domingo, 16 de septiembre de 2007

La Mira (2.343m) por la Canal de las Berroqueras

Con el verano tocando a su fin y con ganas de empezar la nueva temporada otoño-invierno, la pareja de moda: Mr.Churches y un servidor, decidimos acercarnos a la Sierra de Gredos y ascender a La Mira, una cumbre asequible y que parecía perfecta para el lamentable estado físico en el que ambos nos encontramos. Yo más, por supuesto.

Además, estaba el aliciente de comprobar en carnes propias las extraordinarias historias que Rafita Bardají, que acostumbra a pasar largas temporadas de asueto en Arenas de San Pedro, nos había contado sobre esta ascensión. De hecho, le llamamos para que se uniera a nosotros, pero no pudo ser. Por esta razón y otras muchas que no corresponde enumerar aquí y ahora, hemos decidido bautizar esta ruta como:
Ascensión a La Mira: I Memorial Rafita Bardají
Salimos bien temprano de Salamanca, la noche anterior logramos zafarnos a tiempo del embrujo de las tapas de las casetas de sus fiestas, y vimos amanecer en medio de los campos abulenses.Llegamos hasta el aparcamiento del Nogal del Barranco, en Guisando, y sobre las 10,45 horas nos pusimos en marcha remontando el camino en dirección a La Apretura. Negros nubarrones se cernían sobre las cumbres amenazando con procurarnos una jornada pasada por agua, pero al final hubo suerte.

El día antes había estado trasteando por Internet y gracias a la ruta que encontré en Cálzate las botas decidimos hacer una ruta que presentaba más alicientes que la subida por la pedrera de La Apretura.




Al principio, la canal no presentaba más dificultad que la mera pendiente, bastante pronunciada.

A mitad de la subida, nos llamó la atención una curiosa formación rocosa que se asemejaba a la gran cabeza de un moai de la isla de Pascua Después, había que pegarse a la pared de la izquierda, pero como no veíamos nada claro por dónde, estuvimos un rato largo probando por un sitio y por otro. Si además del texto de la ruta me hubiera imprimido alguna de las fotos, no habríamos tenido dudas con el consiguiente ahorro de tiempo. Pero bueno, como nosotros vamos a la montaña a disfrutar y no a echar carreras... ese rato también lo pasamos bien. Al final era por aquí.
Salvado ese tramo seguimos avanzando por pequeñas trepadas que nos obligaban a utilizar las manos.

La verdad es que mirando hacia abajo el pozo que se abría era espectacular, al igual que la rapidez con la que la alopecia avanza inexorablemente por mi frente, como se puede comprobar en esta imagen antes de ser convenientemente retocada con el fotoshop.

Y por fin llegamos arriba, donde pudimos observar la verdadera magnitud de la cabeza gigante que nos había estado observando toda la subida.

A lo tonto a lo tonto, eran ya las 14,00 horas, así que comimos un poco y grabamos este bonito vidrio antes de continuar nuestro camino.




Así, llegamos hasta un lugar que, según la señalización de la ruta que bajé de Internet, supongo que sería la Portilla Pilar.

Desde allí, teníamos unas impresionantes vistas del Torreón, aguja emblemática de esta zona de Los Galayos. Había unos valientes escalándola, no pudimos por menos que aplaudirles desde nuestra privilegiada atalaya.


Seguimos camino de mojón en mojón asomándonos a La Apretura cuando cresteábamos y subiendo y bajando por el Espaldar de los Galayos. Aquí, Andrés es sólo un puntito rojo en mitad de la conocida como Trocha Palomo. Para pasar al otro lado había que franquear la Puerta Falsa, que es la portilla que se ve en la parte inferior de la cresta...

...otra pequeña trepada...

...y llegamos a la Canal Seca, que remontamos poco a poco...

...para llegar a un terreno más amable jalonado de prados verdes y un arroyo que nace de la Fuente de la Mira.

Ya sólo nos quedaba una suave ladera hasta la cima.

Antes de llegar arriba nos encontramos con este cabrón, en el buen sentido de la palabra, que se quedó mirándonos como si tal cosa.

Y por fin la cumbre de la Mira adonde, entre pitos y flautas, llegamos a las 16,45 horas. Comimos algo y nos hicimos las fotos de rigor.





Después, dedicamos la cumbre a Rafita e iniciamos el descenso preguntándonos cómo pudo traerse a la pobre Carmen hasta aquí y, lo que es aún más extraño, cómo después de ello, Carmen le dijo que sí en la iglesia de un pueblo que podíamos ver, a lo lejos, desde la cima.

Siguiendo los mojones nos asomamos a La Apretura, con el refugio Victory allí abajo y descendimos la incómoda pedrera.


Una última mirada al torreón desde abajo mientras comunicábamos a la civilización, concretamente a Rafa y Carmen, la gesta que acabábamos de protagonizar.


Ya en el tramo final del descenso, nos encontramos con un grupo de gente. Entre ellos, había un niño de unos siete años que al vernos nos señaló con el dedo con los ojos abiertos como platos y exclamó: "¡Mira papá, escaladores!".
Yo sonreí y, recordando a los tipos que rapelaban por el Torreón, pensé para mí: "montañeros, hijo, sólo humildes montañeros".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye, que como había cero comentarios y para que no parezca que no hay nada que comentar, yo comento que me dais mucha envidia. El mismo lapso de tiempo de la ascensión me lo pasé yo ese día tirado en la cama. Tampoco era mal plan, pero el vuestro era mejor. Si pudiera haber ido... Os echo de menos. Un abrazo a los dos.

El fratello

Borja dijo...

Pues nada, a prepararse y en enero nos vamos los tres al Ruwenzori

Unknown dijo...

Que curioso lo del Moai que encontraste :D

Saludos