domingo, 26 de julio de 2009

Del cielo de Pakistán...Spantik (7.027) Parte VI

Fuertes hordas de virus informáticos se hicieron con el control de mi ordenador, tras una batalla que entrará en los anales de la épica todo volvió a la normalidad. Y así me permito comenzar como los clásicos. Decíamos ayer… que después de una jornada de considerable esfuerzo, llegamos al campo II situado cerca de los 5.500 metros.




Si el campo I nos hacía pensar que disfrutábamos de unas vistas impresionantes, el campo II nos demostraba que eran mejorables. Nos encontrábamos en un lugar asombroso.



El Malubiting desde aquí acentuaba si cabe más aún su belleza.



Grandes grupos de montañas nos rodeaban, sacar la cámara de paseo te convertía en un obligado paparazzi. Ignoro el nombre de estas cumbres.



No había mucho espacio en el campamento, las grietas nos rodeaban en muchos puntos y en los que no tremendas caídas nos esperaban. He de decir que no era un lugar para tener un apretón, había que moverse con cierta precaución. Al fondo, la cumbre del Spantik.



Por la noche, la nieve había hecho acto de presencia, pero dejó una mañana fabulosa. Teníamos que mejorar nuestra aclimatación, ese día nos lo tomamos de descanso.



La arista no dejaba muchas opciones para dar un paseo, o para arriba, o para abajo. Aún así no necesitábamos movernos demasiado, esto nos rodeaba…



El Karakorum es enorme, cuántas montañas nos quedan por subir, afortunadamente.



Aquí, los rostros de Jonás y Jorge dejan claro que estábamos disfrutando.



Yo me aseguré la foto de nuestro patrocinador Bar Llamas, nunca se sabe si se va a tener otra oportunidad tan buena, un día así en un lugar como éste. Vaya, en la tienda aparece el logo de los del otro lado…Misión cumplida, me aseguré un buen suministro de cerveza durante una temporada…



La arista del Spantik es bastante estrecha en algunos puntos, la llegada al campo II es uno de ellos.



Pero te permite tener una grandiosa vista de lo que te rodea. Fueron momentos que te hace agradecer el privilegio de vivir.



Parecía que cualquier momento o punto de vista era mejor que el anterior y por tanto las fotos se repetían con imperceptibles variaciones. Otra vez el Malubiting, podría poner otras tantas fotos prácticamente iguales, es una montaña magnífica.



Y otra fotografía casi repetida.



Aquí podréis observar el campamento es su totalidad y además haceros una idea de la subida al campo III. Se encuentra justo detrás de montículo de la izquierda. Y menudo subidón…aún viendo la imagen desde la comodidad de mi hogar me entran sudores fríos. Y desde allí se continúa hasta la cima al fondo.



Las huellas que veis, llegaban se internaban solamente unos metros en la ruta. La nieve estaba muy blanda, había muchas grietas y por supuesto no había nada equipado por encima de nosotros. La cosa no estaba fácil. Había que hacer un plan y organizarse un poco. Reunión de pastores.



Para crear tensión y dramatismo a las deliberaciones, el sonido de un gran alud.



Estaba claro, teníamos que abrir huella poco a poco si queríamos hacer algo. Yo había visto hace tiempo un video de una expedición que no pudo pasar del campo II debido a que la nieve les impidió progresar, en las imágenes renuncian hundidos hasta la cintura. Las rampas hasta el campo III tiene una inclinación de 45º o 50º, según las condiciones. Aquí se suelen instalar largos tramos de cuerdas fijas. Jonás subiendo con intención de comenzar a instalar cuerda.



La nieve estaba muy blanda. Algunas grietas nos mostraban que no era un solar apto para la construcción. Hassan y Rossi suben también, ellos son los que realmente se van a currar la instalación de las cuerdas.



Al poco vuelven. La cosa está bastante mal. La arista se complica y la nieve es poco estable. Hay que trabajar por la noche esperando que la nieve se endurezca. La intención era subir al campo III al día siguiente. Y así lo hicimos. La mañana nos sorprendió con unos colores brutales. El día parecía bueno, había muchas ganas. Carlos sacó esta fotografía de nuestra salida.



Aquí Jorge tras pasar un tramo delicado.



Las nubes hacían acto de presencia, nos encontrábamos ante la jornada más dura de toda la expedición. El campo III se encuentra a unos 6.300 metros, pero antes hay que subir una loma importante. Más o menos 1000 metros de desnivel bien cargaditos.



Pero esto es un disfrute.



Ante nosotros se encontraba el tramo más técnico de toda la ascensión. Mis pulmones estarán por allí todavía. No sé cuántas veces hinque la rodilla en esa subida.



Mientras tomábamos aire, la gente iba llegando. Todas las expediciones subíamos a la vez.



No tengo muchas fotos de la subida, bastante tenía yo con respirar como para andar jugando con la cámara. Pero cuando la cuesta te daba un descanso, te dabas cuenta de que el Karakorum te rodeaba. Llegando a un pequeño descanso.



Antes de culminar la loma que precedía al campamento III, había un tramo llano que en la subida, yo engañándome, me hacía a la idea de que allí estarían montando las tiendas. Cuando llegué exhausto, la vista me hizo recuperar fuerzas de golpe.



Espectacular. Lentamente vamos subiendo. Al fondo a la izquierda se puede apreciar el campo II.



Aplicando el zoom. El campo II, bastantes metros más abajo.



Desde su privilegiada atalaya, Jonás sigue el lento ascenso.



La temperatura no era baja, se aguantaba con un simple polar, estuvimos un buen rato viendo cómo la gente sudaba la gota gorda en la ascensión.



El último tramo hacia el campo III volvía a inclinarse seriamente. Qué pinto yo aquí, pensé varias veces,pero al volver la vista atrás hallé la respuesta



Menudos recuerdos me trae esta imagen. Era como llegar a una cumbre. Los integrantes del nision team estaban en mi mente. Pensé en las conversaciones que hubiera tenído con Iñigo, que a Quique le hubiera dado tiempo a llegar a la cima y volver en el rato que subía el último tramo, en las risas que me hubiera echado subiendo con Borja...Estaba cerca de los 6.400 metros.



Al fin el campo III, con la cima al fondo. Privilegiado balcón. La alegría se apoderó de mí.



El cansancio era considerable, con la excusa de sacar fotos paraba cada poco y tomaba un poco de aire.



Ya estaba llegando, me sentía afortunado. El campamento se encuentra cerca de los 6.300 metros.



Ahora mirábamos desde arriba a muchas de las grandes montañas que estos días nos rodearon.



Tras descansar unos minutos, salí a fotografiar la llegada de la gente. Me encontraba bien. Me sentía como si tuviera una fuerte resaca, estado que domino a la perfección.



Las nubes no nos transmitían buenas vibraciones para el ataque a cima. Pero creaban un extraño ambiente. Hacía frío.




La tarde caía, yo me encontraba bien. Me di el típico paseo por el campamento, nervioso no en vano al día siguiente era el día de cumbre. Pero eso se contará en el siguiente capítulo de esta odisea convertida ya en clásico.



Sigue aquí

5 comentarios:

jefoce dijo...

Brutal, qué sería de la vida sin la épica...

Rafa Solanilla dijo...

Alucinante!!! observando las fotos desde la comodidad de mi sofa me he sentido transportado a ese universo de escarpes que es el Karakorum.
Gracias por compartirlo
Saludos

Nacho dijo...

Sólo puedo felicitarte por haber llegado hasta ahí, hayas hecho cumbre o no. INCREIBLE, QUÉ ENVIDIA. Un saludo!

Anónimo dijo...

Eres mi heroe!

kunzuilh dijo...

Bueno, bueno, como las anteriores entregas me ha encantado...
Ya espero ansioso la definitiva!!!