El pasado 17 de enero, un grupo de nisios nos acercamos a la palentina Sierra del Brezo con la intención de ascender al Pico del Fraile. Como sucede no pocas veces, el intento se saldó con un rotundo fracaso. La niebla, nuestro precario sentido de la orientación y nuestra nula capacidad para interpretar un mapa nos condujeron hasta una pequeña prominencia rocosa que ya se conoce como la Peña Nisio. Pincha aquí si quieres ver el reportaje de lo sucedido y reírte un poco de nosotros, que es muy sano, a la par que divertido.
Pero la cosa no iba a quedar así. Con no poco esfuerzo conseguí reunir al Escuadrón de Oro de The South Face Extreme Nisio Team, a saber: Mr.Churches, Jorgito, Gaspi y un servidor. Además, de a Marta que ya al inicio de la temporada, en Pirineos, demostró que está a la altura de lo que se le exije a un miembro de Nisio Team. Por si eso no fuera suficiente, me había puesto en contacto con el montañero más esgallero de todo Barrio Sésamo, el compañero Vidal, para reclamar sus servicios de guía ya que se conoce la zona como la palma de la mano.
La cita era en el Bar Sevillano de Cervera de Pisuerga, a las 9,30h, para desayunar unos buenos pipnchos de tortilla y empezar la expedición igual que la vez anterior. Una llamada de teléfono a medio camino me informa de que el resto de la tropa llegará un poco tarde, así que me tomo la carretera con más calma de la habitual y me voy parando a retratar las cumbres más emblemáticas de la Montaña Palentina. Peña Redonda.
Pero la cosa no iba a quedar así. Con no poco esfuerzo conseguí reunir al Escuadrón de Oro de The South Face Extreme Nisio Team, a saber: Mr.Churches, Jorgito, Gaspi y un servidor. Además, de a Marta que ya al inicio de la temporada, en Pirineos, demostró que está a la altura de lo que se le exije a un miembro de Nisio Team. Por si eso no fuera suficiente, me había puesto en contacto con el montañero más esgallero de todo Barrio Sésamo, el compañero Vidal, para reclamar sus servicios de guía ya que se conoce la zona como la palma de la mano.
La cita era en el Bar Sevillano de Cervera de Pisuerga, a las 9,30h, para desayunar unos buenos pipnchos de tortilla y empezar la expedición igual que la vez anterior. Una llamada de teléfono a medio camino me informa de que el resto de la tropa llegará un poco tarde, así que me tomo la carretera con más calma de la habitual y me voy parando a retratar las cumbres más emblemáticas de la Montaña Palentina. Peña Redonda.
Espigüete, que tiene ahí su nube.
Y Curavacas, de triste y reciente recuerdo. La verdad es que por lo menos esta zona está acumulando mucha nieve y no da tiempo a que transforme bien porque las nevadas caen muy seguidas. Habrá que esperar hasta un poco más adelante para empezar a meterse en jaleos por allí.
Por la carretera, con la recoleta iglesia románica de Pisón de Castrejón, Peña Redonda y por ahí, donde está metida toda la nube, debe de andar el Pico del Fraile. Perfecto, se dan las mismas condiciones que la vez anterior.
Tras juntarnos en Cervera y hacer el segundo desayuno, el primero cayó en el Valentín de Aguilar de Campoo, nos montamos en la furgoneta de Jorgito y enfilamos hacia el Santuario del Brezo. Por el camino, Andrés y Gaspi me arrebataron a traición la cámara y se dedicaron a hacer un poco el tontobobo. Yo creo que era para relajar un poco la tensión del desafío que era ya inminente.
Y ahí estamos, con una hora y media de retraso sobre el mejor de los horarios previstos estábamos casi listos para salir. De momento había bastante menos nieve que el otro día, pero ni rastro de Vidal. Me dijo que hasta el último momento no sabría si podría acompañarnos...
En fin, vamos para allá. Eran las 11,30h, una hora suficientemente nisia. Sí señor.
Tras franquear el collado Terrobla ya vemos, y no como el otro día, bastante clara la cosa. A la izquierda, la Peña El Cueto, detrás, asoma el Pico del Fraile, y en el centro, la Peña Nisio. De momento, por la pista nevada no se va muy mal. Hay un poco de nieve reciente, pero la de nevadas anteriores, ya empieza a estar asentada.
A buen ritmo, no tardamos en llegar a la ermita del Cristo de la Sierra. Empieza a nevar ligeramente y, por supuesto, eso alegra a Andrés que está en su ambiente. Mirad, mirad que cara de felicidad...
...hasta nos deleitó con una de sus poses más aplaudidas.
En este punto decidimos sacar el mapa y la guía para tratar de dar con el error de orientación de la vez anterior. Está claro, dijimos al unísono: ¡Es por allí!
Tras un educado cruce de palabras primero, unas voces acompañadas de insultos hirientes después y un intercambio de puñetazos al más puro estilo Bud Spencer para terminar, finalmente llegamos a un democrático consenso. Seguimos.
Por aquí la nieve está un poquito más pesada, pero continuamos a buen ritmo...
...hasta que llegamos a la encrucijada donde la cagamos la otra vez.
Dejamos atrás la elegante silueta de la Peña Nisio...
...y cuando ya enfilábamos por el camino correcto, apareció el Séptimo de Caballería. A buenas horas esgalleros, si esto ya lo teníamos controlado... Vidal y otro esgallero, Álvaro, se habían calzado los esquíes y nos habían dado caza pese a salir más de media hora después...
..tras las oportunas presentaciones y echar unas risas, enfilamos por el precioso vale hacia el Pico del Fraile. El muy ladino se estaba ocultando tras unas nubes, pero con este plantel nisio-esgallero, la cima no se nos escapa, ¡fijo!
Parecía que la nieve iba a estar peor, pero tampoco es para tanto. Vamos trazando una diagonal para ir ganando altura por esta cara norte, qué le vamos a hacer, es lo más corto...
Ahí viene Jorgito, con el espolón característico de la Peña Nisio a su espalda... Jopelines, si es que el otro día tomamos exactamente la dirección contraria... en fin, para eso estábamos aquí para desfacer aquel entuerto.
Antes de entrar en esta canaleta, más bien vaguada, nos calzamos los crampones y tiramos a derecho para ganar el cordal... Ahí, cada uno por su lado, en vez de disciplinados alpinistas parecemos una manada de orcos en pos de un hobbit. Tal era el hambre de cima que teníamos.
Arriba volvía a soplar la ventisca, pero a estas alturas y tras lo sufrido la semana pasada en el Mulhacén, un poco de viento no nos iba a detener...
Venga vamos, que me pongo a hacer fotos y vídeos y me quedo atrás.
Venga vamos, que me pongo a hacer fotos y vídeos y me quedo atrás.
A medida que ascendemos la visibilidad va siendo cada vez menor...
...ya no queda nada, los esgalleros, ya casi están. Allí al fondo se les distingue...
...y el viento que no cesa...
Venga, la última rampa...
...y en la cima, Vidal nos recibe con los brazos abiertos. Son las 14,38h.
Ahí está el buzón, un poco helado...
...la foto de cima...
...y para abajo, que aquí no hay quien esté cinco minutos. Hacía frío, supongo que era porque la venganza es un plato que se sirve así, ¿no? Vidal y Andrés se asoman a la cara norte. ¿Cómo? ¿Que vais a bajar por ahí?
Eso hay que verlo y ya que estamos, eso hay que grabarlo. Álvaro sufre un pequeño percance porque se le salta una fijación, pero sin problemas. ¡Son rudos estos esgalleros!
Andrés se queda mirando, desde aquí se le oye pensar, "esto del esquí de travesía es el futuro, hay que ponerse a ello, pero ya".
Pero mejor lo hablamos por el camino, venga para abajo.
Perdemos un poco de altura y salimos de la nube. Así podemos comprobar que ésta se encuentra, exclusivamente en la montaña que hemos elegido para hoy. Al fondo, el sol brilla sobre el Valdecebollas y Peñalabra. Enfrente, la Peña El Cueto está tan a tiro que Andrés clama porque pongamos la guinda a la jornada coronando su cima...
...como sabe que somos incpaces de negarle nada, bajamos hasta el collado y volvemos a subir. Venga, que está ahí al lado.
Andrés lleva buen ritmo...
...yo intento seguirle. Y ahí detrás vienen, Jorgito, Marta y Gaspi. A los esgalleros ya los encontraremos por el camino deben de andar por ahí subiendo y bajando palas de nieve.
Efectivamente, en veinte minutitos, estamos en la segunda cima del día. El Cueto (1.945m). Somos unos punkis de muchos cuidado.
Andre´s continúa con su afición a asomarse a las caras norte. Vale, otro día subimos por aquí.
Desandamos el camino hasta encontrar un lugar más asequible para el descenso y poco a poco, que es la primera vez que Marta se calza unos crampones, vamos perdiendo altura. Perdón por esta foto, pero es que la ventisca me llenaba el objetivo de gotitas de nieve...
A Andrés le llegó la inspiración, así que le pasé la cámara y me retrató con la Peña Redonda . donde pegó el sol todo el día, al fondo.
Al llegar al collado, comprobamos que los esgalleros habían vuelto a subir a la Peña Nisio: ¡eoooo!
Y con la satisfacción de haber saldado una nueva deuda con la montaña, enfilamos la pista para regresar al coche. Por supuesto, hubo cerveza al llegar al primer pueblo con bar.
Aquí esta el mapa de la ascensión. Para descargarte el track, pincha aquí.
5 comentarios:
Esos Nisios ahí!!!... Si señor, ya le dije yo al Fraile que tarde o temprano le pisaríais la coronilla, ja, ja, ja... Un placer haber compartido cumbre de nuevo compañero!!!... Y, sí, el esquí de travesía es el futuro, así que a ponerse con ello, pero ya!!!... Abrazos Esgalleros!!!
Vaya banda y no de música precisamente. Pues nada enhorabuena por esa ..... venganza.
Un saludo
Casualidades de la vida se pone uno a ver cositas buenas de montaña por internet y se encuentra a Fernando y a Andrés subiendo el Mulhacén contigo. Coincidí con ellos siendo yo un lego en esto de las caras sur y norte allá cuando Andrés iba a por el Mckinley y se preparaba en el mismo gimnasio que yo, un tío majete el Andrés (y Fenando), y si, por aquel entonces estaba hecho un torete como ahora por lo que veo,je,je.
Saludos de Carlos (el dentista con mujer de Salamanca que iba al Forma XXI).
Me gusta esta página, enhorabuena.
Como mola el repor. Que guasa, mola el GPS que llevais, que buena orientación. Sois la caña, y Esgalla os rondaba, que bueno. Que buena jornada. Vosotros si que sabeis pasarlo bien.
Un saludo de Aristacimera
www.aristacimera.blogspot.com
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