Nos habíamos quedado en que el Picu nos dio las buenas noches...
A la mañana siguiente, el día amaneció medio bien, pero la bruma y un rebaño de ovejas subían desde los valles. Nos lo tomamos con calma. Desayunamos, mientras el resto de la gente salía a caminar, unos hacia Torre Cerredo, otros hacia Horcados Rojos...
Al final, decidimos volver hacia Pandébano pero por una ruta un poco más dura y atractiva, diferente: bajando primero a Bulnes por la Canal del Balcosín y remontando después la Ruta de la Reconquista. Otros dos grupos tenían intención de hacer lo mismo y, como madrugaron más, pues salieron antes. Cuatro chicos, con toda la pinta de boy scouts, y una pareja muy maja de oscenses. Cogieron el camino normal, pero al rato, les vimos regresar. Decían que había un nevero que no se atrevían a pasar y que iban a buscar el camino alternativo que va por el centro. En la foto, dos de los chicos, poco después de darse la vuelta.
Cuando por fin salimos, la nube se había metido en las cimas y la niebla nos envolvía. Parece que hoy tampoco iba a ser un día propicio para hacer cumbre. A nosotros, plin, porque íbamos para abajo con un ritmo muy parecido al de este clásico.
Tras atravesar un par de neveros, que no presentaban ninguna dificultad, nos empezamos a meter en una canal que cada vez se estrechaba más. Dejamos a los boy scouts atrás y continuamos. La verdad es que no los volvimos a ver en todo el día y nosotros no fuimos muy deprisa...
El espectáculo era de cine. No podíamos dejar de mirar en todas direcciones, una pared allí, una aguja allá, una cascada de agua al otro lado...
Un caminín conduce por el lugar menos incómodo hacia abajo, no tiene pérdida, porque de este embudo no puedes salir...
...aquí sobrevive un nevero de más de un metro de espesor, que franqueamos gracias a nuestra depurada técnica de escalada en mixto.
Al salir de ese angosto paso, nos encontramos con la pareja de Huesca, el chico nos dijo que se habían ido un poco a la derecha para evitar un nevero y que luego les había tocado destrepar. Les deseamos suerte y continuamos nuestro camino. Y nuestra operación limpieza, porque de pronto empezamos a ver multitud de desperdicios, sobre todo latas de cerveza de marca de supermercado de color verde. Cogimos una bolsa de plástico y nos dedicamos a recolectar la mierda que algún necio había arrojado por allí... ...obsérvese el tamaño de la bolsa que cuelga de la mochila de Jorgito...
Al final, decidimos volver hacia Pandébano pero por una ruta un poco más dura y atractiva, diferente: bajando primero a Bulnes por la Canal del Balcosín y remontando después la Ruta de la Reconquista. Otros dos grupos tenían intención de hacer lo mismo y, como madrugaron más, pues salieron antes. Cuatro chicos, con toda la pinta de boy scouts, y una pareja muy maja de oscenses. Cogieron el camino normal, pero al rato, les vimos regresar. Decían que había un nevero que no se atrevían a pasar y que iban a buscar el camino alternativo que va por el centro. En la foto, dos de los chicos, poco después de darse la vuelta.
Cuando por fin salimos, la nube se había metido en las cimas y la niebla nos envolvía. Parece que hoy tampoco iba a ser un día propicio para hacer cumbre. A nosotros, plin, porque íbamos para abajo con un ritmo muy parecido al de este clásico.
Tras atravesar un par de neveros, que no presentaban ninguna dificultad, nos empezamos a meter en una canal que cada vez se estrechaba más. Dejamos a los boy scouts atrás y continuamos. La verdad es que no los volvimos a ver en todo el día y nosotros no fuimos muy deprisa...
El espectáculo era de cine. No podíamos dejar de mirar en todas direcciones, una pared allí, una aguja allá, una cascada de agua al otro lado...
Un caminín conduce por el lugar menos incómodo hacia abajo, no tiene pérdida, porque de este embudo no puedes salir...
...aquí sobrevive un nevero de más de un metro de espesor, que franqueamos gracias a nuestra depurada técnica de escalada en mixto.
Al salir de ese angosto paso, nos encontramos con la pareja de Huesca, el chico nos dijo que se habían ido un poco a la derecha para evitar un nevero y que luego les había tocado destrepar. Les deseamos suerte y continuamos nuestro camino. Y nuestra operación limpieza, porque de pronto empezamos a ver multitud de desperdicios, sobre todo latas de cerveza de marca de supermercado de color verde. Cogimos una bolsa de plástico y nos dedicamos a recolectar la mierda que algún necio había arrojado por allí... ...obsérvese el tamaño de la bolsa que cuelga de la mochila de Jorgito...
...y cómo, poco después, estaba llena. Creo que recogimos un pack de 28 latas, además de otros desperdicios. En fin... que llegamos a un punto en que la pedrera bajaba demasiado y parecía que el camino, no muy evidente, la verdad, seguía por esta ladera herbosa.
Por fin, el Picu, salió a despedirnos, aunque pronto volvió a taparse. Muchas nubes había por arriba. Nos acordamos de los de Torre Cerredo... En esta foto se ve la pedrera que baja hacia unas cascadas imposibles de descender, como veríamos más tarde. Así que, si alguien viene por aquí, en este punto, hacia la izquierda y arriba por las trazas de senda.
No tardamos en encontrar algún mojón y el paso a través de esta vira, hacia otra canal...
...ésta, donde enlazamos con el camino normal, bien señalizado con marcas de PR, sí, las amarillas y blancas.
El empinado descenso nos llevó a este vallecito. En esta panorámica se ve lo agreste de la zona, vamos que si no encuentras el camino bueno, no bajas.
El camino empieza a discurrir ahora paralelo a un regato que llevaba mucha agua y formaba bonitas cascaditas. Estamos en la Canal de Camburero. En una de ellas, está un destrepe que puede complicarnos un poco la vida. Lo peor debe de ser hacer esto lloviendo, porque esa roca resbalaba bastante. Primero pasaron Gaspar y Jorgito...
Por fin, el Picu, salió a despedirnos, aunque pronto volvió a taparse. Muchas nubes había por arriba. Nos acordamos de los de Torre Cerredo... En esta foto se ve la pedrera que baja hacia unas cascadas imposibles de descender, como veríamos más tarde. Así que, si alguien viene por aquí, en este punto, hacia la izquierda y arriba por las trazas de senda.
No tardamos en encontrar algún mojón y el paso a través de esta vira, hacia otra canal...
...ésta, donde enlazamos con el camino normal, bien señalizado con marcas de PR, sí, las amarillas y blancas.
El empinado descenso nos llevó a este vallecito. En esta panorámica se ve lo agreste de la zona, vamos que si no encuentras el camino bueno, no bajas.
El camino empieza a discurrir ahora paralelo a un regato que llevaba mucha agua y formaba bonitas cascaditas. Estamos en la Canal de Camburero. En una de ellas, está un destrepe que puede complicarnos un poco la vida. Lo peor debe de ser hacer esto lloviendo, porque esa roca resbalaba bastante. Primero pasaron Gaspar y Jorgito...
...y luego yo, con mi antiestética pose de negado para la escalada, al menos el salto de agua sí es estético.
De nuevo se abre un poco...
...para luego volver a encajonarse en el tramo conocido como La Garganta. Aquí una cabra salió a saludarnos. ¿Animales domésticos? Eso quiere decir que ya queda poco para el pueblo.
Efectivamente, siguiendo las marcas que nos obligaban a cruzar el riachuelo una y otra vez saltando por resbaladizas piedras. Contra todo pronóstico, nadie metió el pie o cualquier otra parte del cuerpo en el agua. Esto ya es la Canal del Balcosín.
Y, por fin, se hizo la luz, salimos de la Canal y vimos abajo los tejados de Bulnes...
De nuevo se abre un poco...
...para luego volver a encajonarse en el tramo conocido como La Garganta. Aquí una cabra salió a saludarnos. ¿Animales domésticos? Eso quiere decir que ya queda poco para el pueblo.
Efectivamente, siguiendo las marcas que nos obligaban a cruzar el riachuelo una y otra vez saltando por resbaladizas piedras. Contra todo pronóstico, nadie metió el pie o cualquier otra parte del cuerpo en el agua. Esto ya es la Canal del Balcosín.
Y, por fin, se hizo la luz, salimos de la Canal y vimos abajo los tejados de Bulnes...
...antes de llegar, nos esperaba esta agradable sorpresa, preciosa cascada...
...y tres horas y media después de salir del refugio de Vega de Urriellu, llegamos a Bulnes.
Pillamos unas cervezas, sacamos el jamón ibérico que Jorgito había tomado prestado del frigorífico de nuestra santa madre y nos tiramos a comer junto al río, como en los viejos tiempos.
Una horita de descanso y de nuevo en marcha por la Ruta de la Reconquista. Una hora y media hasta Pandébano, dice el cartel. Pues clavamos el horario previsto por la organización, sí señor.
De nuevo con ritmo tranquilo pero constante, remontamos el camino, rodeados de exuberante y verde primavera...
...y tres horas y media después de salir del refugio de Vega de Urriellu, llegamos a Bulnes.
Pillamos unas cervezas, sacamos el jamón ibérico que Jorgito había tomado prestado del frigorífico de nuestra santa madre y nos tiramos a comer junto al río, como en los viejos tiempos.
Una horita de descanso y de nuevo en marcha por la Ruta de la Reconquista. Una hora y media hasta Pandébano, dice el cartel. Pues clavamos el horario previsto por la organización, sí señor.
De nuevo con ritmo tranquilo pero constante, remontamos el camino, rodeados de exuberante y verde primavera...
...el calor y el esfuerzo nos hicieron sudar un rato, lo que por otro lado nos viene de perlas para la operación bikini.
Una hora después abandonamos el bosque, caminábamos ya por praderías y sobre la línea que marcan los árboles podíamos ver el sendero que recorrimos el día anterior.
Con el cielo cada vez más negro, divisamos el collado de Pandébano...
...y, justo en hora y media, nos plantamos de nuevo en la furgoneta para completar dos días de actividad. No hubo cimas, pero a quién le importa, disfrutamos como enanos.
Esta temporada primavera-verano tengo que dedicarme a conocer un poco mejor los Picos de Europa. Sí señor.
Una hora después abandonamos el bosque, caminábamos ya por praderías y sobre la línea que marcan los árboles podíamos ver el sendero que recorrimos el día anterior.
Con el cielo cada vez más negro, divisamos el collado de Pandébano...
...y, justo en hora y media, nos plantamos de nuevo en la furgoneta para completar dos días de actividad. No hubo cimas, pero a quién le importa, disfrutamos como enanos.
Esta temporada primavera-verano tengo que dedicarme a conocer un poco mejor los Picos de Europa. Sí señor.
4 comentarios:
Aupa, esos fieras de la Cara Sur!!!... contra viento y marea, lluvias y neveros!!! no hay quien os pare... Buena ruta contra todo pronostico!
No fueron 25 metros, fueron 18...
Por cierto lo del GPS, va para largo, parece que se ha fastidiado la conexion USB, dichosos aparatos...
Gaspi
Hola soy Nacho, bonita ruta... aunque deberíais tiraros a algo más heavy. Yo suelo estar en Cabaña Verónica ayudando a Jose, el guarda, así que no dudeis en preguntar lo que querais de Picos.
Cuidado con las cenas de Urriellu... que hacen vaguear al más activo ;) jejeje Un saludo!
ignacio3ic@gmail.com
www.entrepicosycanciones.blogspot.com
QUE ME VOY A PICOOS!!!! POR FIN!!!!
Borja, genial el report, se me cae la baba aunque sabiendo que en una semana estoy por allí, ya la cosa cambia.
¿Para cuando te vienes al centro a que te pegue una paliza en gredos o Guadarrama?
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