domingo, 29 de abril de 2007
Ermua mendi, 290 metros. Otra hazaña deportiva en una jornada emotiva.
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Etiquetas: Montes del País Vasco, Senderismo
miércoles, 25 de abril de 2007
Hielo Sur, Patagonia. Enero 2005. 3ª Parte: Por tierras de Mordor
Después de unas horas de marcha, siempre buscando la salida por el glaciar Viedma, tuvimos que cambiar las raquetas por los crampones y encordarnos por si las grietas, a pesar de que eran bien visibles.
Por fin, abandonamos el hielo y comenzamos a caminar por la morrena del glaciar, la verdad es que uno se sentía muy pequeñito andando por aquí.
Al superar un repecho, apareció una laguna, cuyo nombre no aparecía en nuestro mapa, no sería la última que nos encontraríamos en esta larga jornada.
Desde allí pudimos echar una última mirada al Hielo Sur, convertido ya aquí en el glaciar Viedma.
Y frente a nosotros, allí, el Paso del Viento. Pero para alcanzarlo antes debíamos atravesar este pedregal, digno de las mismísimas tierras de Mordor. Yo, por si acaso, miraba a todos lados piolet en mano esperando que, de un momento a otro, apareciera un orco u otro maligno servidor de Saruman.
Tras otro repecho, otra laguna, la de los Esquíes. Sus aguas turquesas hipnotizaron a Andrés llevándole a un éxtasis de ensoñación, momento en el que fue sorprendido por mi cámara.
Otra subida y otra laguna... como en el Día de la Marmota, vamos. Pero, ¿por aquí no habíamos pasado ya? Que no... que esta es la laguna Ferrari
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Etiquetas: Invierno, Montañismo con orejas, Patagonia, Raquetas de nieve
martes, 24 de abril de 2007
Tesorero, 2.570 metros, y al fondo el Urriellu
La gran acumulación de nieve y el calor hacían que el riesgo de avalanchas fuera evidente. De hecho, atravesamos tramos de aludes como éste, supongo que del día anterior.
Por el camino, nos cruzamos con unos compañeros de montaña que habían subido el domingo a Peña Vieja y nos dijeron que tras pasar el collado de la Canalona, la cara norte tenía un par de tramos bastante helados. Como, en un nuevo ejercicio de estupidez, también había dejado los crampones en el coche, cambiamos de planes y fijamos nuestro objetivo en el Tesorero cuya piramidal figura nos esperaba al frente.
Un par de rampitas más bajo el implacable azote de Lorenzo...
...y pudimos asomarnos al Collado de Horcados Rojos, donde comimos un poco de chocolate y unas nueces, placer que conjugamos con la contemplación del Urriellu en todo su esplendor.
No nos demoramos mucho y comenzamos a subir hacia el Tesorero, siguiendo una huella abierta el día anterior.
Primero directos hacia la cima conocida como los Urrieles, con su curioso agujero en la roca...
...y luego a media ladera por una pala de nieve en la que tuvimos un pequeño percance, que por fortuna fue sólo eso. En un momento dado, el señor Marcos Ozamiz se hundió hasta el pecho y al intentar ayudarle a salir, nos desequilibramos los tres y movimos un poco de nieve. Nada serio, pero nos dimos perfecta cuenta de que lo mejor era pasar por ahí lo más rápido posible y de puntillas.
Sin mayores contratiempos, enfilamos la última rampa de nieve que nos dejó a los pies de la cima...
...y tras una pequeña trepada...
...nos plantamos en la cumbre, 2.570 metros, con el Naranjo detrás y el banderín de nuestro patrocinador: el Bar Llamas, delante.
Eran las tres de la tarde y el último teleférico de bajada era a las seis, así que nos lanzamos hacia abajo a toditita velocidad, no más.
Giramos a la izquierda, bajo la cresta y la ladera que habíamos recorrido antes...
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Etiquetas: El reto del alfabeto, Invierno, Picos de Europa
viernes, 20 de abril de 2007
Hielo Sur, Patagonia. Enero 2005. 2ª Parte: El Circo de los Altares
Era nuestra oportunidad para cubrir la etapa más decisiva de nuestro trekking, ésta:
Con la rapidez que nos hizo famosos en tantas otras ocasiones que no es el caso citar aquí, desmontamos el campamento y emprendimos la marcha remontando el glaciar Marconi.
Lo hicimos a buen ritmo dividiendo el grupo en tres cordadas cuando la subida se puso pindia.
Después de tres días metidos en una tienda de campaña, la gente disfrutó de la jornada. Aquí Mr.Churches y Jorgito, se hacen los remolones para salir en la foto buena, con la aguja Pollone al fondo.
Y por fin, tras franquear el Paso Marconi, un tramo de roca y, ante nuestros ojos: el Hielo Sur, la mayor masa de hielo existente en la Tierra después de Groenlandia, y de los polos, claro.
Con la boca abierta y sin poder apartar los ojos del horizonte nos calzamos las raquetas y empezamos a adentrarnos en el Hielo. Aquí, el gran Antonio Quero lidera la cordada en la que también iban Iñaki, Mari, Andrés e Íñigo. Al margen de la eminente belleza intrínseca de la imagen, si queréis echaros unas risas ponedle a esta escena la musiquilla de: "¡Ay hoooouu!", sí hombre, la de los enanitos de Blancanieves...
Así, en unas siete horas, nos detuvimos para establecer nuestro campamento. Para ello, construimos un muro con bloques de hielo para proteger las tiendas del viento...
...y tras una horita de trabajo así quedó, una bonita urbanización de plástico con vistas a la "infinidad blanca". Sí, vale, ya he soltado el tópico, ¡qué pasa! Y ahora voy y pongo otro más: "desierto helado", ¡hala! Ya me he quedado a gusto.
A la mañana siguiente, una pequeña ventisca se nos echó encima y otra vez con un poco de prisa desmontamos el campamento y nos dirigimos hacia el sur. Siempre con la referencia del Cordón Moreno a nuestra izquierda.
Y si delante de nosotros estaba lo suficientemente despejado como para poder ver este paisaje...
...a nuestra espalda, la cosa se estaba poniendo bastante mal y no se veía un carajo.
Pero la de ese día era una jornada corta, apenas tres horas para llegar al Circo de los Altares, uno de los lugares más mágicos que he visto en mi vida y, ojo, que yo he estado dos veces en Torremolinos.
Allí, con día medianamente bueno, mientras unos montaban el campamento...
...otros nos dedicábamos a posar para la posteridad en actitud sexy por el mero placer de alimentar nuestro ego.
Por supuesto, no faltó la foto con nuestro patrocinador oficioso, el Bar Llamas, en Salamanca, el único lugar de España en el que se ha detenido el tiempo, en lo que al precio de las copas se refiere.
Ya de paso, aprovechamos para hacer una en plan portada de disco de los Bee Gees para cuando saquemos nuestro primer LP: "Montañeros al filo de lo impresentable cantan en español"
Y así nos pasamos la tarde, admirando las vertiginosas agujas que teníamos delante que las nubes hacían aparecer y ocultarse ante nuestros ojos ...sólo el Cerro Torre se negaba a dejarnos ver su cima nevada. Al final, sólo por un segundo, la pudimos ver. Bueno, todos menos Íñigo, a quien sus conocidos narcisismo y vanidad le jugaron una mala pasada, ya que en ese momento prefirió salir así de guapo en esta foto.
Bueno, con esta sugerente imagen en la que se conjugan la belleza del planeta en el que nos ha tocado vivir hasta que nos lo carguemos y la elegancia y el saber estar de uno de sus más singulares habitantes nos despedimos hasta la próxima entrega de
Publicado por Borja en 14:44 2 comentario. Opina, ¡¡es gratis!!
Etiquetas: Invierno, Montañismo con orejas, Patagonia, Raquetas de nieve