lunes, 9 de abril de 2007

Gilbo, el Cervino leonés

Como lo prometido es deuda aquí va el sucinto relato de la ascensión que Mr.Churches y un servidor hicimos al Gilbo, al que se le ha dado el sobrenombre de "el Cervino leonés" por razones obvias como podéis ver en la foto.
La excursión fue el pasado 3 de marzo, un día desapacible en el que negros nubarrones tapaban las montañas más altas, así que nos decidimos por acercarnos hasta Riaño y subir al Gilbo, que al tener sólo 1.674 metros de altura tenía la cima despejada. Salimos desde el pueblecito de Horcadas y tras un paseín por una bonita pista nos plantamos bajo la pared. Desde este lado, ya no se parece tanto al Cervino, pero bueno.

De vez en cuando las nubes bajaban dando a las rocas una estampa de misterio muy interesante y haciéndonos dudar si en llegando a la cima veríamos a más de un metro.


En menos de una hora recorrimos el caminillo que remontaba la inclinada ladera siguiendo los mojones y observando el bonito paisaje a nuestra espalda...


...hasta que nos colocamos en la afilada arista que acongojaba en grado sumo debido a lo mojado y resbaladizo del suelo y al impresionante galletón que se abría a ambos lados, véase la opción poco recomendable de caerse hacia la izquierda...


... y la menos recomendable aún de caerse hacia la derecha



Esto supuso un bonito aliciente a una ascensión, por otra parte sin niguna dificultad, que nos llevó a la cima donde nos hicimos los afotos de rigor. Aquí poso yo en actitud desenfadada (con la sonrisa que da haber devorado tres bollitos de chocolate) luciendo gorro negro, anorak ochentero y mallas fardapack...



... y aquí la demostración definitiva de que en la cima de una montaña Andrés se siente como en el salón de su casa (o más a gusto inclusive)


Tras un rato de disfrute de las impresionantes vistas, una de las cuales reproduzco aquí para deleite de visitantes y para elevar en varios grados el nivel de sensibilidad de esta crónica...

...desandamos la arista con mucho cuidadín...


...y bajando, bajando nos plantamos en los "praus" saboreando casi las Mahous que nos habíamos ganado al añadir la letra "g" a nuestro reto del alfabeto. La "G" la dejamos para cuando subamos el Gasherbrum, je, je...


...ya en la tranquila pista que nos llevó de vuelta al pueblo ejercitamos el antiguo arte de la dialéctica debatiendo sobre el concepto de "ser" en contraposición a "no ser" desde las perspectivas del existencialismo postkantiano y el nominalismo escolástico sucesivamente y sin red.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Pretendes con toda esta cursilería tratar de ocultar la facilidad de las cimas que atacas? Supongo que la V ya la tenéis desde hace tiempo con monte el "V"iejo. Otra gran cota...

Vale, valeeee... que mola mucho el blog.

Borja dijo...

Estimado Sr.Antolín, me sorprende que tengas tiempo para visitar mi blog e incluso hacer un comentario tan oportuno como acertado cuando quedan apenas unos días para que cambies de estado civil.
Te aconsejo que te pongas a preparalo todo, que luego siempre hay imprevistos, por cierto, pienso cantar y hacer un brindis.

Kepa dijo...

León Forever!!!!!!!!!!!! dios como em gusta la montaña leonesa y también la Palentina, esa gran desconocida. Este año voy a meterle cañita a esta zona