Esta pequeña historia que les voy a contar pasó hace unas semanas ya. A comienzos de Semana Santa, por tanto calculo que el día uno de abril, es decir un Jueves Santo. Mientras Borja estaba llevando a cabo el proyecto más ambicioso en su carrera alpinística, ir al monte rodeado de chavalas, Gaspar y yo habíamos pensado en actividades mucho más modestas. Aprovechando las vacaciones varios amigos regresaban a la capital charra desde sus residencias habituales allende las fronteras. Como no tengo muy ensayado, todavía, el don de la ubicuidad, decidí quedarme en Salamanca y desde allí realizar alguna actividad. Pero cuando se juntan viejos amigos después de largos periodos el resultado, por lo menos en mi caso, suele ser muy beneficioso para el gremio de la hostelería y desastroso para las habilidades mentales. Por eso muy tarde y con evidentes síntomas de resaca me encontré ese día aparcando la famosa Bala Roja o también conocida como Bala del Pirineo, en la pista que sube a Hoya Moros, en la preciosa sierra de Béjar.
Elegimos este destino por la proximidad, ya que, aunque habíamos quedado pronto, las sábanas me obligaron a mandar un mensaje retrasando la cita. El cielo azul no me permitía utilizarlo como excusa, pero Gas entendió. Aún así, emprendió alegre la marcha.
Un sorprendente atasco en la salida de Salamanca, nos retrasó aún más. Parece ser que una de las carreteras estaba cerrada, los estragos causados por las lluvias del invierno, siempre pidiéndola y cuando llega, no estamos preparados. No os diré la hora de salida para que no intentéis repetirlo en vuestras casas, diré sólo que cuando nosotros subíamos un grupo ya bajaba. Pero el monte se veía así de bien.
Subimos con buen ritmo y en pocos minutos ya estábamos en los meandros.
Seguíamos una huellas, supongo que la de la gente que nos encontramos bajando.
Yo había planeado un día tranquilito, ponerme a rueda de Gaspar y dar un paseo, pero él más descansado marcaba buen ritmo y se dirigía hacia Los Hermanitos.
La verdad es que no iba del todo mal, el aire fresco me despejaba la cabeza.
Hacía muy bueno, y ya que estábamos por ahí… la dirección era clara, me lleva a la canal.
No había nadie por los alrededores, pero gracias a la tecnología y el disparador automático pudimos salir ambos…
El día era bueno, la nieve estaba bien, no nos hundíamos…y había mucha.
Total, que a la canal fuimos. Gaspar no la había hecho, yo unas cuantas veces creo que esta es la cuarta o quinta vez. Es facilita, pero nunca la había visto con tanta nieve. Me preocupaba el merengue que se forma arriba. Pero fuimos para allá.
Con tanta nieve estaba bastante fácil, además te hundías lo justo, el primer tramo estaba para ir con bastones.
Yo no había cogido el casco ni nada, solo quería un paseo, pero Gaspar que tenía ganas, había metido un casco mítico, el que me dejó…La historia es la siguiente, se lo regaló el también mítico alpinista Miguél Angel Vidal, allá por el año 1997 cuando regresó de un invierno que pasó en el Himalaya, en la región del Khumbu, haciendo cascadas de hielo, fue cuando hizo la famosa Namche Bazar Ice Fall y otras cuantas, además de la ascensión invernal al Ama Dablam…vamos otra liga…y ahora lo llevaba puesto yo, así de bien.
Y así fuimos subiendo, he de decir que la noche anterior no estaba pasando factura, estaba bastante bien.
Gaspar, y la autofoto típica.
Ahora soy yo el que llevo la cámara. Vamos bien y rápidamente aparece el final. La verdad es que tenía tanta nieve, que no parecía tanta canal.
Poco a poco se empezaba a poner bastante pindia. La gran cantidad de nieve hacía que los metros finales se pusieran bastante verticales, era una pena que no hubiera un poco de hielo, pero buscamos y no había…
No recordaba de las anteriores veces un final tan vertical, y encima bajo un merenguillo…en fin. Viendo la foto parece cualquier cosa…Y la salida además te hacía poner poses un tanto curiosas para sortear el “techo” final de nieve. Había que fiarse de la nieve…en fin.
Total que salimos de allí. Y sacamos pecho, claro.
Subimos a Los Hermanitos, menos mal que ya hay fotos con el pañuelo del Bar Llamas de otras ascensiones anteriores, ya que como aquí no lo llevábamos, es muy posible que no nos hubiera contado esta cima para nuestros seguidores más ortodoxos.
La semana anterior habíamos estado en el canchal del Turmal y nos quedamos con ganas de seguir hasta el Torreón, las prisas que siempre son malas nos lo impidieron. Esta vez, nos daba igual y fuimos para allá. Pero antes un vistazo al final de la canal.
Vistazo hacia el embalse de Gabriel y Galán.
Y cima de El Torreón.
Al fondo la sierra de Barco…y Gaspar señala el Turmal, pocos días antes estábamos allí señalando el Torreón…
Como salimos tarde, pues ahora era simplemente más tarde, por eso las luces eran tan bonitas.
Nos daba igual llegar de noche, por tanto íbamos con tranquilidad.
En seguida bajamos hacia la hoya, era más bonito. Caminar entre los enormes bloques, un paraíso del bulder.
Había caído una pequeña nevada, probablemente la noche anterior y los bloques de granito estaban así de blancos.
Bajábamos recordando otras excursiones anteriores por estos lugares. Muchos años antes.
Otras líneas más complicadas se veían cargadas de nieve.
Caminado entre bloques con los hermanitos al fondo.
Desde aquí, la canal impone más.
Prácticamente no paramos un momento en todo el día, al final libramos y no llegamos de noche.
Total que al final salió un día bastante completo, ni en pintura me lo hubiera imaginado nada más despertarme, ni Gaspar nada más verme. Así nos despedimos de los meandros.
6 comentarios:
No se si es politicamente correcto, pero lo digo, ¡¡vaya güevos le echasteis para salir bajo ese merengue!!, quiero creer que la calidad de la nieve os haría ir un poco más confiados, porque acojonar, acojona. Eso si, las fotos de libro, macho. Una entrada muy guapa.
Un saludo
Estais cuadraos jodíos... Qué pasó con las nisiadas?? Tanta aproximación con cima me abruma...
Aleeee, Salud socios!!
vaya pasada. Me ha encantado. Que preciosa siempre la Sierra de Béjar. enhorabuena a los dos y gracias por compartir vuestro pedazo de día.
Me habeis puesto los dientes larguísimos. :-)
Vaya fotacas!!! muy chula! ale Andrés, ahora sólo te queda poner la de hace dos fines de semana en León que vas con retraso jodioooo! que la próxima no te paso las fotos,eh???
Compadres...sin lugar a duda me acabáis de dar una envidia increible, Andrés! vaya fotazo en la pared vertical de nieve, Gaspi... unos profesionales...al nivel de la bala!
mOOOOOOOOOOLa me ha gustado mucho. Enhotabuena
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