lunes, 28 de noviembre de 2011

La Mira (2.343m) Regreso a las montañas

Cuatro meses sin ir al monte. Y eso se nota. Sobre todo en mi forma de hacer la goma en los tramos cuesta arriba. Pero bueno, después de cuatro meses sin salir al monte. Este fin de semana estaba en Salamanca y tenía el sábado libre. Unas llamadas bastaron para juntar a los miembros de The South Face Extreme Nisio Team que estaban disponibles. Dos de los Héroes del Paldor: Andrés y Sergito, y Juanjo, otro más mítico que la goma de Milán, que ya participó en la integral del Circo de Gredos. Lo único que pedí al grupo fue que me aceptaran una ruta asequible a la paupérrima condición física que tengo últimamente. No nos costó mucho decantarnos por La Mira desde la Plataforma de Gredos. Así que tras juntarnos y parar a apretarnos un desayuno de campeones en Hoyos del Espino, a eso de las diez de la mañana empezamos a caminar con un día que ni encargado, oye.
Photobucket
Con una amplia sonrisa en la cara comprobamos que la mayoría de los seres humanos que había en el aparcamiento se dirigía hacia los barrerones y pronto nos quedamos solos remontando tranquilamente el camino que lleva hacia el Puerto de Candeleda y el Refugio del Rey. Hasta nos tuvimos que quitar ropa del calorcito que hacía.
Photobucket
Con las primeras rampas el grupo empezó a romperse. Sergio tiró con fuerza y el resto nos quedamos charlando, contando chascarrillos, resoplando con el corazón en la boca...
Photobucket
...mi histórica excusa de que me paraba para sacar fotos tiene validez si el resultado es el siguiente. Ahí va Juanjo atravesando la tierra de Mordor...
Photobucket
...que nos deja en este precioso mirador. Allí, al fondo La Mira, a donde llegaremos en un rato. ¡Qué ganas tenía de volver a estar en un sitio así! Una ascensión tranquila y disfrutona es lo mejor para reencontrarse con las montañas.
Photobucket
Ahora, toca recorrer todo el cordal de Los Campanarios, donde podemos observar la marcada línea entre las vertientes norte y sur.
Photobucket
Lo dicho, un placer caminar por aquí...
Photobucket
...en animada charleta y con el Almanzor empezando a asomar por detrás del Morezón.
Photobucket
Parece que La Mira está más cerca, pero aún nos quedan unos cuantos subes y bajas...
Photobucket
...por preciosos lugares...
Photobucket
...con sorprendentes conjuntos de rocas...
Photobucket
...y siempre con el telón de fondo de las principales cumbres de Gredos, desde el Casquerazo hasta el Cabeza Nevada.
Photobucket
En lo que hago las fotos, ya he vuelto a perder de vista a Sergio. Vaya, parece que se ha equivocado de ruta, ¡¡¡que por ahí no es!!! Ah no, que lo que quiere es que le haga la foto chilena de la jornada. Así que sin utilizar el "Photoghost" ni nada, le retrato en pleno esfuerzo titánico.
Photobucket
Ahora toca una bajadita, pero sólo para coger fuerzas para esa subdita...
Photobucket
...allá van Sergio y Juanjo...
Photobucket
...mientras Andrés se comporta como un gregario de lujo y me espera para marcarme el ritmo, que estoy bastante fundido... Por suerte no me faltan excusas para detenerme a recuperar el resuello.
Photobucket
Ya tenemos la cima ahí a tiro. La nieve está durita, tal vez para crampones... pero no había pendiente como  para precocuparse por un resbalón...
Photobucket
Con un poco de zoom vemos que hay gente en la cumbre...
Photobucket
...pero cuando llegamos ya se han marchado. ¡La cima para nosotros solos!
Photobucket
De hecho, ni siquiera estaban Sergio y Juanjo, que se habían bajado a contemplar los Galayos. Nos reunimos con ellos y aprovechamos para comer con estas magníficas vistas. Por esa parte subimos Andrés y yo hace ya un tiempo...
Photobucket
Luego, volvemos a subir a la cima para hacernos la foto oficial con el banderín de El Llamas, nuestra sede social y toda una institución en Salamanca. ¡El otro día el bar cumplió 50 años abierto!
Photobucket
Ahora, sólo falta disfrutar del descenso con vistas a Castilla.
Photobucket
Ya en el aparcamiento, Sergio hace entrega a Juanjo de su camiseta. Se la ganó en la integral al Circo de Gredos y confirmó su ingreso en el The South Face Extreme Nisio Team con esta bonita actividad.
Photobucket
Unas Mahous para festejar la cima que, inexplicablemente Andrés no pagó aunque esa misma noche cumplía años....
Photobucket
...y al salir del bar, la jornada todavía nos guardaba un espectáculo más. A ver si no tardo otros cuatro meses en volver al monte...
Photobucket

viernes, 18 de noviembre de 2011

Doñana, Laguna del Jaral y Médano del Asperillo, ascendiendo dunas.

Esperando que la nieve cubra nuestros montes, calmaré mis ansias relatando pequeñas aventuras sucedidas hace unos meses. Curiosas circunstancias y acontecimientos que no viene al caso relatar, hicieron que me encontrara en un pequeño pueblo a unos pocos kilómetros del parque Nacional de Doñana. No podía dejar pasar la oportunidad de visitarlo, y no lo hice. Convenientemente informado y con un par de rutas impresas, me presenté en el centro de recepción El Acebuche, había hecho la reserva para visitar en un vehículo todo terreno todos y cada uno de los ecosistemas del parque en un trayecto de unas 4 horas. Mientras esperaba el momento de la salida me relajé tomando una caña primero y viendo, gracias a la tecnología y a unas pantallas planas, el perezoso deambular de los linces del parque en una calurosa tarde de fin de verano. Minutos después ya me encontraba escuchando a nuestro conductor-guía, que además de hacernos bastante entretenido el viaje, no paraba de aportarnos información. En unos instantes estábamos rodeados de dunas y escuchando como éstas en su movimiento llegaban a cubrir los bosques de pinos impidiéndoles vivir y cómo éstos tras su paso, volvían a poblar el terreno.



De vez en cuando nos bajábamos del vehículo, momento que aprovechábamos algunos para alejarnos un poco del bullicio que provocaba tanto coche junto, otros para tomar el sol en la dunas y los menos respetuosos, para dar voces. Los juncos nos muestran que a pocos metros de profundidad hay agua dulce, lo que permite esta cíclica lucha entre el bosque y la arena.



Con el mar al fondo, el paisaje es espectacular. Aprovecho para fotografiar uno de los todoterreno.



La luz y el calor del sol en la arena, me hacían imaginar una jornada de algún rally africano.



Una de las imágenes más bonitas del recorrido nos la dieron unos ciervos que caminaban tranquilamente entre las dunas. Aprovechan este terreno para aportar sales a su organismo.

De pronto, la arena termina y el paisaje cambia totalmente, hemos entrado en la Vera. Y pocos minutos después, una pareja de águilas imperiales que pasaban la tarde posadas en un árbol próximo alzaron el vuelo a nuestro paso. Pese a que es de todos sabido que el tamaño no importa, no saqué mi pequeña cámara automática al ver que a mí alrededor surgían artilugios con enormes objetivos. Se lucieron en unos vuelos rasantes. Aquí ciervos, gamos, jabalíes, vacas y yeguas campan a sus anchas. Aquí un gamo…



Al ser final de verano, la marisma se encuentra seca, mostrando un paisaje arcilloso por el que podemos circular y tener una perspectiva única de la Vera y los Cotos. Me hace pensar que tendré que volver cuando se encuentre llena de agua y aves diversas. El recorrido continúa, una parada nos muestra las viviendas tradicionales de la zona. Paseo entre ellas con la sensación de encontrarme en un parque temático.



Para terminar, el regreso lo hacemos por los 30 kilómetros de playa virgen, que separa Sanlúcar de Barrameda y Matalascañas. Decir que nuestro enorme todo terreno pinchó, dándole un toque aventurero al día. Acostumbrado a recorre a pie los entornos naturales, he de decir que la experiencia motorizada no terminó de llenarme. Aún quedaban un par de horas de luz, decidí hacer una de las rutas impresas que me había traído, la laguna del Jaral y los acantilados del Asperillo. Para ello, regresé a Matalascañas y paré en el kilómetro 46 de la carretera dirección Mazagón y Huelva. Un letrero nos indica el comienzo.



Marcaba un tiempo de 3 horas, me quedaban algo menos de 2 horas de luz…tenía que ir rápido, aunque siempre me podía dar la vuelta. El camino estaba rodeado de pinos.



El sendero perfectamente indicado mediante postes, transcurre por un complejo de dunas. Caminar por la arena seca, era costoso. (La foto tiene poca luz, la tomé ya de vuelta)



En cuanto tomas altura, sorprende la cantidad de vegetación, formada sobretodo por pinos de repoblación.



Es evidente que nos encontramos sobre dunas cubiertas de pinos y sabinas.



La arena delata a los animales que me rodean. Huellas de todo tipo indican que me encuentro en una zona bastante poblada. Al fondo distingo una duna móvil que aún se mantiene activa justo al borde del mar. Me hubiera gustado tener más tiempo para acercarme a ella.



Camino en soledad, el ocaso está cerca.



El camino se bifurca, tomo la decisión de seguir hacia los acantilados. Formados por dunas fósiles, llegan a tener hasta 100 metros, siendo los más altos de Europa de este tipo. Qué bien viene me ha venido Internet para hacerme el listo.



Una grieta equipada con cuerdas te ayuda a bajar a la playa.



Calculo que no me llevará mucho tiempo volver al coche desde allí y decido disfrutar de la puesta de sol con la tranquilidad que me caracteriza. Un momento realmente espectacular.





Al final, contra todo pronóstico llego con algo de luz hasta el coche. Poco más de hora y media de pateo disfrutando de cada instante, una pena, no es un camino para ir con prisas…