A pesar de que las previsiones meteorológicas no eran buenas y anunciaban lluvia casi segura en los Picos de Europa. Decidimos acercarnos a Posada de Valdeón para intentar en principio la Torre Bermeja, de infausto recuerdo para nosotros. Por eso, Andrés, Jorgito y yo volvimos para tomarnos la revancha. Al final también se apuntó Quique, el gran Quique Bermejo, que hacía tiempo que no nos acompañaba, pero cuyo nivel de escalada nos vino bien a todos en algunos tramos para poder completar esta inusitada ascensión a la Torre del Friero que, por cierto, nos sirve para ponerle la "f" a nuestro reto del alfabeto.
El relato que se narra a continuación cuenta una ruta de casi once horas jalonada de una sucesión de errores que, si bien nunca fueron fatales, si complicaron bastante una jornada que he dado en titular:
Ascensión inusitada a la Torre del Friero al filo de lo impresentable pero con orejas (nociones de lo que no se debe hacer en la montaña)
Pero basta ya de preámbulos y entremos en harina, que hay mucha tela que cortar.
Tras salir de Palencia sobre 6,45horas, había que madrugar para cubrirnos las espaldas con el mal tiempo, llegamos a Posada de Valdeón sobre las 9,00 horas. Viendo que llovía un poco y mirando el cielo decidimos desayunar bien y esperar un poco. Lo hicimos a lo grande en
La Ardilla Real de Santa Marina de Valdeón y como las viandas lo requerían nos demoramos en el yantar y el conversar.
Total, que entre ponte bien y estate quieto, regresamos hasta el Puerto de Pandetrave y estuvimos un rato decidiendo si salíamos o no ante la vista de la fotografía, que la verdad no era nada esperanzadora.
Error Nº1: Estar demasiado tiempo mareando la perdiz. Si vas a la montaña, lo suyo es echarse a andar y punto.
Al final, cuando nos decidimos a salir eran las 10,40 horas. Aquí, quiero entonar un
mea culpa porque mi suegra había preparado su famoso cocido para comer, lo que en esos momentos me atraía más que mojarme bajo la lluvia y en ese dilema se nos fueron varias decenas de minutos. La idea era dar un paseo por esta pista, la senda del Collado de Remoña y a ver hasta dónde llegábamos.
Con las nubes metidas en la Torre Bermeja y la tenue luz de la mañana, el valle de Valdeón estaba de postal.
Y nosotros seguíamos andando con poco optimismo, la verdad, ignorantes de los apasionantes momentos que nos deparaba la jornada.
En principio, pensábamos llegar hasta esa collada de la izquierda, la de la Canal de Pedabejo...
...que en poco tiempo veíamos más de cerca...
...con Espinama abajo, en la parte de Cantabria, bañada por una bonita luz.
Viendo que a esta altura todavía no había nubes, decidimos asomarnos al otro lado del collado a ver qué tal estaba la cosa.
A pocos metros del collado se metió la niebla, lo que nos brindó fotos espectaculares...
...pero lo mejor fue que al cruzar al otro lado, hacia la Vega de Liordes...
Frente a nosotros, el Llambrión, la Torre Blanca, el San Carlos... se abrían o se escondían según se movían las nubes.
Pero al final le dio por aclarar y pensamos que bueno, ¿por qué no dar la vuelta y volver por la Collada de la Chavida.
No tardó en aparecer, bajo la Torre de Peñalba, el refugio de Collado Jermoso.
El "camino" no era muy claro, pero enlazando hitos avanzábamos hasta que cometimos otros tres errores.
Error Nº2: Confundir la Torre del Hoyo Chico con la del Friero. Vale, esto puede pasarle a cualquiera que no conozca bien la zona, pero es imperdonable el
Error Nº3: No mirar el mapa para cerciorarse de donde estábamos y de que la cima que veíamos arriba era la buena. Al bajar del collado, cuando decidimos volver por la Chavida, echamos un ojo al mapa y lo vimos perfectamente, primero el Hoyo de Liordes, después el Hoyo Chico y después la salida hacia la Chavida. Pero aquí no lo revisamos y la cagamos. Pero el más garrafal fue el
Error Nº4: Abandonamos los hitos. Al entender que la cima salía a la izquierda, no seguimos los mojones, que rodeaban el contrafuerte de la Torre del Hoyo Chico por el que empezamos a subir.
Claro, al llegar arriba y ver la Torre del Friero delante de nuestras narices, nos dimos cuenta de nuestra tremenda cagada.
Pero al dar la vuelta llega uno más, sí, sí, uno más, y ya es el
Error Nº5: En vez de bajar por donde habíamos subido, yo decidí explorar por si nos ahorrábamos una vuelta y empecé a bajar por una canal que salía delante de nosotros, y claro nunca hay que bajar por un sitio que no conoces y menos si no ves el final. El resultado: pérdida de tiempo y un par de pasos de III con roca descompuesta.
A pesar de todo, llegamos a la Collada de la Chavida, otra vez envueltos por la niebla. Decidimos parar a comer algo y, si en ese tiempo aclaraba, ver si podíamos subir al Friero.
Efectivamente, aclaró. Y aunque en un principio empezamos a bajar, al volver la vista atrás la Torre del Friero nos llamaba... y nos llamaba... Así que, consultamos con un grupo de gallegos que nos encontramos en el collado y nos dijeron que la subida por la cara sureste era fácil. Así que nos lanzamos hacia arriba a buen ritmo porque ya eran las 17,30horas. Estos amigos gallegos, de la
Sociedad de Montaña Ártabros, también nos echaron una mano luego. Gracias desde aquí.
Total, que subimos con cielo despejado por una vía que no pasaba de II, pero con la roca tan descompuesta que cada paso había que sudarlo. Íbamos acariciando los agarres y aún así cada poco tiempo alguien tenía que gritar aquello de ¡Cuidado! ¡Piedra!
En esta foto, cortesía de Quique, se nos ve trepar los últimos metros con el culo bien apretadito.
Pero bueno, en algo menos de una hora nos plantamos arriba y sin perder tiempo nos hicimos la foto de rigor...
...y también el vídeo...
...y nos fuimos para abajo. No había tiempo que perder y decidimos hacer el descenso por la vía normal, la que enlaza con el final del corredor norte porque, y esto no sé si se puede llamar error, nos falló la confianza, la subida había sido si no dura, si peligrosa y no estábamos muy por la labor de bajar por el mismo sitio. Buscamos la bajada pero y aquí va otro
Error Nº6: atribuible exclusivamente a mí, porque aunque llevaba el mapa, me dejé en el coche el libro-guía que explicaba perfectamente por donde se bajaba.
El caso es que empezaba a hacerse tarde, eran las 18,40horas y había que bajar. Lo hicimos bastante bien, porque uno no se movía hasta que el otro no estaba bien cubierto de posibles caídas de piedras, que no fueron pocas, y salvo algún pequeño susto al principio, la cosa fue bien. No era tan difícil, pero la cabeza nos jugó una mala pasada arriba.
A pesar de que nos dimos algo de prisa, un momento sacamos para hacer un pequeño vídeo.
Tenía más razón que un santo con lo de llegar de noche, pero las vistas, con el atardecer, eran espectaculares y de vez en cuando nos parábamos un poco a regocijarnos en el placer de estar ahí arriba.
No tardamos en llegar a la pedrera que bajamos corriendo para ganar tiempo y echar unas risas...
...vista atrás al Friero...
...y una bajada en la que, como era de prever, se nos hizo de noche. Suerte que un error que no cometimos fue el de no llevar frontales... y en un descenso al más puro estilo "almecagüendios", con laberintos de brezales y piornos, selvas de helechos y un omnipresente miedo a encontrarnos con el cochino jabalín, llegamos hasta la carretera. Habíamos descartado ir por la ladera hasta la pista del principio y decidido llegar hasta la carretera, más larga pero también más segura.
Por cierto, que el hecho de que se nos hiciera de noche antes de llegar al coche podría considerarse el enésimo error de la jornada por no calcular bien el tiempo, pero teniendo en cuenta que la bajada de la parte alta de la montaña, la pedrera y hasta el principio del camino lo hicimos con luz suficiente, tampoco fue tan grave.
Allí, acampados nos encontramos con los amigos gallegos que se ofrecieron a subirnos en coche todo el puerto de Pandetrave, con lo que nos ahorraron una buena caminata. Otra vez, mil gracias, da gusto encontrarse con gente así por las montañas. Ya sabéis que aquí nos tenéis para lo que queráis.
Para terminar y, a falta de GPS (que por cierto en un día como éste no nos hubiera venido mal), he dibujado en Google Earth nuestra ruta, por si a alguien se le ocurre repetirla, aunque dudo mucho que, visto lo visto, nadie lo intente.
4 comentarios:
Pues fíjate que estuvimos en un tris de acercarnos a Picos para estar con vosotros pero al final, debido a compromisos varios, no nos venía bien.Mejor así, porque visto lo visto puede que nuestra amistad hubiera sufrido un duro golpe. Está claro que lo vuestro es la aventura pura y dura. Besos.
Hola Mari:
Una pena que no os animarais, seguro que con vosotros y vuestra experiencia no hubiéramos hecho tanto el canelo.
El próximo fin de semana saldremos casi seguro.
Si vamos el sábado haremos algo medio fuerte, pero si salimos el domingo haremos un paseo fácil y bonito por un bosque, porque a lo mejor también se apunta mi santa esposa.
Animaos, y así nos vemos, antes de que vayáis al Himalaya.
Besos para ti y, buena, venga, también para Iñaki.
Que pasada la foto del atardecer!!!
Jeje, tranqui esas cosas suelen pasar. Lo importante es que termine bien.
Salu2
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