Parece que, al final, el año pasado tampoco habíamos sido tan malos. Resulta que los Reyes, que como todo el mundo sabe sólo son los padres en el caso de Felipe, Elena y Cristina, nos han traído un fin de semana en el balneario de La Hermida. Pues nada, que el viernes nos plantamos allí, trasteamos un poco por Potes y a la mañana siguiente, tras desayunar opíparamente cogimos el coche y nos fuimos hasta el pueblo de Bejes. La idea era, siguiendo la magnífica guía del Macizo Nororiental de los Picos de Europa de Ángel Sánchez Antón, subir al Cueto la Fontanilla, algo que, como se puede intuir por el título de este repor no íbamos a conseguir en un nueva nueva excursión dominguera al filo de lo impresentable.
Para empezar, nos habíamos levantado un poco tarde. De acuerdo, culpa nuestra... pero además hacía un viento importante, estábamos en alerta amarilla por rachas de más de 80km/h que nos sirve un poco más de excusa y también nos sirve para ambientar un poco el relato.
Bob Dylan -Idiot Wind
Bob Dylan -
Salimos desde el barrio La Quintana y vemos el casco urbano de Bejes, allí al fondo. El cielo que ahora está medio azul se cubre de nubes y vuelve a abrir con la misma velocidad que sopla eolo.
Por eso llevamos un paraguas que finalmente nos servirá de muy poco. Pero bueno, allá vamos, un poco tarde, remontando con decisión la pista hormigonada...
...no tardamos en franquear el Collado Pebe. Nos toca bajar un poco hasta esas cercas para separar el ganado. Allí abandonaremos la pista hacia la derecha...
...y nos tocará meternos en este embarrado sendero. Poco antes me adjudicaré la primera ronda de cervezas tras resbalar y librarme por poco de desgüevarme, y no de risa precisamente, sino con una estaca que me quedó a la altura de la entrepierna.
Tras rodear una airosa peña, nos toca abandonar la senda y enfilar hacia esa collada de arriba, primero por la braña...
...a media altura la vista atrás es así de bonita. Por momentos, parece hasta que va a mejorar el tiempo...
...después vemos un camino muy obvio que sube en diagonal hacia la izquierda, pero al rato nos damos cuenta de que nos desvía mucho del collado que buscamos y desde nuestra nueva posición vemos el sendero que sube trazando zetas justo por el medio de la vaguada. Corregimos rumbo y para llegar hasta allí nos toca embardalarnos un poco por el lapiaz.
Recuperamos el camino bueno que serpentea por la parte más baja de la vaguada y no tardamos en llegar a otra pradería que de nuevo se empina mucho y nos lleva hacia la derecha, siguiendo las indicaciones de la, no me cansaré de reptirlo, magnífica guía de Peñas Cabriegas editada por Estudio, si la encuentras, no dudes en pillarla.
En un pequeño descanso, echamos la vista atrás y vemos el Cueto la Cerralosa, encima del pueblo de Tresviso...
Seguimos. Ahora toca ganar altura buscando el cordal de la derecha. Al otro lado vemos el Parijorcao, la cima situada en la misma cuerda que el Cueto la Fontanilla y por la que se hace el descenso en una bonita circular. Yo ya empiezo a intuir que no daremos esa vuelta y a dudar mucho de que lleguemos a la cumbre de la Fontanilla. El viento arrecia con la altura y aunque sólo llueve de forma intermitente hace incómodo el camino.
Lo mejor es que la lluvia y el viento que despeja las nubes dan como resultado este perfecto arco iris que se abre al norte y que nos deja un rato embobados. Tras mirar el reloj y echar nuestras cuentas hemos decidido que llegaremos hsta donde sea, que ya no importa la cima.
Al ganar el cordal el viento solpa pero que muy fuerte, menos mal que el sendero transita varios metros más abajo porque arriba es difícil aguantarlo.
Lo raro es que miramos al cielo y está azul, sí con algunas nubecillas, pero azul. Y sin embargo llueve. Avanzamos penosamente a veces pero ganando altura. La idea es asomarse un poco y ver un poco hasta dónde queríamos haber llegado.
Pero el viento es cada vez más fuerte y cada repecho ofrece uno nuevo...
...y Raquel dice que hasta aquí hemos llegado y se sienta a contemplar un nuevo arco iris...
...éste. Mejor dicho: este. Según la nueva Gramática de la Lengua.
Yo me asomo hacia el sur y la recompensa es el valle de Liébana así de espectacular.
Convenzo a Rauel de que venga a verlo y de paso que compruebe lo cerca que estamos de esa cima. No sacamos el mapa porque no me hubiera durado ni un segundo en las manos, pero en casa he comprobado que es el Alto la Custa (1.334m), el punto más alto de esta parte del cordal antes de bajar un poco hacia el collado que a la izquierda lo une con la Fontanilla. Pero bueno, como cumbre, nos sirve, así que nos vamos para allá.
Nos vamos hasta allí de una carrera y nos hacemos la foto en la cima... Sin trípode y sin pañuelo del Llamas por culpa del viento que, una vez más me hace un moderno peinado...
...¡No!¡Basta! No puedo seguir más con esta farsa. En The South Face somos nisios, sí, pero tenemos ética. En realidad nunca llegamos a hollar esa codiciada cima. Nos quedamos a menos de cincuenta metros, pero no llegamos al punto más alto. El viento era cada vez más fuerte, nos azotaba con furia y el cordal se afilaba en el tramo previo a la cumbre. Sólo pudimos comer un poco y salir deprisa para abajo a ponernos a salvo. Fuimos unos cobardes, tal vez, yo prefiero pensar que fuimos prudentes. El mítico Alto la Cuesta estará allí cuando queramos volver a saldar nuestra cuenta. Poco después pudimos comprobar lo acertado de nuestra decisión (y esto
fuera de risas es cierto) una racha de viento literlamente levantó a Raquel del suelo y la tumbó. Si llega a pasar un poco más arriba podríamos haber tenido un susto.
fuera de risas es cierto) una racha de viento literlamente levantó a Raquel del suelo y la tumbó. Si llega a pasar un poco más arriba podríamos haber tenido un susto.
Así que renunciamos a la cima por el tiempo. Y nunca mejor dicho, porque llegamos con el tiempo justo de vuelta al balneario para la sesión de masaje y spa. Teníamos cita a las cuatro y media y tuvimos que hacer un descenso express del que, por supuesto no hay fotos. Sólo del recomendable balneario al que, sin duda, volveremos aunque sea para no subir ninguna montaña de las muchas y bonitas que hay por estos parajes. Por supuesto, de la hora y pico en remojos a distintas temperaturas tampoco hay fotos, más que nada por lo ridículo que está uno con esos gorros que hay que ponerse, que uno tiene una imagen pública que mantener...
Y para que no queden dudas de hasta dónde llegamos, aquí está el mapita y el track de GPS. Que no queremos polémicas com Miss Hawley.
2 comentarios:
Bien, bien. Al menos has sido honesto, sería muy feo apuntarse marrulleramente cumbre tan elitista. Así me gusta, ja, ja. Hace dos o tres meses anduvimos por la zona conociendo un poco más todo eso. Bien cerca de La Hermida descubrimos la Bolera de los Moros, un mirador colgado sobre el Desfiladero de la Hermida sencillamente acojonante.
Un saludo
Buff!, por un momento pensé que "la Carrera por los 5.786 1.300s de la Cordillera Cantábrica" había terminado... ahora vuelvo a tener una oportunidad de arrebatartela si consigo subir los 5.678 que me faltan esta semana, ja, ja, ja... y sin Oxígeno, que mákinas!!!... un abrazo esgallero!!!...
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