Vivimos tiempos agitados. El triunfo de la batuka y el reaggeton y la proliferación de esos absurdos vehículos denominados quads son un claro signo de que la humanidad se encamina irremisiblemente hacia su autodestrucción. Por eso, antes de que todo esto reviente hay que aprovechar el tiempo. Nosotros lo hacemos subiéndonos a las montañas. Y si para eso hay que levantarse a las cuatro y media de la mañana, pues, ¡qué cojones! se hace.
Sobre las cinco salí de Palencia y a las seis y media recogí a Mr.Churches en Salamanca. Nuestro objetivo era llegar hasta la Sierra de Béjar para recorrer todo su cordal, desde Hoyamoros hasta el Calvitero. En total cinco cimas, la verdad es que últimamente nos hemos dicho que para qué subir las montañas de una en una:
Casi integral de la Sierra de Béjar
Las dos primeras cimas del nuevo proyecto The South Face:
50 provincias 50 montañas
A las ocho, en la plataforma de El Travieso la mañana era fría, pero el amanecer nos dejaba bonitas vistas y nos anunciaba el buen día que íbamos a tener. Al fondo se ven los reflejos del embalse de Gabriel y Galán, ya en la provincia de Cáceres.
Entre mi madrugón y el de Andrés, luego me confesó que la noche le había confundido un rato, nos llevábamos algo así como caraja y media cuando empezamos a andar a media ladera en dirección a Hoyamoros. Al fondo, Peña Negra, lugar habitual de nuestras etapas ciclistas.
El frío no ayudaba a desentumecer los músculos ni tampoco a despejarnos. El desánimo cundía en la tropa y empezamos a dudar si no era mejor acortar el recorrido, subir directamente al Calvitero y dejar esta "integral" para otra ocasión. Estos tres equinos pusieron una nota de color a nuestro gris comienzo.
Éste fue uno de los puntos de inflexión de la jornada. Yo me alejé detrás de una roca para arreglar unos asuntos que tenía pendientes con el señor mojón y cuando regresé Andrés se me había quedado dormidín como un bebé.
Pero lejos de venirse abajo, aprovechó a conciencia esos diez minutos para, cual Ave Fénix, renacer de sus cenizas y volver a la marcha con renovados bríos. También ayudó que Lorenzo empezó a calentarnos con sus rayos y que paramos a comer algo después de dos horas y media de camino.
Una subidita más y por fin nos asomamos al circo de Hoyamoros, uno de los lugares en los que empezamos, cuando éramos más jóvenes, a andar por las montañas. Allí, nos encontramos con Saturnino, un cazador de Candelario, el pueblo de abajo, y con su perro Barcego. Al fondo, los Hermanitos, primeras cimas del cordal que íbamos a hacer.
Charlando de la caza de perdices, de lo humano y lo divino... nos dio unas valiosísimas indicaciones que nos ahorraron un rodeo.
En efectivo, sin apenas perder altura nos fuimos adentrando en lo más profundo del circo donde nace el río Cuerpo de Hombre...
Siguiendo la vereda, superamos una torrentera...
...y en apenas una hora, tras pasar poe el Collado de los Buitres ya estábamos llegando a la primera cima del día...
Una trepada... y arriba.
Foto de la cima. 2.340 metros marcaba mi altímetro.
En cinco minutos llegamos al otro Hermanito, de 2.323 metros, según el buzón de la cima. Detrás de mí está la cumbre anterior...
...y volviendo sobre nuestros pasos en otra media hora, sobre las dos de la tarde, nos plantamos en el Torreón, 2.401 metros y punto de intersección entre las provincias de Salamanca, Ávila y Cáceres. Siempre me he preguntado por qué llamarán a esto el Torreón...
Bonitas vistas desde aquí.
Fe de erratas: donde digo Hervás he metido la pata porque el pueblecito es Tornavacas, el primero de la provincia de Cáceres entrando por el valle del Jerte.
Fe de erratas: donde digo el circo de Caballeros en realidad es el circo de la laguna de Barco, Caballeros está detrás.
Después de comer un poco reemprendimos la marcha. Nos esperaba este lugar conocido como... tachaaan! El Paso del Diablo. Sonoro nombre para una canalita que tiene una pequeña trepada y que alguien ha equipado con una cadena...
...la verdad es que la dificultad es nula, pero se puede aprovechar para echar unas risas.
Después, había que bajar un poco camino de la Ceja. Abajo, la laguna del Duque, ya en la parte de Ávila...
El frío no ayudaba a desentumecer los músculos ni tampoco a despejarnos. El desánimo cundía en la tropa y empezamos a dudar si no era mejor acortar el recorrido, subir directamente al Calvitero y dejar esta "integral" para otra ocasión. Estos tres equinos pusieron una nota de color a nuestro gris comienzo.
Éste fue uno de los puntos de inflexión de la jornada. Yo me alejé detrás de una roca para arreglar unos asuntos que tenía pendientes con el señor mojón y cuando regresé Andrés se me había quedado dormidín como un bebé.
Pero lejos de venirse abajo, aprovechó a conciencia esos diez minutos para, cual Ave Fénix, renacer de sus cenizas y volver a la marcha con renovados bríos. También ayudó que Lorenzo empezó a calentarnos con sus rayos y que paramos a comer algo después de dos horas y media de camino.
Una subidita más y por fin nos asomamos al circo de Hoyamoros, uno de los lugares en los que empezamos, cuando éramos más jóvenes, a andar por las montañas. Allí, nos encontramos con Saturnino, un cazador de Candelario, el pueblo de abajo, y con su perro Barcego. Al fondo, los Hermanitos, primeras cimas del cordal que íbamos a hacer.
Charlando de la caza de perdices, de lo humano y lo divino... nos dio unas valiosísimas indicaciones que nos ahorraron un rodeo.
En efectivo, sin apenas perder altura nos fuimos adentrando en lo más profundo del circo donde nace el río Cuerpo de Hombre...
Siguiendo la vereda, superamos una torrentera...
...y en apenas una hora, tras pasar poe el Collado de los Buitres ya estábamos llegando a la primera cima del día...
Una trepada... y arriba.
Foto de la cima. 2.340 metros marcaba mi altímetro.
En cinco minutos llegamos al otro Hermanito, de 2.323 metros, según el buzón de la cima. Detrás de mí está la cumbre anterior...
...y volviendo sobre nuestros pasos en otra media hora, sobre las dos de la tarde, nos plantamos en el Torreón, 2.401 metros y punto de intersección entre las provincias de Salamanca, Ávila y Cáceres. Siempre me he preguntado por qué llamarán a esto el Torreón...
Bonitas vistas desde aquí.
Fe de erratas: donde digo Hervás he metido la pata porque el pueblecito es Tornavacas, el primero de la provincia de Cáceres entrando por el valle del Jerte.
Fe de erratas: donde digo el circo de Caballeros en realidad es el circo de la laguna de Barco, Caballeros está detrás.
Después de comer un poco reemprendimos la marcha. Nos esperaba este lugar conocido como... tachaaan! El Paso del Diablo. Sonoro nombre para una canalita que tiene una pequeña trepada y que alguien ha equipado con una cadena...
...la verdad es que la dificultad es nula, pero se puede aprovechar para echar unas risas.
Después, había que bajar un poco camino de la Ceja. Abajo, la laguna del Duque, ya en la parte de Ávila...
...y forzando el zoom, al fondo, Gredos, con el Almanzor como cima más alta y emblemática.
Una última mirada al circo de Hoyamoros desde una de las canales que nos hemos apuntado para hacer en invierno.
La subida a la Ceja no tiene nada, pero con el calor que hacía y este paisaje parecía lo mismito que un desierto.
Foto de la cima, 2.425 metros, la cuarta del día.
Foto de la cima, 2.425 metros, la cuarta del día.
Y vídeo.
Estando aquí arriba, en la montaña más alta de Salamanca, se nos ha ocurrido otro absurdo proyecto montañeril, que supongo mucha gente habrá hecho ya. Se trata de subir la montaña más alta de cada provincia, así que ¿qué mejor manera de empezar que con la de casa?
Con esta nueva ilusión y enumerando las que habíamos hecho ya: Aneto, Almanzor... nos fuimos para el Calvitero.
Estando aquí arriba, en la montaña más alta de Salamanca, se nos ha ocurrido otro absurdo proyecto montañeril, que supongo mucha gente habrá hecho ya. Se trata de subir la montaña más alta de cada provincia, así que ¿qué mejor manera de empezar que con la de casa?
Con esta nueva ilusión y enumerando las que habíamos hecho ya: Aneto, Almanzor... nos fuimos para el Calvitero.
Después de mirar un poco por ahí, me he dado cuenta de que el Torreón es la montaña más alta de Cáceres y también de Extremadura, así que ya tenemos dos. ¡Vaya día fructífero para nuestro nuevo desafío!
Desde arriba uno no tiene más que darle la razón al poeta: ¡Ancha es Castilla! A nuestros pies, Béjar, ciudad textil y Candelario, precioso pueblo de recomendable visita.
Unos minutos de relax mientras preparábamos las uñas para el descenso...
...y para abajo. Por primera vez en mucho tiempo descendimos de esta montaña, una de las habituales en nuestro calendario, siguiendo los mojones y sin comer escobas.
Aquí dejo el recorrido por gentileza de Google Earth y a ver si me pillo un GPS. El Torreón aparece con la altura de 2.351 metros, que es lo que ponía la inscripción, después he comprobado que su altura es de 2.400 o 2.401, según la fuente.
En suma, ocho horas y media de pateada, cinco cimas en la mochila y para casa a tiempo para ver la cagada de Hamilton y celebrar el triunfo de Raikonen. Sí, la jornada nos brindó multitud de satisfacciones.
3 comentarios:
Hola, Borja. Gracias por tu comentario y por incluir un vínvulo a mi blog dentro del tuyo, ni que decir tiene que el tuyo también será incluido en el mío (es que si no nos hechamos una manita entre nosotros...) Tu reportaje de la sierra de Bejar me ha teletransportado a esas tierras castellanas, fronterizas con extremadura, cerca de donde yo veraneo, en un pueblecito de la sierra de Gata, en Cáceres. esas son las montañas que veo desde los cerros que rodean mi pueblo, a ver si algún año tengo la oportunidad de recorrerlas.
Un saludo
Buena marcha, buena paliza de horas y seguro que desnivel acumulado.
Lo del GPS recomendable al 100% para estas cosas, aunque solo sea como medidor de lo que haces en una ruta.
Saludos
Hola!
me alegra mucho que hayáis disfrutado de la rutay tengáis en mira volver en invierno. Entonces, esa cadena del Torreón os vendrá bastante bien!
Un saludo y fuerza
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