al solcito se camina a gusto. Yo me voy encontrando mejor.


La pendiente no supera los 40º, se hace bien. Además, seguimos la huella de los oscenses, cuatro máquinas que están terminando de sacarse el título de Guía de Alta Montaña. Ellos nos han dado cuatro indicaciones y nos han asegurado que es una ascensión que vamos a disfrutar.


Y disfrutamos, vaya que disfrutamos. En un momento en que la canal tiene varias bifurcaciones, yo busco la salida por la derecha, tiene un pasito en hielo, pero sólo es un pasito. El resto coge otro tubito y se demoran un poco más.

Ahí están Pere y Pablo en la parte más delicada de este tramo, nieve muy dura y con algo más de inclinación.

Ahí salen.

Tras ellos, la mole del Toubkal. La verdad es que esta zona es preciosa.


Ahora seguimos la profunda huella de bajada de los chicos de Huesca. A veces es incómoda de seguir, pero bueno, ya queda menos. Hace un rato, Edu se ha dado la vuelta. No se encontraba bien. Ha sangrado un poco por la nariz y no iba cómodo. Paramos un momento a comer un poco de chocolate...

...y a grabar un vídeo...


Pablo, que ayer se perdió las cimas del Ras y el Timesguida, hoy va con ganas. Ahí está en pos del collado.

Ya no le queda nada...


...después llego yo que, definitivamente me encuentro muy bien, No me lo explico, he debido de dormir un par de horas como mucho. Ahí llega Pere.


Y ya estamos frente al Dedo del Tadat. Ahora hay que flanquearlo por la parte de la derecha y seguir la arista hasta la cima. De momento, paramos a comer un poco. Hemos tardado un poco más de 3 horas en llegar hasta aquí.


En eso, que Pere se asoma a la canal y nos dice que viene Edu... y, efectivamente, ahí viene. Al final se ha repuesto y, tras bajar un rato, se ha vuelto a subir. ¡Vaya tío, eso es fuerza de voluntad!


Bueno, que, tras una parada de casi una hora, toca tirar para arriba. A ver qué tal está el flanqueo del Dedo...


Los compañeros de Huesca nos dijeron que tuvieron que meter cacharros para asegurarse. Claro que ellos pasaron abriendo huella y con más paquetón de nieve. Ahora, seguimos sus pasos y, aunque el patio es importante, si vas con cuidadito, no tiene problemas. Gracias compañeros.

Ahí está Pere dando pasitos y agarrándose bien a la pared.

Salimos de este tramo que le da un aliciente más a la ascensión... Acabo de darme cuenta de que Pere lleva en la mano un tramo de mi bastón, que decidió salirse en el lugar menos indicado...

...y enfilamos hacia la cumbre.

El primer tramo es una pala de nieve que recorremos con calma y disfrutando del lugar.


Poco a poco, la pendiente se acentúa y empiezan a aflorar las rocas. Siguiendo los hitos y las huellas avanzamos poco a poco. Los de Huesca nos dijeron que más arriba se confundieron de vía y tuvieron que darse la vuelta para volver a buscar la buena. Habrá que estar atentos.

El Dedo y la cumbre del Tadat quedan ya muy abajo...

...y el Toubkal, allí al fondo. Edu observa un tramo en el que la cosa se pone pindia...

...aquí. Encara la subida siguiendo la huella. Juanillo le sigue a él.

Yo voy detrás y Pablo conmigo. Abajo, con el forro rojo se ve a Pere. Ha decidido quedarse. No se encuentra bien, y no físicamente, sino de cabeza. No lo ve claro...


Edu se atasca en ese paso. Hay mucha nieve en la que se hunde hasta el pecho, aflora la roca, lo intenta pero no progresa. A la izquierda encuentro un paso alternativo, hago unos escalones en una nieve que suena un poco hueca pero que aguanta bien y tiro para arriba.

Al pasar el resalte de roca veo la huella que lleva a la cima. Tiene que estar ahí, tiene que estar ahí. Un pequeño paso en mixto y...

...ya estamos.

En la antecima, le dejo la cámara a Pablo que me inmortaliza camino de la cumbre principal...

...ahí estoy. ¡¡Yupiiiiii!! Son exactamente las 13,00h.

Me pongo a hacer fotos desde la cima: el Toubkal...

...el Ras y el Timesguida. He señalado la canal por la que subimos el día anterior.


Y en esas estaba cuando, igual que hizo Edu hace un rato, aparece el Pere que al final se ha animado a subir. ¡Estos ramaflojistas son la leche!

Nos hacemos una foto para el patrocinador...

...y nos vamos para abajo. Ahí está Pere destrepando unos de los pasitos en mixto. La verdad es que en la foto parece más de lo que es.

El otro pasito, que con sus piernas largas, solventa sin problemas.

Y el otro pasito que destrepamos con la técnica Düffler del arrastraculo.

Luego, la pala de nieve hacia el Dedo...

...Pablo se retrasa. Se encuentra a gusto y no para de hacer fotos.

Volvemos a bordear el Dedo...

...y bajamos la canal intentando no hundirnos demasiado. Cosa bastante difícil, por cierto.

Más abajo, la canal se encajona más y la nieve vuelve a estar dura.


Y sobre las 15,30h, llegamos al refugio. Allí están los chicos de Huesca. Les agradecemos sus indicaciones. También está Aritz, que al final se levantó a las 10,30h y se hizo la canal de Clochetons...

...es la amplia diagonal blanca de la izquierda. La línea de puntos rojos es, más o menos, nuestra ascensión.
Tras un rato de descanso en la terraza hasta que se va el sol, sesteamos un poco hasta la hora de cenar. Esa noche acabamos con las reservas de embutidos y patés que llevábamos. Cuanto menos peso lleváramos para abajo mejor.


Después, un rato de chimenea, de charla... yo me fui pronto al saco. Desde la habitación oía las risas de los ramaflojistas y de los bereberes. La conversación: sobre cómo "trabaja la máquina" a la noche, para variar. Esta vez si que dormí como un bendito. Cuatro cuatromiles en tres días era para estar satisfecho...

...y al día siguiente todos para abajo. Yo para España y, el resto de la tropa a la playa, que tenían más días de vacaciones.