Este fin de semana bajé de las tierras cantábricas a Salamanca. Por supuesto, la semana anterior fue un ir y venir de SMS, correos eléctricos y mensajes en el Facebook para juntar al mayor número posible de nisios y acometer alguna actividad digna de The South Face Extreme Nisio Team. Finalmente, los elegidos fuimos Sergito, Jorgito y Borjita. Gaspi sigue recuperándose de una lesión de rodilla que se hizo esquiando y a Andrés se le ha visto mucho últimamente por Soria, se comenta que anda estudiando una nueva ruta al Moncayo con la que sorprender en los próximos Piolet d´Or, pero por el momento son todo rumores...
Total, que el viernes 24 nos plantamos en Hoyos del Espino y tras una moderada ingesta de cervezas y huevos fritos con patatas, nos fuimos a dormir a la plataforma. Desde ese momento y hasta la mañana siguiente sólo aportaré unos datos:
1.-Ese día me había metido tres platos de alubias con morcilla en casa de mi santa madre.
2.-Me tocó dormir en el saco menos caliente de los que llevábamos.
3.- Como consecuencia de las dos premisas anteriores pasé una noche entre medio perra y perra y media.
Y cuando el alba ya despuntaba en un despejado horizonte coloreado entre el malva y el anaranjado se produjo el que ya se conoce internacionalmente como "The saturday morning browny incident".
Tal vez eso pueda explicar mi lento caminar en medio de continuos jadeos, aunque a fuer de ser sincero supongo que sólo sería un elemento más que añadir a mi ya consabido lamentable estado de forma que desde ya me he propuesto mejorar.
Después de esta tal vez algo larga pero, a mi humilde juicio, totalmente innecesaria introducción como decía Chema el simpático panadero de Barrio Sésamo: "metámonos en harina".
Tras un apaño bastante aceptable a base de papel de periódico, a las ocho y cuarto de la mañana tomamos el cien veces recorrido camino de la laguna grande.
Por el Prado de las Pozas ya nos daba el solecito, se cumplían las previsiones y el día iba a ser excelente.
Al llegar al paso de los Barrerones, la panorámica de las cumbres de Gredos (qué gran vino, por cierto) es de esas que uno no se cansa de contemplar. Por supuesto, Sergio nos recduerda que el verano de 2010 formó parte del selecto grupo de nisios que se hizo la integral del Circo en diez horitas. A la derecha aparece La Galana, nuestro objetivo del día, en su cima estaremos en unas horas.
Bajamos hasta la Laguna Grande que atravesamos sobre su congelada superficie...
...y no tardamos en llegar al refugio de Elola. El Almanzor espera la llegada de las hordas de montañeros que hoy pisarán su cima, en La Galana, sin embargo, estaríamos solos, como nos gusta. Qué cosas tiene la montaña.
Tras comer un poco de chocolate y ponernos los crampones reanudamos la marcha. Por cierto, que aquí Sergio dio rienda suelta a las exigencias de su antifonario de forma más civilizada que un servidor, gracias a que en el fondo de mi mochila encontré una ración de combate de papel higiénico de doble capa. Me veo obligado a pedir disculpas a mis amigos y ex compañeros de El Norte de Castilla por el improvisado uso que hice de su trabajo diario... no quiero ni pensar qué será de nosotros en un futuro no muy lejano cuando desparezcan los periódicos y sólo leamos la prensa en el Ipad 17s.
Bueno, que pierdo otra vez el hilo, pues eso, que allá vamos en busca de la Canal de los Geógrafos...
...no tardamos en ganar altura. El refugio y la laguna van quedando abajo.
...mientras arriba aparece, imponente, el Ameal de Pablo.
Parece que Sergio quiere ganar puntos para ser Miss Febrero en el calendario del año que viene...
...seguimos ascendiendo. Como se puede comprobar, mis dos amigos y sin embargo compañeros de ruta no tardan en dejarme atrás. Ya he dicho que últimamente no voy nada fino, no doydiez pasos sin que empiecen a quemarme las piernas, el corazón se me desboca... pero como ya llevo algún tiempo subiendo montañas, me lo tomo con calma que ya llegaremos...
...los que se lo toman con calma son Jorge y Sergio que me esperan en posición zen...
...mientras contemplan estas vistas de el Morezón en el que se identifica bien su Canal de la Mina.
Venga, que seguimos subiendo. Hace calor, hasta 19 grados marca el termómetro de mi reloj...
A la izquierda, hacia el sur, se eleva el Almanzor. Sergio había propuesto a lo largo de la semana intentar la norte, pero el mal estado de la vía, muy seca, y mi ya repetido bajo estado de forma no hacían aconsejable meterse en ese "fregao". Otro día...
Llegamos al colladuco bajo el Ameal donde muere la Canal de los Geógrafos...
...donde me vuelven a esperar. Sergio me hace esta foto, ahí voy, sufriendo como Lale Cubino...
Dejamos atrás el collado, una atalaya privilegiada sobre, por ejemplo los Tres Hermanitos y todo el Cuchillar de la Ventana.
...y ya tenemos ahí la cima de La Galana. Mientras me esperan, Sergio y Jorge buscan la mejor forma de subirse al Venteadero...
...parece que vamos a ver cómo están esas canales...
...dejamos atrás el Ameal y el Risco Moreno que ofrecen esta atractiva estampa...
...y al llegar debajo de este corredorcillo a Sergio se le iluminan los ojos como al Tío Gilito, pero en lugar signos del dólar: $, en sus pupilas refulgen sus piolets, así que antes de que me dé tiempo a quejarme de lo justito de fuerzas que voy, empiezan a tirar para arriba y yo, por no molestar, sigo sus pasos.
Nos plantamos en su entrada. Hay un pequeño resalte que le le da un poco de aliciente al arranque. Sergio no se lo piensa y se mete en faena...
...cuando salva el pequeño obstáculo, le pasa uno de sus piolos a Jorgito que sólo lleva uno (los nisios somos muy de compartir) y se pone en plan estético para tirar hacia arriba.
Como va sobrado, no en vano es uno de Los Héroes del Paldor, le deja el piolet a Jorgito y al grito de "esto está muy tumbado, la nieve está bien, no tiene nada" continúa su ascensión...
...y tiene tiempo para pararse y retratarme a mí. Ya he desenvainado mi segundo piolet...
...busco el sitio, clavo los piolets, subo los pies...
...y arriba, la verdad es que cuando estás disfrutando se te olvidan los cansancios...
Jorge y Sergio siguen...
...otra foto de Sergio hacia atrás...
...y ya está estudiando cómo hincarle el diente a esa cornisa, la verdad es que la canal es cortita, serían 60 metros...
... y la salida nada, es fácil y una vez superada, se asoma a inmortalizarnos... y para los que se hayan fijado en un pequeño detalle, efectivamente, los cascos se quedaron en la furgo, con los arneses, la cuerda y los cacharros.
Ahora, sale Jorgito con el Ameal y el Risco Moreno de telón de fondo. ¡Vaya sitio espectacular!
Puesa nada, ya en el venteadero, con la salida de nuestra canal y el Almanzor con el Cuchillar de las Navajas al fondo.
...y delante, la cima de La Galana, ya no queda nada, pero queda lo peor, a ver cómo están de nieve esas trepaditas finales...
...en ésas escuchamos un sonido fácilmente reconocible, el helicóptero de emergencias. Vaya hombre, a ver si no es nada serio. Se acerca hacia el Almanzor... se da unas vueltas...
...y al final, vuelve a su cara sur, donde empieza con un operativo de rescate. Luego nos enteramos de que era un chico que se había dislocado un hombro en una caída. Nada grave, menos mal.
Bueno, nosotros a lo nuestro. Decía que quedaba lo peor, pero la montaña estaba en buenas condiciones. Pero últimamente me pasa que agarroto en los sitios un poco expuestos. No sé si será por esto de ser padre, pero me lo pienso muy mucho, iba cansado y no me encontraba a gusto en el primer destrepe. Después, una vez en ello, sin problemas, y ya estamos bajo la última trepada. Jorgito que ha subido primero espera a Sergio...
...esta es la canaleta final y ahí está Jorgito en acción...
...después va Sergio...
...y ahí estoy yo....
Resultado, los tres en la cima con el banderín de nuestro orgulloso patrocinador el Bar Llamas, era mi primera vez en esta cumbre, aunque no para mis dos compañeros de ascensión. En este privilegiado mirador, nos apretamos un fuet y un cuarto de queso entre otras viandas para recuperar fuerzas para el descenso. Tardamos casi siete horas incluyendo las paradas desde que salimos del coche, ya digo que yo iba despacio y tenían que esperarme...
...pero si para subir no fuimos muy rápidos, el descenso lo hicimos ligeritos y con el pecho henchido de orgullo nisio en un bello paraje como éste...
...los hermanitos vigilan nuestro camino hacia la Laguna Grande donde nos esperaban otro de mis hermanos: Xavier y Paz, que se habían dado el paseo hasta el refugio...
...y con ellos emprendimos el camino de vuelta a la plataforma. Por cierto, Paz, Xavier, pasadme vuestras fotos para completar el repor que yo ya iba tan fundido que no os saqué ninguna. Eso sí, ésta de despedida de La Galana no se me pasó por alto, además aproveché para detenerme justo en el momento en el que mis cuádriceps entonaban el Requiem de Mozart. No era para menos, nos plantamos en la plataforma en sólo tres horitas.
