Prólogo:
Así de elegante posaba un servidor a la una de la noche del 30 de diciembre. Hay que advertir que la boda en cuestión, la de mi amiga María, tuvo lugar en Murcia. Ahí al lado.
Lo más curioso es que allí conocí a otro amigo de la novia que también hacía montaña, Jose, y que resultó tener una página web que yo había visitado alguna vez: La montaña es mi reino. Qué pequeño es el mundo. Aquí, se nos ve enfrascados en elevadas disquisiciones sobre piolets, códigos html y esas cosas justo antes de aburrir al resto de la mesa...Para acompañar este reportaje, nada mejor que escuchar este tema que, además de elegante, me hizo más llevaderas las varias horas en la carretera:
La prudencia, que inexplicablemente se está convirtiendo en una de mis virtudes, será la edad, me llevó a acostarme pronto, al menos no muy tarde. Quería aprovechar el viaje para tachar una equis del proyecto 50 provincias-50 montañas. Así que, a las ocho de la mañana me levanté, cogí el coche y, siguiendo las indicaciones del libro Los techos de España, me planté en Puerto Alto para ascender al pico Revolcadores, la montaña más elevada de la provincia de Murcia con 2.015 metros. Así se veía desde el lugar donde dejé el coche, con un poco de nieve por arriba.A las diez de la mañana, cogí la pista que indicaba el libro y empecé la ascensión. No tardé en ver, al fondo, a dos albaceteños que salieron un poco antes que yo. La mañana era fresquita, dos grados de temperatura y siempre por la sombra me estaban dejando las manos azules.
En este punto, al ver el hito, con un palito y todo, a la derecha, abandoné la pista para tomar la senda que supuestamente salía desde allí. Lo cierto es que el pinar estaba un poco espeso y no se veía ni camino, ni mojones, ni nada, así que avancé siguiendo un poco mi intuición.
Para variar, mi intuición, que por algo es es masculina, consiguió que me perdiera. Ni camino, ni mojones, ni nada... así que empecé a tirar a derecho para arriba por un terreno pedregoso, con algo de nieve y con una inclinación suficiente para empezar a sudar.
Momento nisio.
Por lo menos, comprobé que no era el único cenutrio que no había encontrado el camino. Los dos manchegos aparecieron por detrás e intercambiamos unas palabras. Hice un amago de juntarme con ellos para entre los tres buscar mejor el camino, pero no parecían tener ganas de compañía y se fueron quedando atrás. No había más remedio que hacer la ascensión en solitario, como los grandes.
Intuyendo la posición de la cima tiré directo hacia arriba, procurando ganar un poco la diagonal hacia la derecha, o sea hacia el Sur. Además, como había quedado para cenar en Salamanca, quería darme un poco de prisa y llevaba un ritmo bastante alto. De ahí el triple apelativo de esta ascensión: Directísima, express y en solitario.
Esta vez, para mi propio asombro, mi sentido de la orientación fue bueno y encontré el camino.
En realidad, la cima no es la que entonces pensé. Esa, la que se ve en la foto de abajo, es la cima Sur, un poco más baja. Pero bueno, estaba en el camino bueno y mi altímetro me decía que quedaban poco más de cien metros de desnivel, así que con renovados bríos después de comer un poco de chocolate continué para la cima.
Mirando atrás, aparecía la bella silueta de La Sagra, ya en la provincia de Granada.
No tardé en llegar arriba, donde había un poco más de nieve y con ayuda del contraluz, hice esta bonita foto.
Al lado de la cima, estaba este pino doblado por la carga de nieve...
...y a lo lejos, tirando de zoom, aparecía Sierra Nevada.
Total, que en algo menos de una hora, me planté en la cima, donde posé con orgullo, sujetando el banderín del Bar Llamas, y con elegancia, obsérvese el detalle de la corbata a juego con las mallas. Pensé en subir con el mismo traje de la boda del día anterior, pero me pareció una chorrada excesiva hasta para mí.
El vídeo de la cima...
...y para abajo. Hice el descenso corriendito y esta vez sin perder el camino, con lo que en menos de media hora estaba en el coche dispuesto a meterme seis horas de carretera. La aventura es lo que tiene y en The South Face Nisio Team, somo aventureros.
En este punto, al ver el hito, con un palito y todo, a la derecha, abandoné la pista para tomar la senda que supuestamente salía desde allí. Lo cierto es que el pinar estaba un poco espeso y no se veía ni camino, ni mojones, ni nada, así que avancé siguiendo un poco mi intuición.
Para variar, mi intuición, que por algo es es masculina, consiguió que me perdiera. Ni camino, ni mojones, ni nada... así que empecé a tirar a derecho para arriba por un terreno pedregoso, con algo de nieve y con una inclinación suficiente para empezar a sudar.
Momento nisio.
Por lo menos, comprobé que no era el único cenutrio que no había encontrado el camino. Los dos manchegos aparecieron por detrás e intercambiamos unas palabras. Hice un amago de juntarme con ellos para entre los tres buscar mejor el camino, pero no parecían tener ganas de compañía y se fueron quedando atrás. No había más remedio que hacer la ascensión en solitario, como los grandes.
Intuyendo la posición de la cima tiré directo hacia arriba, procurando ganar un poco la diagonal hacia la derecha, o sea hacia el Sur. Además, como había quedado para cenar en Salamanca, quería darme un poco de prisa y llevaba un ritmo bastante alto. De ahí el triple apelativo de esta ascensión: Directísima, express y en solitario.
Esta vez, para mi propio asombro, mi sentido de la orientación fue bueno y encontré el camino.
En realidad, la cima no es la que entonces pensé. Esa, la que se ve en la foto de abajo, es la cima Sur, un poco más baja. Pero bueno, estaba en el camino bueno y mi altímetro me decía que quedaban poco más de cien metros de desnivel, así que con renovados bríos después de comer un poco de chocolate continué para la cima.
Mirando atrás, aparecía la bella silueta de La Sagra, ya en la provincia de Granada.
No tardé en llegar arriba, donde había un poco más de nieve y con ayuda del contraluz, hice esta bonita foto.
Al lado de la cima, estaba este pino doblado por la carga de nieve...
...y a lo lejos, tirando de zoom, aparecía Sierra Nevada.
Total, que en algo menos de una hora, me planté en la cima, donde posé con orgullo, sujetando el banderín del Bar Llamas, y con elegancia, obsérvese el detalle de la corbata a juego con las mallas. Pensé en subir con el mismo traje de la boda del día anterior, pero me pareció una chorrada excesiva hasta para mí.
El vídeo de la cima...
...y para abajo. Hice el descenso corriendito y esta vez sin perder el camino, con lo que en menos de media hora estaba en el coche dispuesto a meterme seis horas de carretera. La aventura es lo que tiene y en The South Face Nisio Team, somo aventureros.
2 comentarios:
eso es aprovechar una boda a tope y lo demas son tonterias jejejeje
La cima del pico de Revolcadores tiene una altura 2027 metros
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