miércoles, 15 de octubre de 2008

La Mesa de los Tres Reyes (2.444m) Lo bueno de la vida...

Hay épocas en las que uno piensa que ha tenido épocas mejores. No es que me queje porque sería quejarse de vicio, pero... últimamente sólo tengo ganas de que llegue el fin de semana porque sé que eso significa dos cosas: o voy a ver a Raquel o voy a subir montañas. Y con un poco de suerte, las dos cosas a la vez. No pensaba que el traslado de ciudad me fuera a pasar esta factura, la verdad. En fin. Si además, así entre semana, cuando piensas que al día siguiente tienes que levantarte a las seis y media para currar (por lo menos tengo un trabajo decente y decentemente pagado), te caen del cielo malas noticias... Entonces te pones a pensar que la vida es una auténtica mierda. Pero también entonces te acuerdas de aquella canción que precisamente tarareaba el sábado mientras paseaba por la Selva de Irati.
¡Qué demonios! Hoy es miércoles, pasado mañana veo a Raquel y el lunes me subí a La Mesa de los Tres Reyes con mi amigo Óscar.
Y tras esta breve pero catártica introducción, ésta es la pequeña historia de esta ruta.
El domingo dejé a Raquel en Tudela para que cogiera su autobús a Barcelona, el lunes no tenía fiesta, y me volví para Pamplona, recogí allí a Óscar y enfilamos hacia el valle de Ansó. A las diez llegamos al Refugio de Linza. Justo antes de meternos a dormir empezó a llover. Yo no dormí bien y cuando nos levantamos a las ocho de la mañana, seguía lloviendo. Sin embargo, ¡oh benefactores dioses del Olimpo los hados nos fueron propicios! y cuando terminamos de desayunar a eso de las nueve paró de llover.
El cielo venía claro por el sur, pero el este, hacia donde nos dirigíamos estaba todavía un poco feo. La luz de la mañana iluminaba los hayedos sacándoles todo el color.

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Y a eso de las nueve y media empezamos a caminar. Los primeros repechos, con calma que lo de hoy va a ser largo.
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La mirada atrás, hacia el bosquecito que hay detrás del refugio nos da una excusa para detenernos.
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Más de una excusa. Al fondo, girones de nubes se agarran al Txamantxoia.
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Seguimos ganando altura. Las nubes juegan con las cimas y nos tapan el Mallo de Acherito que debe de estar por allí.
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Llegamos a la bifurcación que lleva a la cabaña de Linza. Nosotros seguimos hacia el collado del mismo nombre. En esta ocasión, qué raro, no nos hemos olvidado el mapa. Más tarde, cuando empiece a picar el sol, comprobaremos que nos hemos olvidado el sombrero.
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Aquí, el camino pasa por un tramo de roca viva, pulidita y además mojada. Ponemos un poco de cuidado y no hay problema.
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Ya vemos el collado de Linza y una cima que aparece detrás. Dudo, ¿será el Auñamendi?
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No, no puede ser, el Anie está hacia el otro lado. Miro el mapa y... tiene que ser el Petrechema (Petrachema pone en mi mapa de Alpina) o Pic d´Ansabère, para los franceses, que están justo al otro lado.
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Y desde el collado, hemos tardado una horita y media, vemos este impresionante panorama y también todo lo que nos queda por andar... la Mesa de los Treyes, Hiru Erregeen Mahaia en euskara, está tapada por las nubes. A ver si en lo que llegamos se han ido, pensamos.
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En el vídeo, a pesar de su pésima calidad, se ve mejor.

Rodeamos la Foya Solana y ascendemos ya por terreno kárstico. Esto con nieve tiene su peligro.
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Siguiendo mojones vamos avanzando por trazas de senda...
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...hasta que por fin vemos, allí al fondo, la Mesa. Esto ya está hecho, el techo de Navarra, no se nos escapa.
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Siguiendo hitos bajamos hasta el sendero y otra vez a subir. Primero por este cómodo camino aunque también por incómodos caos de rocas que los mojones nos ayudan a franquear.
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La ascensión no es excesivamente dura, pero sí se nos está haciendo larga. Yo no descansé bien y tengo un pequeño pinchazo en el bíceps femoral y Navarro hace cinco meses que no sale al monte, desde que estuvimos en Ordesa, me recuerda. Pues nada, con hacer un descansito, arreglado.
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Continuamos y la cercanía de la cima nos hace avivar el paso...
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...pero las impresionantes vistas nos invitan a tomárnoslo con calma. Las Agujas de Ansabère...
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...y esa silueta que se distingue al fondo... ¡El Midi d´Ossau! La montaña está muy lejos, pero oigo algo... me llama... me está llamando... en cuanto reclute a unos cuantos miembros de The South Face Extreme Nisio Team, nos vamos para allá.
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El sol no está en la mejor posición y nos obliga a hacer contraluces para sacar las fotos, pero algunas pueden valer.
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Ya estamos en el colladín que da acceso a la mole de la cima. Vamos, que ya estamos.
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Sólo hay que coger una senda que va a edia ladera, fijarse un poco en los mojones que nos llevan a esta canaleta y...
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...directos a la cima. Una más o una menos, según se mire, del proyecto 50 provincias-50 montañas. En el buzón de la cumbre dejé una tarjetita, el que la encuentre que me escriba un comentario. Habrá una sorpresa para él. Si eres tú, pues enhorabuena, compañero. Déjame un mensaje y me pondré en contacto contigo.
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Hago un vídeo y casi me quedo sin batería. Así que no hice muchas fotos de la cima. Las típicas de la estatua de an Javier, del castillito. Pero bueno, en el vídeo sale todo.

Tardamos unas cuatro horas en subir. Contando paradas para comer, descansar, hacer fotos, etc... en la cima, donde coincidimos con una pareja vasca, también comimos algo. Sobre las dos y media empezamos el descenso por el mismo sitio, así que poco que contar. Que tiramos algunas fotos más...
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...que pudimos ver el Mallo de Acherito...
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...que la luz seguía sacando los colores al bosque...
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...que nos encontramos un rebaño de ovejas en la última curva del camino...
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...y que en dos horitas y media estábamos de vuelta en el Refugio de Linza.
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La ruta se nos hizo un poco larga, durilla, pero al final el tiempo nos respetó con un gran día y descubrimos un lugar precioso al que tendremos que volver, porque le hemos puesto una cruz al Petrechema, al Mallo de Acherito... y al fin y al cabo hay que disfrutar de lo bueno que tiene la vida, ¿no?

7 comentarios:

Zieft dijo...

Y yo que esperaba una foto de tu mujer...va y la dejas en Tudela!!

;)

Raúl dijo...

No te lo vas a de creer, pero mientras te leía estaba pensando en esa canción (con el Reader no había visto que la habías incluido). El lunes escuché el estribillo por la radio, y desde entonces me está rondando por la cabeza. Always look at the side bright of the live, pirí, pirí, pirí, pirí.

Te ha gustado mi tierra?

Saludos y eso

Borja dijo...

Zieft, eres un pirata...
Raúl, Qué casualidades tiene esta vida... tu tierra es alucinante! y lo que me queda por descubrir!

Sonia dijo...

Hola!
Bonita ascensión,cuando el pasado puente de mayo subimos estaba todo cubierto de nieve y la bajada se me hizo también muy pesada.

La montaña nunca dejara de sorprenderme,como cambia la cosa de una estación a otra!

un saludo

Sonia

Mariano J. Bes dijo...

Hola, muy maja la ascensión y las fotos.

Precisamente yo la cruz la tengo puesta en la Mesa que el Mallo Acherito ya lo hicimos, hace un par de inviernos en una ola de frío en que salimos ya del Refugio de Linza con los crampones puestos pues era todo hielo..., y hace más años el Petrechema, en un mal día de llovizna y mucha niebla en el que aunque llegáramos a la cima no vimos nada, ni Petrechema, ni vistas, ni Agujas de Ansaberé, ni nada...

Así que eso, nosotros tenemos que volver a ponerle la crucecica en el mapa de "hecho" a la Mesa de los Tres Reyes.

ldiegoes dijo...

que bonito... todavía siento en mis carnes la "machada" que intenté hacer uniendo el anie y la mesa.

Anónimo dijo...

Hace años estabamos en el camping de Zuriza, y una mañana intenté subir a la Mesa de Los Tres Reyes, así que sin mapa empeze a tirar para arriba y cuando subi a la cumbre que yo creia que era la Mesa, me dijeron que era la cumbre del Petrechema. Me di cuenta luego de mi error, pero merecio la pena el Petrechema.