Aprovechando unos días de vacaciones, mi santa esposa y un servidor organizamos una escapada al Pirineo Navarro, concretamente al Valle de Baztán. La idea era desconectar un poco, dar paseos por los montes y bosques de la zona y descubrir la gastronomía local. Para ayudarnos en nuestro propósito de olvidarnos del mundanal ruido, que decía el poeta, elegimos un hotelito con SPA que quedaba muy cerca de Elizondo. Se llama Señorío de Ursúa y es altamente recomendable, ésta es una vista del hotel.
Después de comer y echar una siestecita dimos un paseo por Elizondo, que exhibe buenas muestras de la arquitectura de la zona. Nos acercamos por la oficina de turismo y allí nos dieron un bonito mapa con sendas balizadas que nos iba a ser muy útil los próximos días.
De hecho nos fue muy útil en los minutos inmediatamente posteriores. Eran las seis y media de de la tarde y como no sabíamos qué hacer, nos buscamos una ruta cortita y para allá que nos fuimos. Partía de las inmediaciones del puerto de Belate y tenía la denominación de "Aratxuri". Nada, dos kilometritos, sin apenas desnivel y con una ermita y unos restos megalíticos que visitar. Perfecta para una toma de contacto. Allá vamos.
Primero entre las hayas que dentro de muy poco empezarána mostrar sus colores de la temporada otoño-invierno. Como Raquel, que estrenaba una bonita parka naranja,
Pronto atravesamos el bosque y rodeamos esta loma...
...otro tramo de bosque. Pero, ¡cómo me gustan los hayedos!
...y en cuestión de veinte minutos ya vemos abajo la ermita de Santa María de Belate.
Pero antes de bajar a visitarla, tomamos el desvío a la izquierda hacia ermitako lepoa, que con el poco euskera que he podido aprender estos días, creo que siginifica collado de la ermita. Allí están las piedras grandes que siempre han despertado mi curiosidad. Bueno, siempre no, más bien desde que empecé a leer tebeos de Asterix y Obelix.
La tarde va cayendo, las nubes se van oscureciendo y ya queda poquito...
...ya estamos en el collado, al que se llega sin problemas siguiendo marcas de GR y del Camino de Santiago en sentido contrario. Raquel, que ha hecho el paseo en vaqueros, franquea el cercado...
...pero no vemos cromlechs ni túmulos, que en teoría es lo que hay aquí. En su lugar nos encontramos varios menhires, supongo. Un paseíto por el collado con el cielo amenazando agua...
...y nos damos la vuelta.
Nos acercamos a la ermita en un momento. Habrá que volver el día de la romería...
...que ahora está ya muy oscuro y estas vaquitas pastando nos recuerdan que ya es hora de cenar.
Así que, de vuelta en Elizondo nos tomamos una cervecita y unos enormes huevos con chistorra para recuperar fuerzas, que mañana será otro día y esta bendita tierra promete.
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