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domingo, 25 de septiembre de 2011

Paseos por el Pirineo: Valle de Hecho, Selva de Oza, Foz de Lumbier...

Es cierto. Tengo esto del blog un poco abandonado últimamente, pero tengo una razón poderosa para ello y es que tengo el monte un poco abandonado últimamente, pero también tengo una razón poderosa para ello. Así pues, recupero un reportaje que tenía pendiente desde principios de agosto. Mi santa esposa y yo nos cogimos un fin de semana y nos plantamos en el Valle de Hecho para dar algún paseo tranquilo por allí y degustar los placeres gastronómicos de la zona. Tras llegar de noche al Hotel Usón, donde nos alojábamos, al día siguiente nos levantamos con calma para dar un paseíto por la parte alta del valle. No conocíamos la zona, pero mapa en mano, nos plantamos en uno de los aparcamientos que hay a lo largo de la pista y nos pusimos a caminar en busca de los restos megalíticos que hay por aquí... Ahí va Raquel con el Cotdoguy (creo) al fondo...
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Echando la vista y la cámara hacia atrás, vemos las impresionantes crestas de los Alanos...
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Llegamos al puente y buscamos los Dólmenes del Arroyo, que aparecen en nuestro mapa, pero no encontramos nada... así que seguimos el GR11 camino del refugio de la Mina a ver si con los Dólmenes de las Fitas tenemos más suerte...
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Después de dar varias vueltas sobre el terreno y a punto de darnos por vencidos, me subo en una piedra y miro a mi alrededor y... ¡eureka! Al fijarme un poco me doy cuenta de que las piedras están dispuestas en tres grandes círculos. Desde la distancia se aprecia mejor. Luego en el Centro de interpretación nos dijeron que correspondían a la planta de tres cabañas y no a un cromlech... bueno, menos da una piedra y nunca mejor dicho...
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La verdad es que no llevábamos caminando ni una hora, pero mi santa esposa empezaba a cansarse, así que dejamos el resto del valle y el resto de dólmenes para otra visita y decidimos regresar a Hecho a comer. Dimos una pequeña vuelta por el pintoresco pueblo...
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Con sus pintorescos rincones... Ah, bueno, eso que tiene Raquel en la parte abdominal de su cuerpo serrano es la poderosa razón por la que últimamente tengo un poco abandonado el monte y, por tanto, un poco abandonado esto del blog. También es la poderosa razón por la que apenas después de una hora de paseo nos volviéramos al pueblo a comer...
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Por cierto, tuvimos el placer de dar con nuestros paladares en el restaurante Canteré, una pequeña joya gastronómica en el pueblecito de Hecho al que llegamos gracias a la recomendación de Mikel. Pues eso, gracias compañero. Comimos de menú, en sábado, algunas delicias como raviolis de pollo chilindrón con crema reina, entrecotte de ternera a la brasa con mostaza a la antigua y de postre requesón, miel, café y pistacho. Ah, y como aperitivo de la casa esta original tortilla de patata en copa. Muy recomendable.
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Una comida de estas características tuvo como consecuencia una siesta acorde con la necesaria digestión de sus ingredientes. Sin embargo, por la tarde, dispuestos de nuevo a hacer hambre para acometer la cena con el mismo interés que el almuerzo decidimos salir a dar un paseo. Hay una ruta de senderismo no muy larga que recorre una antigua calzada romana justo sobre el paraje conocido como la Boca del Infierno hasta la Selva de Oza y, según mi mapa salía justo de la puerta de nuestro hotel. Allí, nos informaron de que el mapa estaba equivocado y que esa ruta se cogía un poco más adelante, que había que andar un poco por la carretera... así que para allá nos fuimos.
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...hasta la carretera...
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...hasta desviarnos por esta pista siguiendo las señalizaciones...
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...y con el hipnotizador Castillo de Acher frente a nosotros. No sé qué tiene esta montaña que me tiene enamoradito...
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Atrás hemos dejado el hotelito. Por cierto que es en plan ecológico, generan su propia energía, con un buen desayuno, una cena casera y un trato de lo más familiar y agradable. Otra opción muy recomendable.
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Volvemos a la ruta, ahora toca una subida un poco durilla que a Raquel, por la poderosa razón con la que tiene que cargar, se le hace un poco cuesta arriba, de nuevo nunca mejor dicho...
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Pero pronto encontramos este cartelito...
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...y nos vamos internando en el bosque por el estrecho sendero donde parece que refresca un poco...
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...hemos cogido algo de altura y detrás vemos el valle...
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...nos vamos acercando a la angostura que hace el río bajo la imponente Peña Agüerri...
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...y al fondo el omnipresente Castillo de Acher, al que subirempos en otra ocasión en que Raquel venga más ligera de equipaje...
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...las nubes y el sol de la tarde causan un juego de luces que, sin proponérmelo, capto con la cámara...
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...y así llegamos al punto más alto de la jornada, desde aquí, todo para abajo. La Torre lo Vixia antigua fortificación que controlaba el paso desde la parte alta del valle y de Francia hacia Aragón. Por aquí el contrabando era habitual en muchos momentos de la historia.
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Y bajando por el hayedo disfrutamos de lo lindo y pensamos que por aquí hay que volver en otoño...
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...así llegamos a la carretera donde después de un rato me di cuenta de que había perdido las gafas de sol. Un paseíto hasta el hotel, cena, gintonic para mí, colacao para Raquel y a la cama, que mañana tenemos planes...
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El plan era regresar hacia Cantabria pero parando a conocer la Foz de Lumbier y comiendo por Panmplona o así. Al principio el plan se cumplió sin mayores contratiempos, pero luego optamos por un plan B mucho más interesante que el inicial. Pero vayamos por partes. Aparcamos en la zona de visitantes de Lumbier y a dar el paseo...
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...nada más empezar pasamos un túnel. Ésta sencilla ruta, muy recomendable para hacer con la chiquillería, recorre el antiguo trazado del ferrocarril.
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...y al salir del túnel se te abre a la boca...
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...tal y como explica algún panel informativo, el río ha ido erosionando el terreno a lo largo de miles de años hasta darle este aspecto...
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...al fondo vemos donde acaba la foz, vaya, me lo esperaba un poco más largo...
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...en fin, lo bueno si breve... sobre nuestras cabezas no paran de sobrevolar buitres, alimoches y todo tipo de rapaces que con mi habitual impericia no logro fotografiar en vuelo...
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...pero que tirando de zoom y bien quietecitos...
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...otro túnel...
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...que nos lleva al final del recorrido con unas bonitas vistas al río color turquesa donde unos seres humanos practican un poco de rafting...

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...túnel de vuelta y regreso al coche deshaciendo el camino...
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Ya en el coche y ante el buen día que tenemos decidimos cambiar de planes. Raquel tiene antojo de Huevos con chistorra y, como la magdalena de Proust, al oir esa bendita palabra rememoro la chistorra más sabrosa que he probado en mi vida. Los recuerdos emergen en mi cabeza como una película antigua: frío, viento, nieve, un día de montaña increíble... ¡la Venta de Juan Pito! Así que nos montamos en el coche y disfrutamos conduciendo despacio de las carreteras que nos llevan hasta el valle de Roncal hasta llegar al lugar donde perpetraríamos la pitanza del día...
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...nos tocó esperar un rato, pero con una cerveza en la mano y estas vistas... hasta el juicio final esperaba yo... ¡sin problemas!
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...cuando llegó nuestro turno disfrutamos casi con lágrimas en los ojos del suculento plato. De aperitivo nos apretamos unas alubias con chorizo y qué decir del flan de postre...
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Ya que estábamos allí, decidimos volver a casa pasando por Francia, así que subimos el puerto de Belagua hasta la Piedra de San Martín y acabamos este fin de semana que rozó la perfección en todos los aspectos allí, contemplando una de las montañas más bonitas del mundo donde, de nuevo, los recuerdos empezaron a asaltarme. Los recuerdos de cuando Andrés y yo hollamos la cima del Auñamendi en medio de una preciosa ventisca, mientras Jorgito se olvidaba los crampones en la furgo y se quedaba sin cumbre, pero no sin huevos con chistorra...
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lunes, 11 de julio de 2011

Recorriendo Ordesa y 4: De Sarradets a la Pradera de Ordesa por la Faja de las Flores

Viene de aquí

Tras una semanita de playa por Málaga y apartado del mundanal ruido, continúo, que me había dejado esto sin terminar. A ver por dónde íbamos... ah, sí... nos habíamos quedado contemplaqndo las cascada y decidiendo, con una cerveza en la mano que, mejor que regresar por Bujaruelo, volveríamos al coche por la Faja de las Flores y las clavijas de Salarons. Más bonito, más directo y ahorrándonos la carretera de san Nicolás de Bujaruelo a la Pradera de Ordesa. En fin, que si el día anterior atardeció azul, la mañana se nos presentó totalmente nublada...
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...total, que a eso de las ocho de la mañana, dejábamos atrás el refugio donde tan bien nos habían tratado una vez más...
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...y enfilábamos de nuevo hacia la Brecha de Roland que tapaban las nubes...
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...hemos desayunado bien y vamos a buen ritmo...
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...así que no tardamos en meternos de lleno entre las nubes...
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...por suerte el camino no tiene pérdida y en poco más de media hora ya vemos aparecer el grandioso corte en la muralla de roca...
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...atravesamos por última vez la Brecha...
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...y en un momento en que aparece un claro nos lanzamos hacia abajo en busca del camino que nos baje hacia Cotatuero antes de que nos envuelva otra vez la bruma.
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Al perder altura la visibilidad mejora considerablemente y el sendero no tiene pérdida. Al fondo, el Pico del Descargador nos sirve de referencia...
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...y a la espalda dejamos la Brecha que acabamos de cruzar...
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...ya vemos las verdes Planas de Narciso...
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...a las que no tardamos en llegar...
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...¡qué a gustico se camina sobre la hierba!!
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Mira, por esto le llaman El Sumidero...
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...de repente el riachuelo desaparece en la roca y recorre las entrañas calizas de la montaña para resurgir de nuevo en el barranco de Millaris. Este lugar no deja de sorprendernos.
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Vale, el agua se mete por el agujero y sigue para abajo... pero, ¿nosotros?
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...un mojón nos lo indica. Por aquí...
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...sólo hay un sencillo destrepe...
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...y a seguir caminando otra vez hacia las nubes...
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...de ahí arriba venimos...
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...y hacia allí vamos. Directos a un laberinto kárstico del que estaremos casi una hora para salir... tras atravesar este "pasillo" había, por lo visto, una indicación para seguir por la derecha y rodear el karst...
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...pero no lo vimos y ahí nos metimos. Enormes grietas nos cortaban el camino cada poco. Así que con paciencia fuimos enlazando mojones para avanzar. Menos mal que aquí fue levantando la niebla poco a poco, porque si no hubiera sido mucho más divertido...
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Pero al final salimos. Paramos a comer un poco y sin mayores contratiempos localizamos el sendero que recorre la Faja de las Flores.
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Antes, otra miradita atrás...
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...y a seguir el caminito...
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...que poco a poco nos lleva hasta el bordecito mismo del Circo de Cotatuero...
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...las nubes empiezan a disiparse como si nos levantaran el telón del espectáculo que está a punto de comenzar...
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...justo antes de perdelo de vista, aparece la cima del Taillón, que ascendimos ayer...
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Óscar se asoma...
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...me paro a mirar las fotos que me quedan en la tarjeta de la cámara: 597... a ver si me llega...
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...porque además del sendero imposible por el que transitamos y las vistas del increíble balcón al que nos asomamos, también hay maravillas a nuestros pies. Algo he andando por el monte, pero es la primera vez que veo la mítica edelweis. ¡Había cientos! También de otras muchas especies. Ya sé porque le llaman la Faja de las Flores.
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...el sendero no es apto para personas con vértigo...
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...no es nuestro caso, afortunadamente. Así que continuamente nos detenemos para contemplar... ya aparece el valle de Ordesa...
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...hasta aquella punta llega el sendero, haciendo una amplia curva. Vemos un grupo...
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...mejor con el zoom...
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...una vez allí nos espera otro mirador...
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...seguimos y ya vemos el Tozal del Mallo allí abajo...
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...se me acaban las palabras, lo que no se acaba nunca son las fotos...
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...y una curiosidad. Desde la pared, mirando hacia arriba aparecía este arco iris...
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...y en mitad del cielo también estas irisaciones, pero no con forma de arco, los colores estaban ahí colgados sobre el valle...
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...y así con este broche de oro, más bien multicolor, llegamso al final de la faja y empezamos en descenso por el circo de Carriata en busca de las Clavijas de Salarons. Por ese corte en la pared hemos venido, si me dicen que por ahí hay un camino no me lo creo...
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...en ese corte en la bajada deben de estar las clavijas...
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...un cartel nos lo confirma...
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...el sendero serpentea en busca del paso...
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...que no presenta dificultades, aunque como apuntó Jorgito, está más pensado para subir que para bajar... Navarro sonríe en mitad de la faena.
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Después hay otro tramo de clavijas menos vertical pero también con su cosilla y llegamos al camino que nos llevará hasta la pradera de Ordesa. Pero para eso todavía queda unas horas y varios cientos de metros de desnivel...
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...vamos a buen ritmo y en una horita nos plantamos en el bosque...
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...el calor aumenta conforme perdemos altura, pero la sombra del hayedo nos hace este último tramo más llevadero y en otra horita y cuarto estamos en la carretera...
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...que nos deja de nuevo en el punto desde el que partimos hace tres días con lo que completamos una bonita travesía circular.
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La celebración del regreso del grupo en perfecto estado y con una par de cimas en la mochila incluyó, como no podía ser de otra manera, unas fresquitas jarras de cerveza.
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