Parque Natural de Ponga 1. Taranes. La Foz de la Escalada.

Las previsiones meteorológicas anunciaban, un fin de semana más, precipitaciones en la Cordillera Cantábrica con una cota de nieve bajando de 1.000m a 400m. Pero The South Face Extreme Nisio Team no iba a quedarse en casa. Hace dos semanas las previsoines eran igual de malas y nos pegamos dos buenas raquetadas por la Montaña Oriental Leonesa. Así que decidimos acercarnos al Parque Natural de Ponga, en Asturias, para ver si había suerte y podíamos echarle un tiento al Tiatordos. Reservamos una casita rural en el pueblo de Tanda y a las 8,00h, Mr.Churches, mi hermano Jorgito y yo, salíamos de Torrelavega escuchando a Canned Heat en el radiocasette del coche:

Ya de camino empezó a llover y cuando llegamos al pueblo de Taranes, donde empezaba nuestra ruta la cosa no pintaba nada bien.

Tras largos debates sobre qué hacer barajando opciones tan dispares como volvernos para casa o salir a andar aunque lloviera, optamos, obviamente, por lo segundo. Decididos a probar la calidad de nuestras prendas de Goretex nos equipamos. Nuestro error fue pensar que sólo daríamos un breve paseo, esto nos hizo ponernos las botas de trekking, en mi caso las zapatillas, con su Goretex XCR, que al final acabó calando. Total para caminar un rato bajo la lluvia... Eso sí, Andrés se empeñó en que lleváramos las raquetas en la mochila, por si acaso...

Total que a eso de las 12,00h empezamos a caminar. Aquí empieza la ruta que indica la subida hacia el Tiatordos pasando por la Foz de la Escalada.

El camino pronto gana altura y ofrece unas magníficas vistas sobre el pueblecito de Taranes, sus verdes prados y sus montes. Aquí se aprecia perfectamente donde está línea de la nieve. Por cierto, todas las fotos están hechas con el teléfono móvil porque la cámara se negó a funcionar. Misterios de la tecnología digital.

No tardó en aparecer la Foz, hacia su interior nos dirigimos.

La lluvia arrecia y el agua cae por las paredes de la apretura, en algunos casos formando cascadas como aquélla que aparece al frente.

Atravesamos el río Taranes por este puente...

...y seguimos subiendo, por un empedrado que a veces parece un auténtico río. Aquí, mis zapatillas ya han empezado a calar y no llevamos ni media hora andando.

Pues eso, un auténtico río...

Entre los pies húmedos y lo de la cámara, la verdad es que no estoy del mejor humor, pero bueno el tremendo paisaje por el que transitamos me quita el cabreo, al menos a ratos.

Ya hemos salido de la parte más estrecha de la foz y el camino va ganando altura. Ya estamos empezando a pisar nieve...

...esto supone que ahora, además de tener los pies húmedos, cuando me paro noto que empiezan a estar fríos.

Así que mejor no pararse y seguir para arriba. Una vez más, siendo conscientes del panorama, caminamos sin un objetivo concreto. Simplemente, aprovechar mientras el tiempo no sea demasiado malo.

Unas veces, parece que quiere despejar y podemos ver las paredes que nos rodean...

...pero otras, empeora y ahora ya empieza a nevar.

A esta altura la nieve ya tiene un espesor considerable...

...así que, para regocijo de Andrés, que, recordemos, fue quien se empeñó en llevarlas, nos pusimos las raquetas. Creo que fue por aquí cuando pronunciamos por primera vez en el día la frase: "Venga nos asomamos a ese colladito a ver qué hay y nos damos la vuelta..."

Todo eso llevamos subido.

Esto es lo que había después del colladito, así que seguimos un poco más. Aquí había ratos en los que la ventisca era importante...

...y yo había pasado de tener algo de frío en los pies a empezar a sentir dolor en los dedos. Así que a una altura de unos 1.400m, Taranes está a 580m, decidimos darnos la vuelta. Además, ya eran más de las 15,00h una hora prudente para darse la vuelta. Andrés decía que podía darnos tiempo a subir al Taranes, el pico de 1.677m que está justo encima de pueblo.

La moción fue rechazada y nos dimos la vuelta, el momento está recogido por la cámara de Andrés, en cuanto me pase las imágenes completo un poco el repor. Jorgito y yo bajamos a toda leche, no nos apetecía sufrir congelaciones, pero Andrés se lo tomó con su habitual calma y bajó haciendo fotos. Yo alguna sí tiré, sí. Pero ya cuando salimos de la nieve y parecía que los pies entraban en calor.

Por allí viene Andrés, lo veis de naranja a la derecha de las cascadas...

...y aquí llega al coche. Cinco horas y media estuvimos andando por ahí.

Después bajamos a Tanda, donde teníamos el alojamiento, muy bien por cierto, y nos volvimos Taranes donde, en su único bar juntamos varios placeres que nos teníamos bien merecidos: Una cervecita, una chimenea...

...después vendrían unos huevos fritos con chorizo y patatas y una buena sesión de rock a base de Barricada, Cicatriz y Steve Ray Vaughan por gentileza de nuestros anfitriones, que dejaron a Jorgito poner música a su antojo.

A pesar del rock´n´roll no nos acostamos tarde porque al día siguiente nos esperaba otra bonita jornada repleta de espíritu montañero y espíritu nisio a partes iguales. La puedes leer pinchando aquí.