Lagos de Covadonga en Moutain Bike o tras la estela de Lejarreta

Tiempo ha pasado ya desde que mi chapa con la imagen del gran Marino se deslizara por una pequeña franja de cemento que ascendía para servir de linde a un parque infantil y a mi de escenario de grandes gestas ciclistas… y como los lagos, ninguna. Sabía que había otros puertos míticos, pero la televisión de entonces no los mostraba o yo al menos no los recuerdo...

Este fin de semana por fin, pude seguir su estela en mi imaginación al atacar rampas como “la huesera”, realmente la estela que seguía se componía del dióxido de carbono que soltaban los numerosísimo vehículos que llenaban la carretera. Y es que pese a que nuestra intención era subir por pistas y caminos hasta los mismísimos lagos, en el último tramo nos topamos con un vehículo del parque que nos informó que estaba prohibido subir por la pista y nos tocó regresar para completar la ascensión por la carretera. Disfruté ciertamente, pese a los coches que nos pasaban continuamente en la subida.

Comenzamos la Ruta en Cangas de Onis y pese a que para juntar un grupo tan nutrido (Agus, Beto, Choukas, Javi, Picni y Mr Churches el que escribe) era necesario preparar la ruta con bastante antelación, nos habíamos dejado los mapas, tracks y demás artilugios válidos para la orientación...nos tocó preguntar para variar. Total que fuimos por la carretera hasta Intriago, punto en el que empezamos con las rampas...Picni tenía en su GPS un track de una ascensión que comenzaba allí.

Al poco, entramos en la pista, al principio la pendiente no es muy fuerte, pero la piedra suelta hace que me resulte un tanto complicada. Un pinchazo nos sirve para descansar y ya que estamos, mi bicicleta decide posar seductora.



Las fuertes subidas se alternan con algún llano que nos permite recuperar fuerzas.



Ahí vamos alegres, no os preocupéis las rampas fuertes llegarán...



Y llegaron...

Aunque la pendiente era mucho mayor, se subía mejor que por los tramos de piedra suelta. Eso sí las rampas durísimas, por ello al llegar a un pequeño collado, utilizamos el recurso de la foto para parar...Aquí Agus.

Después de una bajada, nos toco cargar con la bici, este tramo nos llevaría a la carretera, justo en la mítica rampa de la "Huesera" que tan buenos ratos no ha hecho pasar en la Vuelta

Nada más terminar la famosa rampa, una pista a la izquierda sube como un muro hasta los lagos. Allí encargados del parque nos indicaron que estaba prohibido circular por allí en bici (creo que el tramo restringido se llama Buferrera), por tanto nos tocó dar la vuelta y volver a la carretera. Por ella seguimos disfrutando de lo lindo, pero pondré una vieja estampa que llevaba en la memoria según pedaleaba.

Hay que decir que la primera vez que la Vuelta visitó los lagos, Marino fue el primero en cruzar la meta allá por 1983, unos añitos ya…Yo lo tenía en las chapas, el año anterior había ganado la vuelta, por descalificación de Ángel Arroyo…Qué tiempos…Hinault ganó la vuelta ese año, quedando Lejarreta segundo, una pena se la había merecido…Y así llegamos a los Lagos…

Donde posó otra vez mi bici…Y nosotros, para que nos vamos a engañar, tomamos una birra en el bar, birra y cecina...aunando placeres...

Aquí el grupo se dividió, unos prefirieron bajar por la carretera…Picni, Javi y yo rodeamos caminado el lago Ercina, para buscar una pista más abajo.

La bajada fue un disfrute…





La ruta nos llevaba a la preciosa majada de Belbín.



Aunque en numerosas ocasiones la pista picaba para arriba…



Pero cómo me gustan estos montes!!!!



Tuvimos que llevar la bici a cuestas varios tramos…





Hasta que volvimos a pillar una buena pista…



Al rato apareció el asfalto, en el que mis compañeros alcanzaron velocidades absurdas, yo que me estaba quedando sin frenos hacía todo lo que podía.

Así llegamos a Mestas de Con, la lluvia, amenazante durante todo el día, apareció al fin. Una pista semiasfaltada, nos llevó otra vez a Intrago, para por carretera nacional terminar en Cangas de Onis. Total 55 kilómetros muy recomendables, muy duros a ratos pero que se hacen bien, vamos de los que hacen afición.