Con la crónica de esta ascensión, o lo que fuera aquello que hicimos, queda inaugurada una nueva sección en este blog que por razones plenamente justificadas, como se observará a continuación, he dado en denominar:
Al filo de lo impresentable
El ya mítico Mr.Churches y un servidor de ustedes perpetraron esta excursión el pasado 21 de enero, día de Santa Inés, en las inmediaciones de la montaña conocida como Coriscao, que con sus 2.234 metros es un magnífico mirador sobre los Picos de Europa o, al menos, eso nos habían dicho.
Tras algo más de una hora y media de carretera amenizada por unos clásicos del rock como Neil Young o Bob Dylan ya nos habíamos dado cuenta de que la niebla iba a complicar un poco la jornada.
Pero, en fin, coronamos el puerto de San Glorio, dejamos el coche en el mirador del oso y emprendimos la marcha sin mapa, guía o similares, confiando en nuestro sentido de la orientación y olfato montañero para encontrar el camino hacia la cumbre.
Ignorantes del calibre de nuestra osadía y/o torpeza, fuimos caminando por el sendero bien marcado sin ver mucho más allá de diez metros en algunas ocasiones y manteniendo una animada charla sobre nuestras últimas lecturas.
Así hasta que tras desviarnos en un momento dado hacia el norte, para darnos la vuelta poco después, concluimos que nos habíamos pasado de largo nuestro objetivo. Retrocedimos sobre nuestros pasos y comenzamos a ascender por una cresta no muy empinada que pensábamos que nos llevaría a la cima del Coriscao y que nos permitió ver al fondo la Montaña Palentina, cuando se retiraban unos segundos las nubes.
Cuando llegamos a la cumbre, mi altímetro marcaba algo más de 2.100 metros y, como no teníamos ni idea de la altura del Coriscao nos quedamos tan anchos. Comimos algo y bajamos tan felices y orgullosos por nuestra nueva cima, en la que se recorta la estilizada silueta de Mr.Churches mientras aliviaba su vejiga.
No fue hasta que nos detuvimos a tomar un par de Mahous en el bar Niedo, situado en Barniedo de la Reina (apréciese el ingenioso juego de palabras de su propietario), cuando mirando un mapa de la zona colgado en la pared descubrimos nuestro error, sólo encuadrable en una aventura al filo de lo impresentable.
Posteriomente he podido averiguar en la ruta descrita en la página de www.elcorreodigital.com que el punto más alto que alcanzamos fue la Peña Cascajal. Triste, muy triste, la verdad. Lo más gracioso es que esta nueva sección se verá muy pronto ampliada con el relato de más humillantes y sonoros fracasos.
2 comentarios:
Bonita historia. Como no puedo añadir ningún detalle relacionado con la montaña, yo a lo mío, los bares. Al hilo del ingenioso propietario del bar Niego, te cuento que un amigo peluquero de Reinosa, propietario de una discoteca allá por los 80, emigró a Gerona y montó un negocio un tanto peculiar. Lo llamó "Bar-Bería": arriba el bar, abajo la peluquería, vamos, el resumen de su vida. Esperando que la historía haya sido de su agrado, un saludo.
¿Lo de "al filo de lo impresentable" es cosecha propia?...te lo pregunto mas que nada porque desde diciembre tengo un blog de montaña con el mismo nombre que tu nueva seccion y al entrar con ese nombre por google pueden llegar a confundirse los blogs...
Sigue pateando y disfrutando con las montañas
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