Bueno, lo primero, feliz año a todo el mundo. Lo segundo, que recordando cómo estaban la montaña y la meteo el año pasado por estas fechas pues nada que una pena. Entre unas cosas y otras, en lo que va de temporada apenas hemos hecho un par de cosas y ninguna digna de mención. Así que, a esto había que ponerle remedio y de paso también a los excesos propios de estas fechas, especialmente los gastronómicos. En la provincia de Salamanca hay una cima que siempre ha atraído mis sueños. Cada vez que la veo en el horizonte me llama, la miro y me digo, algún día hollaré tu cumbre. Se trata de La Atalaya, el monte que hay junto a Torresmenudas, el pueblo de mi santa esposa. Si una lumbalgia me impidió correr la San Silvestre para terminar bien 2009, para empezar bien 2010 había decidio atacar su cumbre. Las llamadas a otros miembros de The South Face Extreme Nisio Team fueron infructuosas. Exusas peregrinas como "tengo una resaca de muerte" o "es que estoy en Huesca" fueron algunas de las contestaciones a mi propuesta. sin embargo, cuando ya estaba decidido a atacar la montaña en solitario, a última hora Raquel se animó a acompañarme. Su ayuda me iba a venir de perlas, no en vano es su pueblo y quién mejor que alguien que conoce el terreno para orientarme en caso de duda. Los consejos de su madre, mi suegra a la sazón, también iban a ser primordiales para el éxito de esta primera expedición de año.
Lo primero era llegar hasta la plaza de Filiberto Villalobos, hijo predilecto de la localidad, donde está el Ayuntamiento con su reloj y todo. Así nos percatamos de que son más de las once y media de la mañana, un poco tarde, la hora del vermú se nos echa encima y puede llevar al traste todos nuestros planes...
Lo primero era llegar hasta la plaza de Filiberto Villalobos, hijo predilecto de la localidad, donde está el Ayuntamiento con su reloj y todo. Así nos percatamos de que son más de las once y media de la mañana, un poco tarde, la hora del vermú se nos echa encima y puede llevar al traste todos nuestros planes...
La mañana es fría, apenas supera los cero grados, y la vegetación como el moral del plaza, nos recuerda que tal vez deberíamos haber intentado esta cima fuera de la temporada invernal...
Dejamos a nuestra derecha la iglesia de San Román Mártir, esperando que alguien oiga las oraciones en las que encomendamos nuestro incierto destino...
La suerte está echada. Abandonamos el pueblo por la carretera. Raquel, tirando de experiencia me recuerda una de las máxima que nunca deben olvidarse cuando se afronta una ascensión de estas características: "Peatón, en carretera, camina por tu izquierda". Estas sabias palabras pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte. Al fondo vemos ya la cima de La Atalaya. Su silueta nos atrae y atemoriza por igual.
No tardamos en llegar hasta la curva de la carretera, la conocida en la zona como "la revuelta", allí abandonamos la precaria seguridad de la carretera para adentrarnos en una pista de tierra que las últimas lluvias han embarrado ligeramente. Otra dificultad más a añadir a la lista. Además el viento empieza a arreciar, por lo menos los pantalones nuevos, regalo de Navidad porque he sido muy bueno, me protegen contra las inclemencias meteorológicas, por ahora.
Caminamos ahora por un encinar, tan característico de esta zona...
Hay que tener cuidado, su profusión y similitud pueden llegar a confudirnos. Lo mejor es no confiarse.
Ya estamos más cerca. Siguiendo los consejos de MaríaÁngeles, mi suegra, rodearemos el monte sin abandonar la pista. Esto nos obligará a realizar la verdadera ascensión por la cara norte, no tenemos otra elección, preferimos soportar las condiciones de la norte a errar el camino.
Allá vamos, tras abandonar la pista principal por un camino rodado, aquí la pendiente se acentúa. Echo de menos mis bastones, que he dejado en el campamento base de casa de mi suegra, y la lumbalgia amenaza con echar potr tierra todo el trabajo que hemos llevado a cabo hasta ahora...
...sin embargo, en un esfuerzo titánico, alcanzamos la cima donde desplegamos el banderín de nuestro patrocinador. Al fondo podemos ver Torresmenudas en todo su esplendor. Creo que he subestimado a Raquel, observad si no su sonrisa frente a mi careto de circunstancias... en efecto, estoy preocupado, todavía queda el descenso.
Mientras Raquel se deleita con las vistas de la tierra de sus antepasados, yo calculo el tiempo que nos queda. Parece que finalmente sí llegaremos a la hora del vermú.
Ahora sí, me detengo a observar el paisaje de La Armuña y el Campo Charro,. incluso al fondo se distinguen las redondedas formas de la Sierra de Béjar.
Plenos de satisfacción por el logro, aunque exhaustos por las dimensiones de nuestra hazaña grabamos un vídeo...
...y emprendemos el regreso, aquí cruzo con elegante porte el puente sobre el regato de Portugal...
...y nos paramos a observar la espadaña de la iglesia, el calor de la civilización nos reconforta...
...y me animo a detenerme en la observación de la portada románica de la iglesia, con sus jambas, sus arquivoltas y sus canecillos bellamente labrados en piedra de Villamayor.
Y por fin, la verdera recompensa: degustamos unas Mahous, que saben mejor porque son gratis, al calor del fuego sobre el que se puede apreciar el calendario de The South Face para este año. Ya buscaremos la forma de repatirlos entre amigos, habituales de este humilde blog y demás fauna montañera. Por cierto, después nos apretamos una de jamón ibérico de esas de perder el sentido. Lo siento pero no hay fotos de ese momento.
En fin, que aquí dejo la imagen de GoogleEarth con el camino recorrido por si algún intrépido se atreve a seguir nuestros pasos. Lo dudo, pero suerte en cualquier caso.
11 comentarios:
Buenisima la entrada. No se porqué me ha venido a la cabeza la cita de Groucho Marx "partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria". ja, ja.
Un saludo y a seguir con ese humor.
Haces de "un paseo" todo un relato épico que no puedes dejar de leer. Engancha hasta el final :-) .
Una mañana bien aprovechada y con un final excelente.
Feliz 2010!!!!!!!
Pero bueno Borja, que no as puesto el enlace, que también nos gustan las grandes expediciones.
Mira que privarnos de tus relatos, que si no llego a entrar en tu bloog no lo veo, ya me parecía a mi que no hubieses hecho nada en tus vacaciones.
UN SALUDO
ÉPICA ASCENSIÓN, EN UN MARCO TAN AGRESTE COMO BELLO, MUY BUENA, QUE NO FALTE EL HUMOR,
FELIZ AÑO!
UN SALUDO MONTAÑERO.
Buen comienzo de año y de temporada,que mas da la altura diminuta del pico,porque viendo esa hoguera hogareña se quitan todas las penas.Buen año 2010 y mucha montaña para todos.
Saludos.
Se me han puesto los pelos como escarpias!!!!
Ja, ja, ja... esas pequeñas cumbres también tienen su gracia... y mejor en buena compañía...
Un abrazo!!
Yo mañana subo al Chivo. Si quieres nos juntamos y escribimos un libro
:D
Feliz año!
Impresionante!!!... avísame cuando nieve para ir a hacer el primer descenso de esa extrema cara norte, ja, ja, ja!!!... Eres un fenómeno macho!!!... Oye, yo me apunto a un calendario nisio de esos, pagando ¿eh?... Un abrazo esgallero, feliz año montañero y a cuidarse esa espalda!!!...
el iberico (pernil)sabe mejor en el encinar y mas si es acompañado por una buena hembra Bravo machote
Jajaj qué bueno... me ha gustado mucho la entrada :D hace falta sentido del humor como el tuyo. Muy bueno. Por cierto me tope con este relato buscando info de Torresmudas. Me ha sido de gran ayuda ;)
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