El día no amaneció malo del todo, sólo con el cielo cubierto y con una ligera nevada, eso sí, sin apenas viento. Así que nos plantamos en el puerto de la Pierre du San Martin y empezamos a prepararnos. Por suerte, otro grupo iba también para el Anie y llevaban GPS, nosotros no llevábamos ni mapa, aunque con la visibilidad que había me parece que nos hubiera servido de muy poco. En algunos momentos, viendo un extraño paisaje a través de las gafas de ventisca, tapado hasta la nariz y escuchando el sonido de mi respiración retumbando me sentí como un astronauta vagando por otro planeta...
...siguiendo una autopista de huellas que nos garantizaba bastante seguridad a la hora de adentrarnos en el karst de Larra.
Aquí, Jorgito flanqueando el Arlas...
...íbamos a buen ritmo y no tardamos en alcanzar a otros grupos que nos precedían.
A ratos la ventisca arreciaba, otras veces nos daba una tregua. Nosotros seguíamos avanzando siguiendo huellas, mojones y marcas de pintura sin saber muy bien por dónde nos movíamos.
En este momento, como se puede comprobar, arreciaba y nos hacía dudar del éxito de la jornada.
Poco después llegó el moment nisio del día. Nos encontramos con dos individuos que bajaban y que nos dijeron que un poco más arriba había un paso de crampones obligatorios, así que allí mismo nos los pusimos. Bueno, Jorgito no, porque en ese momento se dio cuenta de que se le habían olvidado en la furgoneta... sin comentarios... bueno sí, un comentario: si es que no aprendemos... Así que, Andrés y yo continuamos hacia arriba, otro grupo que bajaba nos había dicho que faltaba media hora para la cima.
Aquí, en el paso delicado que nos habían dicho, encontramos un tercer grupo que bajaba con mucho cuidadín...
Después de este paso, había un tramo de mixto que solvetamos con la habitual maestría que nos caracteriza. Aquí, vemos a Andrés saliendo de uno de los resaltes ya a pocos metros de la cima...
...a la que llegamos tres horitas y media después de salir. Arriba la ventisca era importante. El reloj estaba cubierto por una capa de casi un centímetro de hielo y para colmo, no encontrábamos el banderín de nuestro patrocinador, el Bar Llamas.Después de este vídeo también se heló la cámara, que empezó a perder batería y sólo pude hacer esta "foto de cima" con el objetivo lleno de escarcha. Esa mancha naranja que se ve es Andrés, lo juro.El descenso, en el que una fina capa de hielo nos recubría hasta en el cielo de la boca, no tuvo mayor problema que seguir las huellas y seguir aguantando la ventisca. Pero con la alegría de la cima conseguida, hasta cantando bajábamos.
Tras quitarnos la ropa exterior empapada, pero bien sequitos por dentro (peazo invento el Goretex) montamos en la furgoneta y nos dirigimos a la taberna de Juan Pito, donde nos trataron a cuerpo de rey, a base de cerveza, caldo, huevos con txistorra y sidra. Hasta la cámara se empañó de puro placer.
Por cierto, para avivar una vieja polémica: teniendo en cuenta las condiciones en que realizamos la ruta y dado que la fecha era 21 de marzo, primer día de primavera, (no sé a qué hora exacta entraba la primavera este año) ¿se puede calificar de ascensión invernal? Ahí queda eso.
6 comentarios:
Uys, vuelve el debate de las ascensiones invernales o no... En Desnivel ya discutieron bastante el tema, a raiz de algunas ascensiones a ochomiles reclamadas como invernales a finales del otoño...
Creo q lo mejor es definir una diferencia entre "invernal" y
"en condiciones invernales", porque técnicamente quizás ya no sea "invernal", pero desde luego, y a las fotos y videos me remito, las condiciones eran totalmente invernales.
Es curioso, pero este enero y febrero han sido los meses de invierno menos invernales q recuerdo: poco frío, poca nieve... Y ahora mirad la q está cayendo...
Un saludo, makina!
Joder, pedazo ascensión Borja. Eso es una invernal como la copa de un pino. No pudiste disfrutar de las vistas, una pena, porque el Anie es un balcón impresionante. En fin, algún día ya haremos alguna fechoría por ahí. Menudo colofón en Juan Pinto, cómo nos cuidamos...
No se si "oficialmente" se podria considerar invernal, pero por lo que yo entiendo por invernal, lo es, y de las buenas!!!
A ver si algun dia me acerco al Anie...
Además este año es bisiesto, eso complica los cálculos. Por lo demás una ascensión olímpica.
El fratello
Madre mía colega... cuánta niebla...
je je, ese tal fratello es un tio muy fino...
...por lo demás se os ve (lo poco que) felices, y eso es, por suerte, inclasificable.
Patapablo
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